Esta semana se dieron a conocer los precios de las entradas a las tribunas populares para la próxima Superliga y el número nos hizo un poquito de ruido. Para entrar a la cancha en la ubicación más barata, hay que desembolsar $450.  Es cierto que no es una fortuna, pero es un presupuesto. Sobre todo si pensamos, por ejemplo, en ir al estadio en familia. 

En realidad estamos siendo generosos. Según se supo, el precio mínimo de las populares puede ser de $400 y el máximo de $500. Nosotros tomamos un promedio pero conociendo a los clubes locales, difícilmente bajen de $500. Sobre todo los que tienen más convocatoria. Así que si querés llevar a tu hijo o hija al clásico, te tendrás que poner con $1000, y no comer un paty por las dudas.

Nos pareció caro. 

Como temíamos exagerar en nuestra reacción (después de todo, somos pobres), nos pusimos a revisar los precios del pasado. Tomamos como año de partida la temporada 2003, cuando la entrada costaba $10. Sí, leyeron bien: diez pesitos. La convertibilidad ya no corría y cada dólar costaba más o menos $3, así -si lo quieren medir en una moneda constante para tener un parámetro- el ticket popular salía tres dólares y monedas. Hoy cuesta más de diez. Estos son los valores que pudimos compilar según el paso de los años. 

2003 y 2004: $10
2005 a 2007: $14
2008: $24
2009: $30
2010: $40
2011: $50
2012: $60
2013: $80
2014: $90
2015: $120
Enero 2016: $150
Agosto 2016: $200
2018: $320
2018: $400
2019: $450 (promedio)

Lo peor del caso parece ser nuestra costumbre a los aumentos desmedidos. Al ver esta lista, un miembro del staff señaló (no sin razón) que la variación del precio de las entradas en el último año fue sólo del 12,5% (o 25% si tomamos el techo de $500), muy por debajo de la inflación. Como se armó una discusión numérica interesante, pusimos sobre la mesa una serie de tuits del periodista Mauricio Coccolo que se hacía algunas preguntas fundamentales para aclarar la cuestión. Por ejemplo: ¿cuántas populares se podían comprar hace 15 años en Argentina con un salario medio? ¿Y cuántas se pueden comprar ahora? El análisis completo está acá abajo, pero el resumen es el siguiente: hace 15 años podías comprar 83 entradas. Hoy podés comprar 45.

La siguiente pregunta se caía de madura: ¿y con un salario mínimo? Hace 15 años comprabas 45. Hoy podés comprar 25. En todos estos casos se tomó como precio unitario el de $500, número que significa un 4900 % de aumento en 18 años, 1567 % de aumento en 10 años y 456 % de aumento en 5 años. 

O sea que las entradas de fútbol, al igual que el gas, la luz y otras tantas cosas que pagamos, subieron por encima de los salarios mínimos. Curioso, entonces, que se llamen entradas populares. ¿A qué pueblo estarán apuntando? ¿Para quiénes estarán pensadas esas entradas? A lo mejor buscamos un modelo como el del fútbol inglés, donde los precios prohibitivos alejaron a las clases bajas de la grada. 

El negocio del fútbol le cobra más a la TV, mejora su ingreso y destrata a su público de estadio. Sobre todo a los que más les cuesta juntar el mango para ir a ver a su equipo. No es nada nuevo, es cierto.  Pero nos sigue doliendo.