La crónica policial
Alexis Zárate, el ex jugador de Independiente y que actualmente está fichado por Temperley, fue condenado a una pena de seis años y seis meses de prisión por haber abusado sexualmente de una joven.
El hecho ocurrió en el 2014 en un departamento de Wilde. El Tribunal Oral en lo Criminal Número 1 de Lomas de Zamora falló a favor de la joven, llamada Giuliana Peralta, quien acusó a Zárate de haberla violado.
“Yo estuve tres años y medio encerrada mientras él estaba libre. Se hizo justicia por mí y por todas las chicas que vivieron una situación similar”, dijo Giuliana tras la sentencia.
Zárate quedará en libertad hasta que la condena se haga firme aunque los abogados de Peralta habían solicitado la detención inmediata. El argumento fue que “la vida de Giuliana se detuvo durante tres años y medio y Zárate no estuvo ni media hora en una comisaría”.
El abogado defensor de Zárate había pedido la absolución ya que, según la versión del jugador, el sexo fue consentido.
El hecho ocurrió el 16 de marzo de 2014 en un departamento de Wilde, en donde vivía Zárate. Giuliana acudió allí junto a su pareja, el también jugador Martín Benítez, con quien llevaba un noviazgo de dos años. Zárate y Benítez, en ese momento, eran compañeros de las divisiones inferiores de Independiente.
La joven narró que ella y su novio mantuvieron relaciones sexuales en la habitación del compañero de departamento de Zárate, Nicolás Pérez, cuando nadie más estaba en el lugar. Dijo que luego se quedó dormida y que en un momento fue “penetrada” mientras le decían: “¿vos te cuidás?”. Cuando Peralta advirtió que quien estaba encima de ella no era su novio, empezó a gritar “¡¿qué hacés?!”.
La chica declaró que Benítez no se despertó durante el abuso. Recién reaccionó después del ataque, cuando la joven lo zamarreó y le dijo “me violaron”.
Benítez y Nicolás Pérez no incriminaron a su compañero en sus declaraciones y fueron acusados por los abogados de Giuliana por falso testimonio. De hecho, la sentencia aconsejó iniciar una nueva causa por encubrimiento contra los dos futbolistas.
El fiscal del juicio, Guillermo Morlacchi, advirtió que Zárate “no le dio derecho a la joven a que eligiera si quería tener sexo con él o no”.
La reacción del club Temperley
Enseguida de conocido el fallo, se produjeron reacciones en el club Temperley, en el que actualmente juega Zárate. Muchas voces indignadas se alzaron pidiendo que el futbolista fuera echado de la institución.
Por esa razón, el presidente de club, Alberto Lecchi, dio una conferencia de prensa en la que dijo que se “licenció por tiempo indeterminado a Zárate y vamos a hablar con más tranquilidad con la AFA, Agremiados e Independiente, que es el club dueño de su pase, para ver cómo fortalecemos al club tomando una medida que no afecte al resto del equipo”.
Luego agregó que el caso es complejo y que “seguramente habrá fracturas internas”, ya que “puede haber gente a favor y en contra de que Zárate continúe”. Al ser preguntado, Lecchi no quiso emitir una opinión personal pero sí reconoció que “es un tema muy doloroso, complejo y hasta aberrante”. Pero aclaró que como la sentencia no quedó firme y el jugador está en libertad, “tenemos que ver cómo se instrumenta el caso si decidimos que no siga en el club”.
Ante el temor de sufrir un amparo del jugador por su derecho al trabajo, Lecchi expresó: “uno no quiere convivir en su casa o en su trabajo con alguien que haya cometido un acto de estos”, pero agregó: “el club tampoco se puede poner a juzgar y ser otro tribunal”.
¿Qué dijo Zárate después de la condena?
El jugador habló con Canal 9 después de la condena y dijo que “desde el primer día que estoy muy tranquilo y siempre confié en Dios que es el que me libera de todo esto y no deja que me influya nada malo”.
El futbolista manifestó que se va a replantear el futuro “a medida que pasen los días” y agradeció a sus amigos que están con él día a día y a su familia que lo ayuda para todo lo que necesite.
¿Qué dijo el abogado de Zárate?
El abogado de Zárate, Gonzalo Falco, dijo tras el fallo que “el asunto se radica cuando Alexis termina el acto sexual eyaculando adentro. Ahí es donde empieza todo el problema”.
Falco además habló de la “inexistencia” del hecho y aclaró que desde el primer día afirmaron “que la relación fue consentida. Había cuatro personas en un radio de cuatro metros. Y de las cuatro, una sola es la que dice que fue abusada. Los otros tres no lo están reconociendo”.
“Lo que ella dijo durante el juicio no coincide con ninguna de sus tres declaraciones anteriores”, advirtió sobre la carta que publicó Giuliana contando detalles de lo sucedido aquella madrugada.
“No pudo ser acreditado el relato de una persona que dice que forcejeó durante tres minutos y el supuesto novio de ella no se despertó”, sentenció sobre la palabra de la víctima, quien dormía junto a Martín Benítez cuando ocurrió el hecho.
Falco enumeró una serie de pericias que cree que deberían darle credibilidad a la versión de su defendido: “No tiene lesiones genitales, no tiene lesiones paragenitales, no tiene signos de defensa ni signos de haber atacado a su abusador pese a que ella dice que por todos los medios trató de sacarse a Alexis de encima”.
Refexión
Cuando la justicia penal se mezcla con la justicia mediática, es muy difícil mantener el equilibrio. Y si además se suma la justicia de las redes sociales, el combo se convierte en letal.
Queda claro que en todo este caso hay una víctima que se llama Giuliana Peralta.
Y un victimario que se llama Alexis Zárate.
Y dos cómplices del abuso que se llaman Martín Benítez y Nicolás Pérez.
Esto no lo dice quien firma esta columna sino la Justicia. Zárate fue condenado en primera instancia y si se ratifica la pena, irá a la cárcel.
Benítez y Pérez, seguramente, afrontarán el juicio correspondiente por falso testimonio. Como corresponde.
No habría mucho más para discutir.
Pero sí.
Hay otro asunto que anda dando vueltas. Y es si Temperley debe echar a Zárate del club, si le debe impugnar su derecho a seguir jugando.
Y la respuesta, sin apasionamiento y a riesgo de que a uno lo acusen de garantista (una frase vacía que sólo se usa para descalificar) o de cualquier otra estupidez, es que no. Primero, porque la sentencia no está firme. Segundo, porque a nadie se le puede negar el derecho a trabajar. Y tercero porque la sentencia judicial establece que Zárate debe ir preso durante seis años y medio pero nada dice sobre si debe seguir jugando a la pelota o no. Temperley, en caso de echarlo, estaría juzgando a Zárate dos veces por el mismo delito y le estaría sumando otra condena a la ya gravísima que pesa en su contra.
Está de más decir que celebramos el clima de época, que militamos junto al colectivo “Ni una menos” para combatir y en lo posible terminar con la violencia de género y el abuso y que lo hecho por Zárate y el silencio de sus dos compañeros nos repugna. Pero también es verdad que vivimos bajo el amparo de la ley. Y que uno puede llevar adelante las condenas sociales que desee, pero en lo práctico, aún un abusador condenado, una vez que pague su deuda con la sociedad, debe tener la chance de reinsertarse. Lo peor que podríamos hacer con individuos que cometen actos execrables es expulsarlos de la sociedad y empujarlos a delinquir otra vez. El deseo de la reinserción social para los delincuentes no debe ser sólo de boquilla y para la tribuna. La reinserción se debe practicar. Aún, insistimos, con individuos que en lo personal nos pueden causar repulsión.
Ah… y al pasar nomás. No se pueden ignorar las declaraciones del abogado Falco. El Colegio de Abogados o el INADI deberían llamarle la atención y/o sancionarlo por lo que dijo livianamente en una radio. Falco, obviamente, debe defender como profesional a su cliente, que por otra parte tiene derecho de la defensa. Pero de ninguna manera debe exceder los límites del decoro ni perder de vista de que se está hablando de un abuso sexual.
Insistimos: dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada. Falco puede argumentar lo que se desee dentro de un Tribunal, pero debe ser consciente del alcance de sus palabras en un medio de comunicación. Si “el problema” para él se reduce sólo a que Zárate “eyaculó adentro”, como mínimo, debería recapacitar sobre su rol como abogado y mucho más como hombre e integrante de una sociedad civilizada. Porque una cosa es defender a un acusado por un delito y otra muy diferente es irse al pasto con declaraciones ridículas y ofensivas. Un abuso es un abuso, sin semen, con semen adentro, con semen afuera o con semen en un forro. Y Falco, como abogado que es, debería saberlo. Y si no lo sabe, alguien se lo debería explicar.
La entrevista a Falco, nunca está de más decirlo, la hizo el ¿periodista? y ahora devenido en divulgador espiritual Ari Paluch, quien no dudó en calificar a Giuliana como “una chica fiestera”. O sea, justificó la violación. Nadie te pide tanto Ari. Ya con lo que hacés habitualmente alcanza para que nos demos cuenta qué clase de persona sos.