Llegábamos al Mundial con la mejor delantera de la estratósfera.
Pero estamos en la final con apenas dos goles en los tres partidos importantes. Y con los alargues que se jugaron hablamos de un gol cada 115 minutos. Parece mentira.
Llegábamos al Mundial con un arquero que generaba dudas porque no había tenido mucha actividad en su club.
Pero más allá de algunos detalles Romero fue una garantía. Y contra Holanda directamente se vistió de héroe.
Llegábamos al Mundial con una defensa poco confiable. Y Demichelis no estaba en los planes de nadie.
Pero Demichelis primero se metió en la lista de 30, luego quedó entre los 23 y, cuando el técnico lo consideró oportuno, sacó a Fernández, uno de sus pollos, y lo metió a él para darle experiencia al fondo.
Llegábamos al Mundial desconfiando de Basanta porque apenas le conocíamos la cara.
Pero cuando tuvo que reemplazar a Rojo, cumplió de sobra.
Llegábamos al Mundial creyendo que Rojo nos iba a hacer sufrir.
Pero Rojo nos hizo disfrutar.
Llegábamos al Mundial con Maxi Rodríguez como el jugador número 12.
Pero Maxi cayó en la volteada del mal planteo del debut ante Bosnia y recién volvió a aparecer en el alargue contra Holanda, cinco partidos más tarde.
Llegábamos al Mundial preguntándonos por qué estaba Biglia y, mucho más, por qué estaba Enzo Pérez.
Pero el despliegue de Biglia hizo olvidar los pases de Gago y Enzo demostró ser un jugador muy distinto al que se fue al exterior. No sólo no le pesó la camiseta al entrar en un momento caliente sino que se transformó en el jugador con más concepto del equipo.
Llegábamos al Mundial con los cuatro fantásticos.
Pero estamos en la final sin apenas contar con Agüero y con el aporte de Di María en el gol a Suiza.
Llegábamos al Mundial para jugar al golpe por golpe, que era lo que más nos convenía. Ibamos a sufrir atrás pero lo íbamos a compensar con nuestros delanteros.
Pero estamos en la final por haber defendido muchísimo más de lo que pensábamos y por haber atacado muchísimo menos de lo que podíamos.
Así que si los Mundiales anteriores no nos sirvieron de lección, que nos sirva éste. Un Mundial es un campeonato diferente. Y, muchas veces, lo previo no tiene nada que ver con lo que finalmente sucede. Está visto.