Gran revuelo gran se armó estos días en Twitter, de esos efímeros que la semana que viene nadie va a recordar. La cuestión es que Anara Atanes, modelo británica con nombre de un pueblo en Nigeria y de novia con Samir Nasri desde el año pasado (puf, la cantidad de pavadas que aprendo y no sirven para levantarse minitas un viernes a la noche), explotó con la noticia de que su pareja no estaba en la convocatoria de Francia para el próximo Mundial y disparó desde su teléfono celular, vía Twitter, contra la selección y contra su DT, Didier Deschamps.

 

El propio Nasri, cuando se enteró que se quedó afuera, se tomó la noticia con filosofía (nietzscheana). “Es la vida. Otra Mundial en casa. Lo que no te mata te hace más fuerte”, escribió en francés.

Al rato, enterado de la reacción de su novia, el jugador de Manchester City debió salir a controlar el daño. En inglés le dijo a Anara que la ama y afirmó que “la vida a veces es injusta pero hay que aceptarlo y asumirlo”, supuestamente en referencia a que se perderá el Mundial pero más probablemente en alusión directa a su novia.

Deschamps no quiso sumarse a la polémica barata con la modelo y respondió con la altura de su cargo: “No son necesariamente los mejores 23 jugadores franceses, pero es para mí el mejor equipo para llegar lo más lejos posible en la competición”.

Tras las repercusiones, Anara siguió twitteando, aclaró que no se la agarró con todos los franceses del mundo, ni con el país, sino con la selección, y que igual está contenta porque tiene dos meses de vacaciones con el novio.

Samir, disfruta. Hay lindas playas en el norte de Brasil. Por ahí algún compañero te invita.