La situación en la que se encuentra actualmente Paul Gascoigne, aquel gran volante de la selección inglesa y de diversos equipos como Newcastle, Tottenham o Glasgow Rangers, entristece a los buenos corazones y, por supuesto, alimenta (y acrece la fruición de) las bestias que comen carroña en los medios más viles. A los 47 años de edad, Gazza parece un anciano decrépito, producto de un alcoholismo crónico que ha recrudecido de manera brutal en los últimos tiempos, en los que las secuelas cobran una visibilidad cruel, despiadada, sin un dejo de compasión.

mirrorLos cables informativos dan cuenta de que se desmayó frente a la puerta del edificio en el que vive con una botella sin abrir de vodka en la mano. En camiseta y con los pantalones meados. ¿Era la última de la noche o la primera de la mañana?, podría preguntar a cámara alguno de estos personajones que abundan en los programas de bajezas humanas que se reproducen como las ratas en la TV . Varían los soportes, no la mierda que embucharon y escupen.

En esta oportunidad, sin embargo, la pregunta miserable de la rata tendría al menos un dejo de percepción lúcida. Quien padece una adicción en una etapa casi terminal si no comienza su recuperación psicoemocional (o espiritual, si se prefiere), tiene un final miserable, más miserable aún que la vida que lleva. Por eso, es cierto que la prolongación de la noche o el comienzo temprano de la mañana convierten al tiempo de la ingesta crónica en una larga y eterna curda, un eterno y pésimo viaje.

Si aún en el mundo del fútbol, con todas sus miserias (que son muchas y muchas además intolerables), persisten códigos, esto nos da una pauta negativa del nivel de bajeza, de los horrores y humores que contiene el mundo y la prensa de la farándula más marginal y berretona. Lo cierto es que el mundillo de la pelota es bastante protector de la gran cantidad de heridos que ha dejado la fama efímera en camiseta y prendidos a una mamadera de vidrio, a una jeringa compartida o a la quimera de que hallarán unas horas celestiales en una bolsita de polvo cuya mayor parte consta de matarratas o algún veneno similar. Es cierto que, además de protector y silenciador, el mundillo de la pelota es un productor demasiado prolífico de estos casos.