“General Juan Perón, Primer Deportista Argentino”, reza la tapa de la revista Mundo Deportivo del 30 de abril de 1953, junto a la foto que lo muestra en su inconfundible Pochoneta. Es que, para el primer peronismo, el tema del deporte no era algo menor. La inclusión socia estaba reflejada en la consigna de que su líder era el “Primer Deportista Argentino”.
Con este espíritu nació la revista Mundo Deportivo en abril de 1949, como parte del grupo medios de la Editorial Haynes, comprada por allegados al peronismo. Esto dio lugar a que se heredara una de las empresas de medios más importantes del continente. La adquirió el secretario de la presidencia, el contador Oscar Nicolini.
En ese momento, ya como parte de Editorial Alea, se editaban Mundo Argentino, Selecta, El Hogar, Mundo Agrario, Mundo Atómico, Mundo Infantil, Mundo Radial, Caras y Caretas, P.B.T y diario El Mundo. En esta etapa surgirá Mundo Peronista. Otro de los productos periodísticos de la Editorial era L.R.1 Radio El Mundo controlada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, mayor Carlos V. Aloé.
Mundo Deportivo fue un semanario que reflejaba la actualidad deportiva con una impronta peronista. En la dirección de la revista estaba Horacio Besio, quien fue presidente del Círculo de Periodistas Deportivos entre 1965 y 1973 y conocido comentarista del equipo deportivo de Radio El Mundo junto a Enzo Ardigó y Fioravanti.
Parte del ideario justicialista que manejaba la revista quedó reflejado en el anuario del 27 de diciembre de 1951 sobre los juegos Panamericanos de ese año, disputados en el país: “…Todo dinero que se invierta en el deporte está bien gastado, porque la consecuencia del deporte siempre es la señalada, vale decir el indicar un camino de perfeccionamiento a la fortaleza de la juventud.
La cifra que cuestan los juegos Panamericanos (15 millones) constituye una suma enorme de esfuerzos grandiosos. El gasto fue abarcado por el traslado a nuestro país de las delegaciones visitantes, por su viaje de retorno a sus respectivos países, el desenvolvimiento dentro de nuestro país y lógicamente, su estada íntegra. Todo eso fue abonado por el Superior Gobierno de la nación, que facilitó a la Confederación Argentina de Deportes todos los elementos que era menester.
A disposición de este propósito de confraternidad que prevaleció durante los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos, se tuvieron infinidad de cosas favorables. La villa Panamericana que convirtió al Colegio Militar de la Nación en un perfecto campamento para atletas; la Villa Evita, en Ezeiza donde se concentraron los muchachos argentinos que llevaron hasta tan alto los colores nacional.
Y así sucesivamente, hoteles, mansiones especialmente habilitadas al efecto, estadios con dependencias confortables, todo eso conmoviendo un mecanismo de extraordinaria categoría, fue dando cuenta del notable esfuerzo realizado para concretar el sueño largamente acariciado por el general Perón.
La República Argentina y nuestro gran Buenos aires abrieron las puertas de su corazón para recibir a los atletas de América; el abrazo que los fundió estrechó sentimientos de íntima solidaridad, cimentando así el brillo que posteriormente se tradujo en cada uno de los sucesos que integró el panorama soberbio de los Panamericanos…”
El semanario competía con El Gráfico, revista que en la década del 40 logró una gran cantidad de lectores, que más tarde empezó a perder en manos de Mundo Deportivo. Víctor Lupo, autor del libro Historia Política del Deporte Argentino (1610-2002) recuerda aquel duelo: “a veces, se nos ocurre pensar que, por un lado, esto se debía también a que se vivía una época dorada del deporte argentino, no desgajada de lo que acaecía en la Argentina. Por otro lado, no deberíamos soslayar la importante competencia que, al menos en la década de 1950, le hacía Mundo Deportivo”.
Mundo Deportivo era semanal, y en su tapa aparecían deportistas de distintas disciplinas (no solo futbolistas), una cuestión habitual para la época. Su portada era en colores, y su interior era un intercalado entre el color con el cepia o azulado. Su tamaño era de 33 por 26 cm, y poseía importantes producciones fotográficas e ilustraciones. Sus páginas brindaron informes especiales (la historia de los clubes de fútbol). El automovilismo tenía su espacio y esa sección era comandada por Miguel Merlo.
Mundo Deportivo se insertaba en los principios de Alea, quien representaba una parte de la construcción mediática del pensamiento peronista y que intentaba poner equilibrio en otros que enfrentaban al gobierno justicialista. Alea era una editorial que tenía vinculaciones con el peronismo. En el libro de Pablo Sirven Perón y los medios de comunicación se dice que 51 % de las acciones estaba en manos de gente allegada al peronismo a través de la figura de Oscar Nicolini. Se trataba de un actor vinculado al gobierno justicialista que ocupó diferentes cargos; por ejemplo, en 1954 fue Director de Correos.
Mundo Deportivo reflejó la actualidad deportiva y contaba con información sobre el impulso al deporte desde las estructuras peronistas. Las referencias a todo aquello que hacía Perón y su obra de gobierno en el área deportiva eran comunes en el semanario. En varios números, por ejemplo, se puede ver al General o Evita en la tapa, como notas centrales de la edición.
Una de sus principales diferencias con su competidora era la abundante información de los Campeonatos Infantiles y Juveniles Evita, que se iniciaron durante el año de aparición de la revista: 1949. También El Gráfico daba cuenta de los torneos Evita, pero la diferencia la brindaba Mundo Deportivo, ya que les otorgaba un giro más político y social, basado en transmitirle a la gente aquello que era la política peronista en materia de los deportes.
En julio de 1953 Mundo Deportivo tendrá en su tapa a Eva Perón, al cumplirse el primer aniversario de su muerte, y su interior se le hace un homenaje a su obra llevada adelante a través de su famosa Fundación, en donde se le dio fomento a los clubes barriales y se crearon entidades que sirvieron para estrechar los lazos de una comunidad que desarrollaba una nueva identidad social. También en este mismo año, Perón será elegido para el Anuario que solía sacar la revista.
Como dice Víctor Lupo, el peronismo fue el primer gobierno que le dio una faceta social al deporte y que democratizó distintos planos. Uno era la planificación social-deportiva, con los torneos Evita, los certámenes de trabajadores organizados por la CGT, las Olimpíadas universitarias, torneos interinstitucionales y la función de la Confederación Argentina de Deportes, que le dio un impulso muy grande al deporte amateur. La preparación de los atletas de elite, como Delfo Cabrera, ganador de las olimpíadas del 48, la tenista Mary Terán de Weis o Reinaldo Gorno quien estuvo muy ceca en Helsinki 52 de conseguir el oro, pero se encontró con el genial maratonista checoeslovaco Emil Zátopek.
Estas dos facetas demostraban que no solamente se usaba al deporte para respaldar a los atletas de elite. También se anhelaba que las bases sociales practicasen el deporte como una manera de inclusión social, y darles a los sectores menos favorecidos esa entidad que necesitaban y que de alguna manera el gobierno peronista transmitía en otras áreas.
Mundo Deportivo no era solamente un órgano de propaganda; se trataba de dueños y editores consustanciados con el peronismo. Se podría decir que formaban parte de una militancia periodística. La revista quería mostrar que el gobierno peronista también estaba haciendo planes para el deporte y facilitándole a las masas el acceso a los beneficios de salud históricamente vedados.
La política del peronismo estaba ligada a la difusión de su obra, y algo que se vio reflejado en los Juegos Panamericanos realizados en Buenos Aires (1951). Aquella fue la mejor actuación argentina en estos juegos, superando a EEUU en medallas. Algo inédito, ya que en los Panamericanos nunca los estadounidenses bajaron del primer puesto. En 1951 Argentina superó ampliamente a los norteamericanos. En cuanto a lo periodístico, la cobertura de Mundo Deportivo fue muy importante, como también lo fue la de El Gráfico. Esto lo que demuestra es que había cosas que eran insoslayables y que el deporte en ese momento estaba en un desarrollo superior a otros países de Latinoamérica.
Es innegable que la revista tenía fuerte vinculaciones con el gobierno peronista y era indudable que respondía a afinidades ideológicas. El paquete accionario es otra cosa. De muchos de ellos se sabe poco y nada. Todo, después del cierre en los 60, ha quedado en la nebulosa. Un libro de Antonio Cafiero explica que cuando se nacionalizaron los Ferrocarriles Argentinos se encontraron documentos que decían que la Editorial Haynes tenía conexiones con los ferrocarriles ingleses, ya que su fundador, Alberto Haynes, era empleado allí. Después llegan las figuras de Nicolini y Aloé, y junto con ellos todo el mito justicialista. Hasta finales de los años 40, y con el peronismo tuvo influencia de gente cercana al movimiento.
La historia empezó a cambiar cuando cayó Perón y se hicieron las famosas comisiones investigadoras que atraparon, entre otros, al mayor Carlos Aloé, en ese momento gobernador de la provincia de Buenos Aires, a quien se le imputaba haber sido testaferro de Perón.
A partir de allí, Mundo Deportivo abandonó la tendencia a difundir qué era el deporte desde un sentido social. Llegaban los días de la prohibición a todo lo que tuviese que ver con manifestaciones peronistas. Esas dos etapas están bien marcadas en la revista: una con el peronismo y otra muy distinta después. Desde el punto de vista ideológico, la revista marcó una forma de hacer periodismo y de transmitir lo que pasaba en el deporte a través de sus páginas. Después del 55, continuó, pero cambiando el perfil ideológico. Eran tiempos en que el peronismo “había quedado en la historia” y fue tomado por muchos como la “tiranía”. Así no solamente Mundo Deportivocambió su forma de hacer periodismo y de volcar su tendencia editorial. Casi todos los medios de comunicación hacen lo mismo.
Lo que pasó después del 55 forma parte del fin de una época, en la que el pueblo se había hecho presente por primera vez en la historia argentina. Para Mundo Deportivo, pese a que siguió varios años, la Fusiladora marcó el principio de su agonía. Y ya nunca nada sería igual.
*Artículo publicado en UN CAÑO#27 – Julio 2010