Independiente avanzó a Cuartos de final de la Sudamericana tras dejar en el camino a Olimpia de Paraguay, y los números de Mauricio Pellegrino resultan impactantes: de 17 encuentros que dirigió, ganó 10, empató 6 y sólo perdió 1, ante Lanús por Copa Argentina. ¿Pero qué cambió desde la llegada del ex entrenador de Estudiantes? Mucho, y en poco tiempo.
El Independiente de Almirón intentaba salir jugando, mover la pelota, atacar. Incluso convirtió algunos goles tras grandes jugadas colectivas. Sin embargo, nunca en su ciclo mostró seguridad defensiva. Y eso, a la larga, le terminó pasando factura. Los 33 puntos logrados en el Torneo de Transición 2014 también se explican por el gran momento que atravesó Federico Mancuello. En el Torneo Julio Humberto Grondona 2015, Almirón tuvo la posibilidad de reforzar el plantel, asentar su idea de juego y corregir errores. El principal acierto fue la contratación de Diego Rodríguez: el volante central uruguayo fue un termómetro en el mediocampo, demostró criterio para presionar y recuperar y partido a partido se afianzaba en la tarea de ser un pasador confiable. Pero su grave lesión acrecentó los problemas defensivos que ya tenía Almirón.
Toledo-Aguilera-Cuesta-Tagliafico solían quedar lejos de una línea de volantes con poco orden, las distracciones aparecían fecha tras fecha y costaban puntos. El retroceso también dejaba mucho que desear. Y en el ataque, las distintas cartas utilizadas (Graciani, Aquino, Mancuello, Pisano, Pizzini, Benítez, Albertengo, Lucero y Riaño) no lograron ensamblar de manera correcta. Es cierto: en algunos partidos del final de ciclo, Independiente mereció más. Pero en la suma de partidos, aquel será recordado como un equipo poco confiable, con una propuesta a mitad de camino, y principalmente, mucha apatía.
Pellegrino arribó al club envuelto en banderas que le mostraban su rechazo y debió elegir bien los refuerzos: Pellerano para aportar orden y experiencia a la defensa. Jorge Ortiz como otro motor de un mediocampo habitué a depender de cómo amaneciera Jesús Méndez. Jorge Pereyra Díaz -el que menos minutos tuvo- para jugar ya sea por las bandas o el ataque. Diego Vera, delantero de gol y rendimientos muy regulares, y Cristian “Cebolla” Rodríguez, el salto de calidad por técnica, lucha y pegada.
No obstante, el entrenador no sólo ha ampliado la plantilla con refuerzos: también revolvió en el plantel para ver a qué podía sacarle provecho. Contra Olimpia, debutó Aléxis Zárate. Ante Lanús, tuvo la posibilidad Nicolás Figal. Aguilera es tenido en cuenta como una opción más en el mediocampo; Claudio Aquino fue un habitué hasta su lesión contra Estudiantes; Martín Benítez pasó de relegado a ser una pieza fundamental; Juan Lucero, ahora juega más seguido y convierte goles; Ezequiel Vidal debutó en Primera tras destacarse en Reserva, al igual que Juan Manuel Trejo, autor del gol que selló la clasificación ante Olimpia. Julián Vitale debutó tras la salida de Almirón y jugó una buena cantidad de partidos. ¿Los resultados? Hoy la defensa de Independiente es la zona más fuerte del equipo.
Tanto Pellerano como Cuesta juegan a lo mismo: intentan anticipar, jugar lejos del ‘Ruso’ Rodríguez, son fuertes cubriendo a los laterales y como primer recurso, intentan salir jugando desde el fondo, pero la diferencia en relación a la etapa de Almirón, es que esta idea es flexible y varía según la presión del rival y los momentos del partido. Los laterales, Toledo y Tagliafico, arrancaron con muchas dudas pero tras la reanudación del torneo su nivel no para de crecer, tanto en defensa como en proyecciones al ataque.
Pero la línea defensiva también encuentra un apoyo del mediocampo. Los nombres fueron variando pero nunca faltó la intención de tener la pelota y de reorganizarse lo más rápido posible. En los últimos partidos, el juvenil Trejo se ha ganado un lugar en el 11 titular de partidos importantes: Racing y los dos ante Olimpia. Esto se puede explicar desde el ida y vuelta que el zurdo ofrece por el carril izquierdo, la movilidad para asociarse y ofrecerse como una buena opción de pase, y la capacidad de reconocer cuándo se debe parar unos metros más adelante para ejercer la presión en la salida, más allá de repetidas imprecisiones que provocan el enojo del público. En la dupla de volantes centrales Ortiz ya se ganó un lugar al lado de Méndez.
Por su parte, Matías Pisano perdió la frescura que tuvo en la primera parte del semestre, y ahora aparece como una buena opción en el banco de suplentes. La cuota de fútbol la aporta Cebolla Rodríguez: primero lo hizo desde la banda, y en los últimos encuentros ha cumplido la función de enganche, detrás de Diego Vera. El uruguayo siempre va para adelante, tiene gambeta, sabe poner el cuerpo y tiene un control orientado que le ahorra tiempo. El hincha de Independiente comienza a quererlo.
La principal novedad en ataque es sin duda alguna es la explosión impensada del misionero Martín Benítez. Debutó con Ramón Díaz y parecía tener futuro de estrella. Sin embargo, con el correr de los partidos se transformó en un jugador que sólo corría sin sentido, intentaba gambetas que no llegaban a buen puerto y el hincha le perdió la paciencia. Con Almirón, volvió a tener minutos pero nunca terminó de convencer, y con Pellegrino, aprovechó las oportunidades, tanto cuando tuvo que jugar por la banda izquierda como cuando lo hizo de segundo delantero. Y también ahora, en su nueva función de extremo por derecha, comprometido en el retroceso pero también con libertades para moverse hacia el centro o cambiarse de banda. Otra de las novedades es la de Diego Vera. El ex Estudiantes ya empezó a pagar con goles, no tardó en acostumbrarse al equipo, y ya conoce a Mauricio Pellegrino. Es importante a la hora de aguantar la pelota, empuja en los momentos que el equipo parece dormido, y es una preocupación constante para los defensores rivales. Su llegada resulta trascendental tras la lesión de Albertengo. También debido a esto, Juan Lucero sigue teniendo posibilidades, y también las ha aprovechado, al menos desde su cuota goleadora. En definitiva, las cosas cambiaron para Independiente: aún no perdió desde la reanudación del torneo y hoy está muy cerca de clasificar a la Liguilla; superó el traspié en la Copa Argentina y avanza en la Copa Sudamericana, la ilusión de los hinchas. “Se acostumbró a ganar”, parece ser la frase indicada para el equipo de Pellegrino, que demuestra partido a partido tener intención de ser protagonista, sigue haciéndose fuerte en defensa, y aún espera por los regresos de ‘Torito’ Rodríguez y Federico Mancuello.