Es curioso. Pese a que muchos sostienen que ganó el Mundial ’86 prácticamente por su cuenta, Maradona nunca pudo levantar la Copa América. Además de aquella participación del ’79 en la que usó la camiseta número 6, Diego sumó dos más, recién ocho años después.

No fue convocado en el ’83 porque ya jugaba en el exterior. Sí apareció en 1987 y 1989, después de su consagración planetaria, con el mote de mejor jugador del mundo bien ganado y Carlos Bilardo como entrenador.

En el ’87, Argentina fue la sede del torneo, hizo de local en el Monumental y Maradona jugó todos los partidos. Arrancó con un 1-1 ante Perú, con gol propio.

Siguió con un 3-0 ante Ecuador en el que Diego hizo un tanto de penal y otro de tiro libre.

 

Argentina terminó primera en su grupo, pero tropezó en las semifinales con el campeón vigente, Uruguay, que entró directamente en esa ronda y tuvo su modesta venganza tras haber caído un año antes en los Octavos de final de México, con aquel recordado gol de Pedro Pablo Pasculli.

 

Luego, el anfitrión cayó 2-1 ante Colombia, en un partido por el tercer puesto.

 

En 1989 Maradona tuvo su última chance de levantar el máximo trofeo de naciones del continente. Llegó diezmado físicamente e integró un equipo discutido, que logró la “hazaña” de convertir apenas dos goles en siete partidos (ambos de Canniggia) e igual pasar a la ronda final del campeonato.

En 2011, cuando el seleccionado argentino dirigido por Sergio “Checho” Batista –sucesor de Diego en el cargo- quedó eliminado de la Copa América jugada en casa tras ganar apenas un encuentro, Maradona declaró: “Si yo no puedo ganar dos partidos en la Copa América, me voy solo”. Quizá no se dio cuenta de que eso fue exactamente lo que logró en aquella primera experiencia del ’79: ganar un único partido e irse solo. En el ’87 repitió la dosis simple de victoria y, para acrecentar el paralelo con Batista, fue local. En el ’89, al menos pudo festejar dos victorias.

En el ’91 y en el ‘93 ya le había caído esa suspensión maldita que lo obligó a perderse de los dos últimos títulos internacionales que Argentina supo ganar. Ambos con los hombres de su generación. Ambos sin él. Ambos en la Copa América.