Algunos entrenadores, cuando no les gustan las críticas, argumentan que los periodistas no sabemos ciertas cosas que les permiten a ellos tomar ciertas decisiones. En algún punto, tienen razón. A veces podemos decir que “el técnico se equivocó en el planteo”. Y la verdad es que no sabemos si se equivocó o no. Porque tampoco sabemos qué les pidió ese técnico a sus futbolistas. A nosotros nos encantaría escuchar una charla previa a un partido. No por morbosos. Sí para evaluar con más elementos la actuación de un equipo.

Podemos decir que Tevez (o cualquiera) no se siente cómodo en una posición y que el técnico se equivoca en ponerlo ahí. Pero quizás el técnico no lo pone ahí y es el propio Tevez el que cree que está mejor en el lugar que él decide y no en el que el técnico le pidió. Si escucháramos las indicaciones del entrenador podríamos saber, por ejemplo, si el equivocado es él o el jugador.

Es fácil darse cuenta quiénes son los técnicos que les aportan algo a sus futbolistas. Wenger y Simeone, por nombrar a dos tipos de corrientes futboleras diferentes, es evidente que hacen mejores a sus futbolistas. No sabemos qué les dicen ellos a sus jugadores, pero los podemos ver en la cancha. Con ciertos técnicos, los futbolistas se motivan. Y cada uno tendrá su receta para lograrlo: desde el convencimiento mental (fundamental) hasta el entendimiento del juego.

El domingo, en Boca-Sarmiento, se dio una jugada que dejó expuesto a Guillermo Barros Schelotto (que después quedó expuesto en serio al no reconocer una “reunión” entre los jugadores y la barra). En realidad no fue la jugada lo que expuso al entrenador sino su comentario posterior.

La jugada la pueden ver acá. (Mirar desde el minuto 38.30 al 39.30 del partido o desde el 56.48 al 57.48 del video).

Si algo sabemos de Centurión es que le sobra habilidad. Pero todavía necesita unas cuantas lecciones para entender el juego y saber cuándo encarar y cuándo tocar. En fin: elegir bien lo que pide cada jugada en cada momento.

En esta jugada puntual, Centurión eligió perfecto. Fue una jugada elemental y, aunque en fútbol todo es discutible, a nosotros nos parecía obvio que esa acción merecía un pase a Bou, que sólo iba a tener que soplar la pelota antes de gritar el gol. Eso hizo Centurión: buscó al compañero mejor ubicado. Sin el egoísmo que suele mostrar a veces. Aunque la ejecución fue mala, conceptualmente la decisión fue perfecta. Sin embargo, Guillermo opinó lo contrario: “Tendría que haber pateado al arco Centurión”, contó Marcelo Benedetto que dijo el Mellizo sobre la jugada.

Pocos minutos después, Centurión, desde una posición parecida, pateó al arco. Pero, en esta ocasión, era la única opción que le quedaba al delantero.

(Mirar desde el minuto 41.00 al 41.20 del partido o del 59.19 al 59.39 del video).

Ni un tiro al arco ni un pase al compañero garantizan un gol. Es fútbol. Y, aunque no hay nada asegurado en cuanto a resultados, sí se puede mejorar a un futbolista desde el concepto. Quizás a Guillermo lo obnubiló la necesidad que tenía su equipo por ganar y por eso dijo lo de patear al arco. Para Centurión (y para Guillermo, y para Boca), lo mejor será practicar toda la semana ese pase al medio. Porque, a veces, con dos pases se resuelve más fácil que con uno.