El Real Madrid ganó su enésima Champions League. Y por esas cosas del destino le tocó a Cristiano Ronaldo ser el héroe de la noche de Milán. Dicho lo obvio, hablemos sobre lo que no le importa a casi nadie.
Seguro que el propio Simeone nos contradecirá con esa frase de Bilardo que dice que “del segundo nadie se acuerda”. No es así. No va a ser así. Cuando pase el tiempo y se piense en esta Champions, las imágenes pasarán por las eliminatorias históricas del Atlético contra el Barcelona y el Bayern Munich. Y también por las de esta final. Porque si fueron épicas esas eliminatorias, este partido decisivo se recordará porque el Real Madrid (¡nada menos que el Real Madrid!) quiso ganar con la receta del Atlético, con la receta que Simeone creó para que su equipo llegara hasta donde llegó.
Un gol de pelota parada a los 10 minutos de Sergio Ramos modificó el mapa del partido. Un gol que en otro momento también podría haber marcado Godín. Todos sabíamos qué habría hecho el Atlético si el gol lo metía Godín. Pero lo metió Ramos. Y el Real Madrid hizo lo que habría hecho su rival en esa circunstancia: se fue para atrás, muy para atrás. Quedó partido. Ocho para defender y Ronaldo, Bale y Benzema para posibles contraataques que no llegarían recién hasta el segundo tiempo cuando el Atlético tuvo que jugársela.
Otra razón para que Simeone se sienta orgulloso de su equipo: el Atlético fue a jugársela por el empate. Con fe y con fútbol, sobre todo con fútbol. El gol es la muestra perfecta. La empalada de Gabi y el centro de primera de Juanfran para que la empuje Carrasco abajo del arco… Fútbol efectivo. Efectivo y estético. Un fútbol que no puso nunca el Real Madrid.
El alargue fue una especie de sufrimiento para los dos equipos. Con los jugadores rotos de piernas, extenuados de cerebros y las seis variantes agotadas, ambos quisieron cuidar lo que tenían y disputarse la Copa en los penales. Ahí falló Juanfran y Ronaldo pateó el último. Para la foto de todos los diarios del mundo. Pero el verdadero ganador fue Simeone. Porque su Atlético quedará en el recuerdo.