Jonathan Silva llega a Boca a préstamo, pero si lo hubieran comprado por más de 4 millones de dólares, el 20% habría ido a La Plata. El lateral pasó del Pincha a Sporting de Lisboa en agosto de 2014 por 2,7 millones libres de gastos. Estudiantes debió recibir 650 mil para fines de enero en una cuenta del club en la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona. Además, acordaron un amistoso, aún no programado, por el que Sporting debía pagar un millón más, otros 650 mil para la misma fecha -pero una cuenta del US Bank en EEUU a nombre del grupo inversor Oppenheimer & Co Inc. para beneficio del club- y el resto diez días antes de jugarlo.
Franco Cervi fue vendido a Benfica por más de cinco millones de dólares en septiembre. Pero la joya de Rosario Central había estado negociando desde, al menos, abril con Sporting. La operación involucraba la triangulación con el ignoto Recreativo Caála de Angola, algo que los portugueses ya habían hecho con Bruno Paulista. La operación es así: el futbolista se vende a África y se presta a Europa. El presidente del Caála es Antonio Mosquito, un empresario con negocios que pican en Portugal y Angola, hace mucho tiempo vinculado al Sporting. Central no aceptó la manganeta y Los Leones ofertaron de forma directa, primero 3,85 millones en tres cuotas y luego 6,4 millones en seis partes. Además de pagar el 15% y la comisión para su agente, Martín Moreno, más de medio millón extra. Igual, Cervi terminó en Las Águilas.
Hay más. En 2014, cuando Porto vendió a Nicolás Otamendi a Valencia, por 12 millones de euros, el intermediario que negoció para el club portugués, el español agente FIFA Juan Manuel López Martínez -del grupo Vela Managment Limited-, cobró 840 mil euros por sus servicios, a depositar en una cuenta en Liechtenstein. Y hace un año y medio, cuando Sporting vendió a Marcos Rojo por 20 millones de dólares a Manchester United, un fondo inversor ejecutó acuerdos firmados con el club y se llevó 15 millones de la operación.
Toda esta información, que casi no tuvo lugar en los medios argentinos donde se habla de botineras, del Instagram de Neymar o de la Navidad de Messi en Rosario, pero nunca de plata, está a disposición de cualquier con conexión a internet desde septiembre. No son primicias explosivas, probablemente, pero nos permiten confirmar, mirando apenas una fracción del negocio del fútbol profesional, que la cantidad de dinero que se mueve es tan asombrosa como creíamos. Los responsables de que esto se sepa son un grupo de portugueses, por eso tanto equipo luso involucrado, que están dedicados a publicar documentos privados entre clubes, jugadores, agentes y empresas para “darle mayor transparencia” al deporte. Se hacen llamar Football Leaks.
“No tenemos ningún interés personal -aseguran-. El fútbol es el deporte número 1 del mundo, pero también es el más opaco. En la NBA o en la NHL, por ejemplo, no hay secretos, todo el mundo sabe cuánto gana un jugador o el entrenador y no lo esconden”. Por alguna extraña razón, allá como acá, hablar de lo que gana un futbolista parece estar prohibido. “Este tipo de secretismo sobre los contratos y cláusulas ocultas está matando al deporte”, dice uno de los creadores de la web que, según el diario El País, “amenaza la estabilidad del fútbol mundial”.
La cantidad de información que manejan, dicen, es enorme. “No sabemos el número exacto de documentos que tenemos pero está por encima de los 300 gigas. Y esperamos recibir más”, le contaron a EFE. Yahoo.com agrega que piden donaciones por Bitcoin para trabajar sobre esos documentos porque “procesar todo ese material lleva un tiempo inmenso”. Desde que la web está online la cantidad de documentos que hizo públicos cada día generó una gran enorme de noticias, en especial en Portugal. Tantas que el principal diario deportivo del país, Récord, tiene una sección especial para Football Leaks.
La policía de Portugal abrió una investigación y considera que “se trata de una red criminal internacional”.
Algunos de los documentos son de fuentes públicas, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Portugal, donde los equipos que cotizan en Bolsa deben informar sus operaciones. Pero otros, claramente, surgen de filtraciones de clubes y fondos de inversión, como Doyen, el más mencionado.
En un comunicado, la empresa afirmó que el origen de estos documentos era “un ataque informático” y acusaron a los creadores de la web de chantajearlos. Los miembros de Football Leaks lo niegan. “La gente puede pensar que somos hackers, pero somos simples usuarios de computadores, hinchas preocupados”, contó por email uno de sus miembros según The Times. Lo que no niegan es que los fondos de inversión son uno de sus blancos favoritos. “Es un virus que, si no se elimina a tiempo, no tendrá cura”, afirman. “Parecen ser una solución rentable pero, en realidad, todos los clubes más pronto o más tarde acaban con el agua al cuello”, aseguran.
Su primer gran golpe fue justamente contra el grupo Doyen Sports y el club holandés Twente FC, cuyo presidente debió renunciar tras el escándalo. La web publicó documentos que probaban que el fondo inversor había aportado 5 millones de euros a cambio de porcentajes de las ventas de las figuras del equipo y que presionaba al club para aceptar las ofertas recibidas o cobrar una compensación si las rechazaba. Twente FC fue suspendido de toda competición europea por tres temporadas y obligado realizar una auditoría interna sobre el caso.
Las filtraciones también pegaron fuerte en España. Se supo que Doyen prestó en 2011 3,9 millones de euros al Atlético Madrid para cubrir “necesidades de tesorería”. Y que en 2014 le dio un préstamo personal al expresidente de Sevilla, José María del Nido, por 500 mil euros, justo el mismo día que acordó con el club un crédito de 1,4 millones por financiar el fichaje de Babá Diawara, jugador representado, obviamente, por Doyen. En ambos casos, cuenta EFE, la tasa de interés rondaba el 11% y como garantía pusieron desde contratos de imagen hasta ingresos por abonos.
Además, se descubrió que el pase del colombiano Radamel Falcao de Atlético Madrid a Mónaco no se hizo por los 60 millones que se dijo inicialmente sino apenas por 43 millones, menos de los 45 que lo había pagado. Y se conoció que la transferencia de Brahimi, de Granada a Porto, no se había hecho por el valor oficial de 6,5 millones sino que Doyen pagó cinco millones por el pase y otros tres millones a la empresa Fifteen Securitisation, de Luxemburgo, que compartía los derechos económicos del jugador con el club español.
En Portugal, epicentro de las denuncias, la revelación más impactante golpeó al afamado entrenador Jorge Jesús que acaba de pasar de Benfica a Sporting. Su sueldo, se supo, es de cinco millones de euros por año, mucho mayor que el anunciado. Casi el 20% del presupuesto anual del club, según El País.
La mayor parte de las relevaciones apuntaron hacia Sporting de Lisboa. Por eso su presidente, Bruno de Carvalho, fue el primero en criticar a Football Leaks, a los que vinculó con Benfica, y pedir a las autoridades que intervenga para detenerlos. “Algunos de los documentos son verdad, otros son manipulados y otros son mentira. Pero allí hay entidades implicadas, sean verdad o no. Hay nombre implicados, hay personas implicadas, hay empresas implicadas”, denunció. Los creadores de la web, por supuesto, niegan cualquier manipulación.
A principios de diciembre se anunció: “Portugal inicia la persecución contra Football Leaks”. Autoridades policiales le aseguraron al diario AS que “se trata de una red criminal internacional”. Pero ya desde octubre, la web sufre presiones de todo tipo para que deje de estar online.
“No sabemos el número exacto de documentos que tenemos pero está por encima de los 300 gigas. Y esperamos recibir más”, afirman desde Football Leaks.
Un miembro de Football Leaks le contó al New York Times que Doyen forzó al portal LiveJournal para que bajara dos veces su sitio. Y que incluso ahora que están alojados en servidores en Rusia, “porque es sabido que las autoridades rusas rara vez cooperan con las autoridades occidentales”, la compañía consiguió que el hosting Yandex quitara de la web muchos documentos divulgados en sus primeros posteos.
Mientras tanto, acá, comienza otro mercado de pases veraniego. Los nombres rutilantes empiezan a sonar para inflar rumores, los entrenadores entregan sus listas a Papa Noél, se reúnen en confiterías céntricas agentes con directivos, y si no se ponen de acuerdo grupos empresarios llegarán para salvar la situación. El dinero pasará de manos y nosotros no nos enteraremos de nada. Los cronistas no podrán contar lo que poco que sepan, para no perder amigos y primicias. A los socios de los clubes que ni se les ocurra preguntar. De eso no se habla.
Si quieren investigar un poco más sobre el tema, les dejamos sus links oficiales:
Webs: https://footballleaks2015.wordpress.com / footballleaks.blog.ru
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