De proponérselo el Club Atlético Los Andes tendría un lugar asegurado en un libro de records insólitos. Y no lo decimos por la incomprobable cantidad de rayitas* que luce en su camiseta y a las cuales debe su apodo.

Tres generaciones de futbolistas de la misma familia y con el mismo apellido jugaron en el club y protagonizaron sendos ascensos de categoría.

El abuelo, Manuel da Graca, integró el primer equipo de Los Andes afiliado a AFA en 1937 y formó parte del plantel que ascendió a Primera B al año siguiente.

El padre, Abel da Graca, fue el máximo goleador del torneo de reclasificación que llevó al equipo a Primera División en 1967, tal vez la época más gloriosa del club de Lomas de Zamora que en esa oportunidad logró conservar por cuatro años la categoría superior.

El nieto, Hernán da Graca, anotó frente a Deportivo Armenio, el gol con el que Los Andes consiguió su ascenso al Nacional B en 1994.

Ese día, en medio de los festejos en cancha de Lanús, las tres generaciones, Manuel, Abel y Hernán se fundieron en un abrazo que prácticamente sintetizaba la historia del club.

Por si le faltaran elementos a la historia, excepcional de por sí, hay que agregar un dato que es como una metáfora del derrotero de los afroamericanos en la Argentina: Manuel, el abuelo, era un negro de pura cepa; Abel, el padre, un mulato y en Hernán, el nieto, resulta ya imposible reconocer la herencia africana de sus ancestros.

 

*En el año 2000, Los Andes jugó en Primera División con una camiseta de la marca Signia diseñada por Prince que tenía exactamente 1.000 rayitas certificadas ante escribano público.

 

Fuentes: Fútbol, historias y estadísticas #8 – Editorial Perfil; Ecos del balón (http://www.ecosdelbalon.com)