Ya había comenzado febrero de 2012 y Carlitos seguía jugando al golf y disfrutando de su casa de San Isidro. Pero le había empezado a molestar el estar tanto tiempo de vacaciones. Lo había buscado Milan, pero Manchester City pidió casi 60 millones de euros y los italianos salieron espantados. El cuadro rojo y negro buscaba combatir el lado interista de Mancini convocando al jugador con el que tuvo el conflicto, pero el precio que el City le puso a la ficha era prohibitivo.
Ruocco recibió dos llamados más. Uno fue de Jorge Amor Ameal, el presidente de Boca. La respuesta fue contundente: “Carlitos moriría por jugar con la azul y oro, pero ahora es imposible”. Amor Ameal dio otra versión:
–Yo hablé por teléfono con Tevez para que volviera a Boca. Era muy difícil, pero había que intentarlo. Éramos Boca llamando a Carlos Tevez. Recuerdo que tenía alguna diferencia con Riquelme y les dije que hablaran y la arreglaran. Pero era imposible traerlo.
Adrián Ruocco desmiente categóricamente al ex titular xeneize: “Jamás existió esa conversación, te lo juro. Amor Ameal habló conmigo, no con Carlos. Y la relación entre Carlos y Román es muy buena. Cuando Carlos era un pibe, Román siempre lo invitaba a su mesa, lo aconsejaba, lo acompañaba mucho. Carlos es un pibe muy agradecido. Amor Ameal me llamó y le dije que no había la menor chance de que Carlos, en ese momento, volviera a Boca. Si por algún delirio eso llegara a ocurrir, el club y nosotros nos comíamos un juicio millonario”.
El otro llamado fue de Sergio Massa. En 2011/12, ya había dejado de ser Jefe de Gabinete del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y retomado sus funciones como Intendente del partido de Tigre. Massa soñó despierto y pensó en un aporte monetario del municipio para que Tevez juegue en Tigre, el cuadro del que el ahora líder del Frente Renovador fuera su titular. La respuesta fue la misma que al presidente xeneize. Cualquier idea de que Carlitos volviese a jugar al fútbol profesionalmente tenía que pasar por Manchester City.
Adrián Ruocco habló con el presidente del City, Khaldoon Al Mubarak, y acercaron posiciones, ablandaron un poco el terreno. El tiempo había curado algunas heridas y el club y el propio Tevez estaban algo más dialoguistas. “Vos traelo a Manchester que si Carlos está en el club, todo es más sencillo”, le dijo el titular del City a Ruocco. En las últimas charlas entre Adrián y Carlitos ya habían mencionado la chance de viajar. Era todo un avance. Poco tiempo atrás, Carlitos ni siquiera tenía ganas de seguir jugando al fútbol.
Una mañana, ya en los primeros días de febrero de 2012, Tevez se levantó y llamó a su representante. “Me están dando ganas de volver. El equipo ahora anda bien y quiero ayudar. ¿Te venís conmigo a Manchester?”. Fue música en los oídos de Ruocco. “Por supuesto. ¿Cómo no te voy a acompañar?”. Salieron hacia Ezeiza y, en el viaje, Adrián marcó el número de Al Mubarak: “Estamos yendo para Manchester. Por favor, mándenos un auto a buscarnos al aeropuerto”. Era una gran noticia. El período más oscuro e incierto de la carrera de Carlitos estaba llegando a su fin.
Cuando llegó, tuvo que ir al centro de entrenamiento a hacerse unos análisis médicos. El recibimiento fue muy emotivo. Los empleados del lugar en el que se entrenaba el City hasta fines de 2014 querían con devoción al pibe de Fuerte Apache. Pero no lo amaban solamente por sus hazañas en el campo de juego, sino también por lo cálido y generoso que era con ellos. En la Navidad de 2011 Carlitos estaba en la Argentina, pero no olvidó a quienes hacen la comida, a quienes limpian el lugar, a quienes cortan el pasto, a quienes pintan o hacen trabajos de mantenimiento. En la mañana del 23 de diciembre, mientras los empleados hacían sus tareas habituales, un camión entró al predio y abrió una puerta trasera. Fueron llamando de a uno a los 22 empleados y, a cada uno de ellos, Tevez les regaló una pantalla de plasma de última generación. Eso fue en Navidad, pero eran habituales las atenciones y el respeto con que Carlitos siempre trató a quienes le hacían más llevadero el día a día en el ejercicio de su profesión.
La Directora de Comunicaciones se puso a disposición de Tevez y Ruocco para lo que necesitaran y, de a poco, el pibe de Fuerte Apache fue metiéndose de nuevo en Manchester City y su lucha por conseguir un lugar en la elite del fútbol del mundo. No fue fácil, porque Mancini es un hombre rencoroso y porque en el comunicado que Carlitos publicó en la página Web del club hubo pedidos de disculpas para todos –jeque, club, compañeros, hinchas– pero no para el DT. Por eso, y porque no tenía ritmo de competencia (llevaba cinco meses sin jugar), Mancini dispuso que consiguiera ritmo jugando con la Reserva o con los juveniles a los que llaman “Primavera”, en escenarios propios del fútbol amateur. Carlitos llegó a compartir equipo con chicos de 16 años. Cuando más o menos se puso en condiciones, metía de a seis goles. Mientras tanto, esperaba el llamado de Mancini para reintegrarse al plantel profesional.
Manchester City llegó a la 29° fecha de la Premier League en el segundo puesto, un punto abajo del United. Había sido derrotado por el Swansea en la jornada anterior y la victoria de Manchester United sobre West Bromwich Albion puso arriba a los de Old Trafford. Faltaban diez partidos para el final, pero era claro que la definición de la Premier League estaba reservada a los dos equipos de Manchester. Quedaba un último esfuerzo para lograr esa vuelta olímpica que el cuadro celeste no daba desde la temporada 1967/1968. Para afrontar el partido contra Chelsea del 21 de marzo de 2012, Mancini convocó a Carlos Tevez.
Había llegado la hora de jugarse entero por la hazaña. El City había quedado eliminado en la primera ronda de la Champions y el United lo sacó de la FA Cup en 32° de final, derrotándolo en la mismísima casa celeste. La única manera de lavar alguna de estas afrentas era ganando la Premier. Carlitos había llegado para eso. Le costaba mucho estar en el banco, como quedó claro en muchas partes de este libro. Tampoco le hacía demasiada gracia a su ego el desplazamiento que había sufrido ante la llegada y los goles del Kun Agüero. Pero siempre la remó y esta vez no sería la excepción.
Tevez entró a los 21 minutos del segundo tiempo por De Jong. El City estaba perdiendo 0-1 y una derrota mermaría sensiblemente sus posibilidades de llegar al título. El United había goleado con facilidad al Wolverhampton 5-0 tres días antes, así que la victoria era imprescindible. Zabaleta le dio fuerte al arco, Essien puso la mano, el árbitro dio penal y el gol fue de Agüero. El genio de Carlitos aparecería en el momento justo, cuando las ideas no sobran y los nervios lo devoran todo. Nasri le dio la pelota en la puerta del área y el pibe de El Fuerte la aguantó contra el embate del defensor, como lo hizo y lo hará cientos de veces. Cuando aseguró su posesión, giró, devolvió la pared y dejó solo a Nasri con Cech con un toque mágico. La definición de Nasri fue exquisita, pero el pase de Tevez fue la mitad del gol. El City ganó 2-1 y se mantuvo en la persecución del United.
En la carrera hacia la cumbre, Carlitos hizo sus aportes, aun en su peor temporada en Inglaterra. Metió cuatro goles en dos partidos, uno al West Bromwich Albion y tres al Norwich City. Terminó el torneo siendo titular y fue testigo y socio de la gran hazaña de Agüero, cuando convirtió el celebérrimo tercer gol de la victoria 3-2 ante el Queens Park Rangers en el minuto 93 (hasta el 88 perdía 1-2) y consagró al City campeón de un torneo de Liga por tercera vez en la historia y después de 44 años. En total, contando todo lo que jugó Manchester City en la temporada 2011/2012, Carlitos solo estuvo en 15 partidos e hizo 4 goles. Cuando se esfumaron las burbujas del festejo, el pibe de El Fuerte fue absolutamente honesto con Adrián Ruocco.
–Quiero que la próxima sea mi última temporada en el fútbol inglés. Hace ya mucho tiempo que estamos y superamos muchas cosas. Pero el clima, el idioma, la comida, mi relación con Mancini, las tareas comunitarias, la prohibición para manejar, son cosas que produjeron mucho desgaste. Hablalo con los dirigentes, con el Jeque, con quien sea, pero en junio de 2013 me voy a otro lado.
Pese a la decisión que tomó, la temporada 2012/2013 de Carlitos fue buena. Hizo un gol en el 3-2 del City a Chelsea en la final de la Community Shield, el 26 de agosto de 2012 metió su gol número 100 en el fútbol inglés al hacer uno en el 2-2 con Liverpool y después se anotó tres veces en el 5-0 ante el Barnsley por la FA Cup. De todos modos, el City quedó segundo del United en la Premier League, cayó en la final de la FA Cup con Wigan (0-1) y lo eliminaron en primera ronda en la Champions. Tanto resultado negativo eyectó de su cargo a Roberto Mancini el 15 de mayo de 2012, dos días después de perder la final de la FA Cup en Wembley.
Antes del despido de Mancini, ya “los árabes” habían cerrado todo con Manuel Pellegrini para que ocupara el cargo de entrenador. Lo primero que hizo el DT chileno fue llamar a Tevez. Tenía la esperanza de poder convencerlo de que jugara para el City la temporada 2013/2014. Le quedaban dos años de contrato, pero la respuesta fue tajante:
–Le agradezco mucho que me haya llamado y que quiera contar conmigo, pero la decisión está tomada: me voy de Inglaterra(1).
Y se fue. Jamás lo olvidaron.
(1) Los números de la campaña de Carlos Tevez en el fútbol inglés son realmente impresionantes: Jugó 276 partidos (29 en West Ham, 99 en el United, 148 en el City) e hizo 114 goles (7 en West Ham, 34 en el United y 73 en el City).
Páginas 335 a 339 del libro “Tevez, la verdadera historia”, de Diego Chavo Fucks, de Ediciones B.