Es increíble lo mucho que puede cambiar a un equipo un único jugador de jerarquía. Fíjense que cosa, me dispongo a hablar de Boca porque quiero ilusionarme, pero todavía no estoy por nombrar a Pablo Daniel Osvaldo, cuya presencia mediática hasta ahora ha aportado la certeza de que quiere gustar a los hinchas, un gol, una tijera, el pelo para arriba y un par de anteojos de carey.

Sin embargo: Lodeiro.

Lodeiro y dos partidos para que haya una vida nueva. Lodeiro y un número de camiseta que tiene algo de historia (Maradona, -ejem- Riquelme) y no parce pesarle. Lodeiro y la posibilidad: vislumbrar lo que este equipo podría ser a partir de su organización, de su toque y de su técnica.

FBL-ARGENTINA-BOCA-ATLETICO RAFAELAAntecedentes: Nacional, Ajax, Botafogo, Corinthians y su selección. Dos Mundiales encima. Ganó la Copa América 2011. Fue elegido mejor jugador de Uruguay en 2009. Tiene 25 años. Y juega.

Hace un par de fechas Boca era como una versión repetida de aquello que había ofrecido en el último semestre de 2014, más allá de su seguidilla de victorias. Un poco de esfuerzo por acá, algo de orden por allá y un par de muñecos en ataque haciendo los goles en el momento correcto para otorgar estabilidad a un club que la precisaba.

Es cierto: había llegado un defensor central (Torsiglieri), y un nuevo lateral por izquierda (Monzón), incluso un volante con criterio y buena técnica (Pablo Pérez), e incluso un híper mentado delantero que despertó la histeria colectiva de los canales de televisión y las sospechas de algunos hinchas desconfiados.

Pero el uruguayo que viste la diez transforma a Boca en uno de esos equipos que pueden formarse para tener aspiraciones. Cuidado: no es que Boca haya tenido un gran rendimiento en lo que va del torneo. Pero lo que se deja adivinar es bueno para el que sepa entender las señales. Alcanza con mirar lo que pudo ofrecer el zurdo en los partidos contra Palestino y Rafaela.

Digamos, como primer punto, que la presencia de Lodeiro en la línea media, casi como enganche tirado al costado, hace mejores a varios de sus compañeros. Gago es el ejemplo más claro, porque sencillamente Gago es mejor con Lodeiro. Se siente más cómodo porque recibe siempre bien y porque sabe que cuenta con un aliado para jugar de primera y buscar una pared.

El uruguayo impresiona por soltura, porque tiene visión de cancha y buen pase –encuentra en un toque a los futbolistas mejor ubicados en lugares insólitos-, porque entrega la pelota redonda, porque sabe desnivelar con velocidad, porque tiene buena pegada y porque entiende el juego. Además porque reparte la pelota para liberar a Gago de la creación, lo que realmente es positivo para ambos, que encuentran en el otro un socio en lugar de anularse. Es que Gago, cuando juega como cinco pleno, parece ser el motor que Boca necesita para desplegarse en serio. 

FBL-WC-2014-MATCH39-ITA-URUArruabarrena por ahora insiste en alinear a Cubas o Erbes al lado del ex volante central de Real Madrid (no lo hizo ante Rafaela, aunque a nuestro juicio fue un experimento de difícil repetición, por la situación específica, la localía y el rival), pero la sensación es que un muchacho de pie dúctil y más vocación ofensiva como Pablo Pérez podrían terminar de formar un equipo a imagen y semejanza del Atlético Madrid, que puede parecer defensivo pero es aguerrido, que no es lo mismo.

Y Lodeiro es el comienzo perfecto porque es nuestro Arda Turan. Porque sabe perfectamente cuándo y dónde pararse y cuándo y dónde parar. Ubicación, que le dicen, esa extraordinaria y maravillosa cualidad. Porque tiene ruptura y pausa. Es un enganche que no es exactamente enganche. Que podría cumplir la función de volante por izquierda si alguien lo ayudara en la recuperación y podría ser extremo y no tiene problemas de perfil y puede lanzar centros o tiros libres directos, y tiene una cualidad que la tribuna reconoce como huevos pese a que no se lanza con los dos pies para adelante en pos de derribar al cinco rival. Huevos con la pelota, digamos. Huevos para aparecer y mostrarse y mostrarles a los otros cómo hay que hacer. Personalidad sin ser líder. Inmejorable. Y encima usaba la 14, la del Cholo, en el último Mundial.

Imaginemos: Pablo Pérez, Gago, Lodeiro, como terceto de mediocampistas acompañados por una ofensiva clásica de tres delanteros. Palacios o Burrito Martínez; Calleri u Osvaldo; Carrizo o Chávez.

¿No les parece que el Vasco cuenta con un potencial equipazo en caso de pararse de alguna manera similar a esta? Vayamos más a fondo: Lodeiro no tiene tanta marca, pero si Boca juega con sus laterales adelantados casi por oficio de cada nombre propio: en la izquierda, Monzón o Colazo, que tranquilamente podrían acortar al equipo cuando llega la hora de atacar para que todos, Lodeiro incluido, tuvieran que correr menos a la hora de defender; en la derecha, Fuenzalida (prácticamente un mediocampista) o Marín o Peruzzi.

Pero claro, hay que animarse. Porque el gran problema de Boca por ahora es el retroceso y sus dos centrales, bastante lentos, tienen que adaptarse a correr a todo el mundo desde atrás si la línea de cuatro se acerca al mediocampo para lograr un equipo compacto. Si no, le va a pasar lo que le pasa ahora: va a quedar con dos centrales lentos jugando mano a mano con delanteros rapiditos que ocupan los costados que los laterales dejaron libres al proyectarse.

Creemos, sin embargo, que eso puede ajustarse con trabajo. Línea de cuatro, siempre. Centrales más rápidos si hay que sacrificar al Cata y a Torsiglieri o un poco de riesgo para adelantar a los que ya tenemos. Apostar por la tenencia de pelota y que vengan a sacármela. Entonces habría una ilusión posible.  E incluso se podría jugar con otras variantes.

Imaginemos (II): Pablo Pérez, Gago, Meli; Lodeiro suelto; dos delanteros a elección (entre Palacios, Chávez, Carrizo, Burrito, Osvaldo y Calleri).

Imaginemos (III): la versión conservadora con Cubas o Erbes; tres para dos puestos entre Gago o Pablo Pérez o Meli y tres puntas con Lodeiro como extremo izquierdo.

nicolas-lodeiroImaginemos (IV): Pablo Pérez, Gago como dupla de contención suficiente; cuatro delanteros: Martínez por izquierda, Lodeiro por derecha –doble perfil cambiado- y una dupla de ataque con doble nueve: ¿Calleri-Osvaldo? ¿Calleri-Chávez? ¿Osvaldo-Chávez?

Boca ilusiona por potencial. Si bien es cierto que hasta ahora les ganó a algunos equipos que no impresionan por currículum, parece poder despegar desde la buena lectura de su nueva joyita. Mérito del DT, que insistió con su contratación y no cedió ni de cerca a la tentación de pedir que vuelva Román (que igual probablemente se habría negado a volver).

Lodeiro y Boca se encontraron para suerte de ambos. Un pibe que puede ser crack en tanto esté rodeado de la compañía correcta. Esos jugadores parecen existir entre los muy buenos futbolistas que tiene el equipo. Sólo restaría que el DT, este entrenador que los juntó en un plantel riquísimo, los tire a todos en la cancha para que puedan desplegar con el correr de los partidos el juego exquisito que uno pensaría que tienen. Sólo entonces podríamos saber si tienen miga como para llegar a la final de la Champions League.