Todo comenzó cuando Mario Saccone envió un preciso centro a la cabeza de Marcos Ramírez, quien a los 46 minutos del segundo tiempo marcó el 2-3. Ciento veinte segundos después, Rubén Darío Ferrer recibió una infracción en la puerta del área y Ezequiel Miralles le pegó como solo le pegan los números diez: con categoría y una serenidad inexplicable en un momento de semejante angustia. La pelota viajó al ángulo de Maximiliano Gagliardo y Defensa y Justicia festejó el gol más importante de su historia. Hasta el jueves pasado.

La hazaña contra Sao Paulo en el Morumbí no podría haber sido posible sin aquel empate agónico contra Deportivo Morón en el estadio Norberto Tomaghello. El 3 de junio (hoy es reconocido como el “día del hincha de D y J”) de 2006 cambió la historia del club más joven del fútbol metroplitano. Haber logrado la permanencia en la B Nacional de esa manera le dio un aura mística al equipo de Florencio Varela, que supo honrar esa hazaña en los años siguientes.

Defensa comenzó la temporada 2005/2006 en el último lugar en la tabla del descenso. Tras doce años ininterrumpidos en la segunda categoría, la permanencia estaba claramente amenazada. De hecho, llegó a la fecha final del torneo Clausura en serio riesgo. Recién se salvó de jugar un desempate contra El Porvenir en el último minuto del partido contra San Martín de San Juan, cuando Jesús Nievas marcó el empate 1-1. Ese gol le permitió jugar la promoción contra un rival de la B Metro. Morón, en este caso.

El juego de ida disputado en el oeste terminó 1-1. La revancha comenzó muy tranquila para el equipo que dirigía Rubén Agüero, ya que Ferrer abrió el marcador a los dos minutos. Morón, lejos de apichonarse, salió a buscar el triunfo y se puso arriba con dos goles de Damián Akerman y uno de Ceferino Denis. Defensa era superado con claridad y todo estaba dado para el regreso del Gallo al Nacional. Hasta ese cabezazo salvador de Ramírez. El ganador de esa serie hoy juega la Sudamericana, mientras que el perdedor todavía lucha por un ascenso que se le niega desde hace demasiado tiempo.

Ninguno de los miles de hinchas que coparon el Tomaghello aquella tarde plomiza de junio imaginó jamás que una década después estarían celebrando una clasificación en las tribunas del Morumbí. En su primer partido internacional como visitante, Defensa y Justicia eliminó al equipo más exitoso del fútbol brasileño. No hay antecedentes de un logro semejante.

El club de Varela fue fundado en 1935 pero comenzó a competir en AFA a fines de la década del setenta. Solo descendió una vez en su historia (a la B Metro en 1993) y tiene el récord de temporadas disputadas en la B Nacional, con 24. Pasó de la D a la segunda categoría en solo cuatro años y llegó al plano internacional tras solo tres temporadas en la A. La precocidad es uno de sus signos de identidad.

Desde la llegada a primera bajo la conducción de Diego Cocca, el club se ha destacado por elegir entrenadores que luego brillan en equipos más prestigiosos. Jorge Almirón, Darío Franco, Ariel Holan y el propio Cocca formaron parte de un proyecto futbolístico claro que se mantiene pese a los cambios en la dirección técnica. Hoy, Sebastián Beccacece es quien lo lidera, pero es posible que siga su carrera en la Selección Argentina junto a Jorge Sampaoli. Si se va, lo hará después de lograr una victoria que hizo lo imposible: superó aquella tarde de gloria contra Morón.