¿Será bueno que Argentina dependa de sí mismo? Hoy, no parece. Si sos un equipo en serio y sufriste uno, dos, tres accidentes pero estás a tiempo de arreglarlo con tus propias armas, lo firmás en cualquier lado. Después de la Eliminatoria que hizo la Selección, es la noticia del año que dependa de sí mismo para ir a Rusia.
Si Argentina gana, ya superará a Perú o Colombia, que juegan entre sí, y se asegurará el Repechaje. Y si Chile no gana en Brasil, pasaje directo. ¿Qué se puede decir? Es un panorama bastante alentador. ¿Lo querés más alentador? Ecuador se cae a pedazos desde hace rato y perdió los últimos seis partidos de las Eliminatorias. Hoy hay que celebrar esta oportunidad. Y hay que practicar…
Hay que practicar los pases a la red. Viernes, sábado, domingo, lunes y martes hasta la hora del partido, trabajos de definición. Mil horas de eso. Hay que hacer goles. De eso se trata este juego: de meterla en un arco y de que no te la metan en el tuyo. Pero si en los últimos dos partidos Argentina tuvo un promedio de 5 ó 6 llegadas claras contra una del rival y en ninguno pudo sacar ventaja, hay un problema que es evidente.
Si es por hablar de los problemas, hay muchos. El tema es que hay tantos problemas como poco tiempo para solucionarlos. A veces se puede pegar algún volantazo, como con Di María, un tipo que no entiende y, por la edad que tiene, parece que nunca entenderá que el fútbol es un deporte de equipo. Sampaoli lo cambió en el descanso en un gesto de valentía por tocar a un histórico. Más valiente será si no lo pone en Quito. El pobre Mercado vivió ofreciéndose y no le pasó una pelota…
Más allá de Di María, el gran problema es el ánimo de unos jugadores que a medida que van pasando los minutos empiezan a esfumarse. Se van. No pueden con la responsabilidad y se esconden. Nadie quiere la pelota. ¡¿Cómo no van a querer la pelota?! Salvo Messi. Y eso que Leo se equivocó y perdió mil. Pero con las pocas que hizo bien, que en realidad fueron muchísimas, generó con sus pases todo lo que generó Argentina. Le puso un centro a la cabeza a Benedetto, le sirvió el gol al Papu Gómez, a Rigoni y otra vez a Benedetto. Y por una cosa, por la otra o por un muy buen arquero achicador, Argentina no le acertó a la red.
Se intuía que esta Eliminatoria podía ser un sufrimiento. Nosotros lo vimos desde el primer partido, hace ya dos años. Si hacemos memoria, nos ayuda a entender cómo llegamos a este momento. Y, sin embargo, tal como se dieron las cosas, es una situación para agradecer. Lo verdaderamente difícil, por no decir imposible, será que los futbolistas salgan a jugar un partido de fútbol. Si lo piensan simplemente como un partido más, Argentina tiene muchas chances de ganar. Pero, ¿cómo se hace para jugar sin pensar que si no ganás vas a ser el protagonista del fracaso más grande de la historia?