Hace poco más de un año, Paul Slane decidía viajar a Ámsterdam para pasar unas vacaciones con sus amigos y así poder digerir el mal trago que le había brindado el Celtic de Glasgow tras su despido. Todo lo que parecía ser un simple viaje para despejar su cabeza y disfrutar de su tiempo libre, terminó siendo el comienzo del posible final de su carrera futbolística.
Paul Slane es un joven y habilidoso delantero escoces que se inició en las inferiores del Motherwell y que en 2010 pasó a formar parte del Celtic de Glasgow. Sus grandes condiciones técnicas lo llevaron a ser una de las máximas promesas del fútbol en Escocia. Sin embargo, las incesantes lesiones le impidieron tener continuidad y poder demostrar su potencial durante los tres años que estuvo en el club. El Celtic cansado de sus problemas físicos decidió que no lo esperaría más y en enero de 2013 le rescindió el contrato indemnizándolo con 10.000 libras.
Ese dinero tenía un destino puntual. Slane tenía claro que debía ocuparla para pagar su operación de la cadera y así poder recuperarse plenamente de la lesión que le había impedido triunfar en el Celtic. Pero esa claridad comenzó a oscurecerse cuando decidió tomarse unas mini vacaciones con sus amigos, eligiendo como destino una ciudad donde la noche es la vedette del día, en la que las luces rojas de la zona encienden el apetito, los coffee shops ofrecen su mejor cosecha y donde los mejores djs despliegan sus bandejas hasta el amanecer. Nada menos que Amsterdam, el lugar equivocado para lo que pretendía ser un viaje de relax, ahí donde todo se le escapó de las manos.
“El Celtic me pagó 10.000 libras por lo que quedaba de mi contrato y la mayor parte de ese dinero era para costear mi operación de cadera, pero me gasté la mitad saliendo de noche. Mi estadía en Amsterdam me costó una fortuna. Fui un completo estúpido. Me excedí totalmente. Me gasté un montón de dinero invitando copas a mis amigos. También gasté bastante en prostitutas“, confesó poco después y totalmente arrepentido Paul Slane en el Scottish Sun Tuesday. ”Pensé en pasar un buen rato. Cuando miro atrás no tengo ni idea de lo que estaba haciendo ni por qué. Me volví un poco loco. Fui demasiado lejos. Estaba viviendo en una burbuja“, agregó.
Todo salió a la luz porque el futbolista publicó por error unas fotos en su perfil personal de Facebook donde se lo veía desnudo, borracho y rodeado de prostitutas. Al ver la repercusión que causaron esas imágenes, Slane negó todo y dijo que sus amigos le habían hecho una broma. Pero no pudo sostener esa mentira y se vio obligado a confesar. “Mentí sobre estar con ellos porque me daba vergüenza. Estaba preocupado por cómo iba a reaccionar mi gente”, se lamenta el joven jugador.
Cuando pasó todo el furor de la noticia, Paul Slane no pudo ocultar su arrepentimiento y dijo haberse sentido culpable por todo lo que había sucedido y sobre todo por su madre, su padre y el resto de la familia. Actualmente el escocés se encuentra sin equipo, sin dinero y con una lesión de cadera que le impide jugar al fútbol, y todo por honrar el nombre de una de las obras maestras del pintor holandés Rembrandt: “La ronda nocturna”. Su objetivo ahora es ahorrar lo suficiente para poder operarse y volver a los campos de juego. Sin dudas, hoy, por su cabeza pasa la operación antes que prostitutas y alcohol.