Aunque preocupa lo que marca la tabla, Argentina jugó casi una hora como para quedarse tranquilo. En el primer tiempo lo dejó a Brasil así de chiquito. Y lo hizo con la mejor receta posible: carácter futbolero. La selección necesitaba una muestra de convicción y la dio en esa primera parte. Jugando…
Un número es suficiente para entender por qué Argentina necesitaba un plus. La Selección llevaba más de cinco horas y media sin meter un gol. El último había sido en las semifinales de la Copa América contra Paraguay, de Higuaín. Y el desquite llegó de una gran manera, con una jugada llena de conceptos. Arrancó en un robo/anticipo de Banega, siguió en una pausa fundamental de Di María, continuó en una diagonal y centro asesino de Higuaín y terminó con un pase a la red de Lavezzi.
El grito desaforado del Pocho confirmó lo que sabía todo el mundo: Argentina, para lograr una victoria que ya es muy necesaria, primero necesitaba un gol. Y metió un golazo. Lo bueno es que ese golazo fue consecuencia de un trabajo, hasta ahí, muy bien hecho. Enseguida, a la vuelta del descanso, Banega tuvo dos ocasiones en una para poner el 2 a 0 y matar el partido para siempre. Un cruce providencial y el palo le dijeron que no. A Banega y a la buena suerte de la Selección.
A partir de ahí, Brasil jugó un ratito. Y ese ratito solo le bastó para encontrar un gol que a Argentina le había costado mucho más. Por eso es lógico creer que la Selección está mal aspectada. Argentina no gana (o pierde) cuando no lo merece pero tampoco gana cuando lo merece.
¿Tendrá algo que ver esta estadística? Martino estuvo como técnico en la cancha de River ocho veces. Con Libertad empató una y perdió dos. Con Paraguay empató una y perdió otra. Con Newell’s empató una. Y con la Selección empató una y perdió otra. O sea: un equipo de Martino no ganó jamás en el Monumental.
La próxima parada es Colombia, justo donde la Selección de Sabella cambió de manos en las Eliminatorias pasadas. ¿Podrá hacer lo mismo la de Martino? Si repite lo del primer tiempo contra Brasil tendrá muchas chances.