El duelo que en pocas horas protagonizarán Brasil y Chile, cuenta con tres antecedentes en Copas del Mundo. El más reciente aconteció en Sudáfrica 2010 en instancia de octavos de final. Chile, dirigido por Marcela Bielsa, había clasificado segundo en su grupo detrás de España, después de ganar en sus primeros dos partidos frente a Honduras y Suiza. Brasil, que había ganado su grupo, se impuso por 3 a 0 en Ellis Park con goles de Juan, Luís Fabiano y Robinho.
En Francia 1998, Brasil, que llegaría a la final y la perdería ante el local, eliminó a Chile también en octavos de final. En el Parque de los Príncipes, con dos goles de Ronaldo y otros dos de César Sampaio se impuso por 4 a 1 al equipo que entrenaba Nelson Acosta, que a pesar de contar con Marcelo Salas e Iván Zamorano, no había podido ganar ningún partido en su fase de grupos.
Pero sin dudas el más excepcional partido del historial, fue el que disputaron en el Estadio Nacional de Santiago en 1962, que constituye el hito histórico más importante del fútbol chileno, ya que por única vez, un equipo nacional alcanzó las semifinales en una Copa del Mundo.
Brasil que ponía en juego su primer título, ganado en Suecia en 1958, apenas pudo contar con su máxima estrella durante el torneo: Pelé, que había llegado a Chile con secuelas de una distensión inguinal, se resintió en el primer partido frente a México, ya no volvió a integrar el equipo y fue reemplazado por Amarildo.
Chile que tomó su participación en el campeonato como una causa nacional y afrontó sus compromisos más como batallas de la independencia que como partidos, se impuso a Suiza y a Italia pero terminó segundo en su grupo al caer frente a Alemania. En cuartos de final eliminó a la Unión Soviética de Lev Yashin y se ganó un lugar en la semifinal.
Brasil, con Pelé en la platea, ganó por la abrumadora superioridad técnica de sus jugadores. A los 32 minutos, estaba en ventaja con dos goles de Garrincha. Sobre el final del primer tiempo, Jorge Toro de tiro libre, descontó para Chile. En el segundo tiempo Vavá aumentó para Brasil y el ambiente empezó a caldearse. A los 16 minutos, el juez peruano Arturo Yamasaki otorgó un muy dudoso penal a Chile que convirtió Leonel Sánchez. A los 33 minutos, Vavá marcó el definitivo 4 a 2 y al rato fueron expulsados el Chileno Landa y Mané Garrincha. El partido terminó en paz gracias a la diplomacia de los brasileños que tras la pitada final dieron una vuelta olímpica saludando a las tribunas con la bandera chilena, ganándose el aplauso del público local.
Tres días más tarde Chile, con gol de Eladio Rojas, le ganaría el tercer puesto a Yugoslavia.
