Uruguay se puede volver tranquilo. Ya está. ¿Qué importa lo que venga después? Importa este presente. Esta atropellada a puro corazón para cargarse a dos campeones del mundo y arreglar el quilombo en el que lo había metido Costa Rica.
Uruguay no será campeón (o sí, ¿por qué no?), pero ya tuvo las emociones suficientes como para recordar este Mundial para siempre. Aunque Colombia le meta cuatro en octavos. Porque Uruguay estaba muerto después del debut, donde se entregó mansito a la gran sorpresa del Mundial. Con Luis Suárez moviéndose afuera de la cancha pero sin entrar. Sólo él y los que estaban cerquita sabían para qué estaba el delantero tras la operación de meniscos sobre la hora del arranque de la Copa. En ese momento, se dudaba absolutamente de todo. Al menos, los de afuera. Porque los de adentro, quedó recontra claro, no tenían ninguna duda.
Y mientras Uruguay daba la sensación de ser un equipo gastado, en el otro partido de la primera fecha, Italia e Inglaterra deslumbraron con una nueva y bienvenida filosofía futbolera para ambos. Justo, contra Italia e Inglaterra, que habían protagonizado uno de los mejores partidos de la primera rueda; Uruguay, que había dado pena contra Costa Rica, debía jugarse la clasificación. ¿Alguien que no fuera uruguayo creía que el equipo del Maestro no estaba listo?
¿La inclusión de Suárez ante Inglaterra era porque el delantero estaba bien o para que tuviera una despedida del Mundial?, nos preguntamos al ver la formación. Ni hace falta contar cómo respondió Suárez frente a una Inglaterra que jugó lindo pero sin sangre. Porque la sangre estaba del otro lado.
Pasada la primera final, llegaba otra con Italia que, encima, tenía el empate a favor. Ahora sí, visto lo visto, todos sabíamos que los de Prandelli no la iban a tener nada fácil. ¿Qué hizo Uruguay? Lo que mejor hace. Dejar pasar el tiempo hasta esperar su momento. Y en el momento celeste del partido, si no aparece Suárez, surge Godín, para meterla con… la espalda. Después, la defensa heroica, aunque el rival esté con diez. Uruguay había hecho lo más difícil. Y nadie se lo iba a sacar.
Recién acaba de clasificar para los octavos de final, algo que Argentina consiguió sin la necesidad de jugar su tercer partido. Pero los hinchas uruguayos ya disfrutaron mucho más el Mundial que los argentinos. Nosotros, al menos, después de los partidos de Uruguay quedamos tensos, transpirados y emocionados. Mientras que después de cada partido de Argentina sólo nos quedan preguntas.