En 2011, Gales era la selección 117 del ranking FIFA y parecía que perdía más partidos de los que jugaba. Una tarde, contra Irlanda del Norte, apenas 529 personas se animaron a ir al estadio. Ahora, un lustro más tarde, para sorpresa de todo el mundo del fútbol, el equipo de Gareth Bale jugará ante la Portugal de Cristiano Ronaldo por un lugar en la final de la Eurocopa.
Francia 2016, la primera Euro a la que Gales logra clasificar, gracias a este nuevo formato de 24 equipos, es el torneo más importante que juegan en 58 años. Luego de la derrota en Cuartos del Mundial de Suecia 58, ante el Brasil de Pelé, los galeses nunca volvieron a ver a su Selección en una Copa. Poco pero bueno, hay que decir. Otra vez llegaron lejos y ahora se ilusionan con sumarse a la Dinarmarca de 1992 o la Grecia de 2004 como campeón sorpresa.
En las tribunas, los británicos de camiseta roja cantan “cada mañana, cuando despierto, doy gracias a dios por ser galés”. La canción noventosa de Catatonia resurgió ahora como banda de sonido para el glorioso andar de Gales en la Eurocopa. En el campo, todos miran al banco de suplente para encontrar en el entrenador al responsable de la hazaña de meter a un país de tres millones de habitantes entre los cuatro mejores de Europa. El DT es Chris Coleman y como la de Gales, la suya es una historia de superación y crecimiento acelerado.
Su recorrido como técnico comenzó en una ruta de Surrey, al volante de un Jaguar, hace 15 años. Entonces tenía 30, era defensor central y capitán de Fulham. No pensaba ni en el retiro ni en ser DT, hasta que se salió de la calzada a 255 kilómetros por hora. Los socorristas tardaron más de una hora para sacarlo de entre los restos del vehículo. Tenía fracturas múltiples en una pierna. Debió dejar los botines pero no pudo alejarse del fútbol.
Hizo el curso de DT y dos años más tarde Al Fayed padre le dio la chance de ser DT de Fulham. Fue 9no en la primera temporada pero la fortuna del novato se fue agotando. Lo despidieron en 2007 y recaló en Real Sociedad, que estaba en Segunda, por recomendación de su compatriota John Toshack. Pasó poco tiempo en la bella San Sebastián. Se fue a los seis meses, peleado con el presidente, pero dejó algunas anécdotas hermosas. Una vez, llegó una hora y media tarde a una conferencia de prensa. Dijo que había tenido problemas domésticos pero luego unas fotos lo mostraron la noche anterior en un bar. Al final, admitió: “Me peleé con el txakolí (vino blanco típico guipuzcoano)”.
Su carrera de DT parecía acabada antes de empezar. Luego pasó por Coventry y más tarde entrenó a Larissa, en la B de Grecia. Hasta que otra desgracia lo puso en el camino de Gales. En 2012, Gary Speed, su amigo de la infancia y compañero de habitación en la Selección, fue encontrado ahorcado en su casa. Con Speed había comenzado la recuperación galesa y Coleman fue elegido para continuar el trabajo. Todavía dolido, aceptó el cargo en su memoria. “En un mundo ideal, yo no estaría aquí, Gales estaría en una buena situación y uno de mis mejores amigos estaría con nosotros”, dijo entonces.
El comienzo fue duro. Tras una derrota 1-6 ante Serbia, Coleman intentó renunciar pero su padre lo convenció de quedarse. El sábado, tras eltriunfo ante Bélgica que lo metió en esta semifinal, el DT lamentó que Paddy, que murió hace unos años, no haya podido disfrutar una de las victorias más importantes en la historia del fútbol galés.
Luego de esa dura derrota, lentamente, Coleman comenzó a construir esta Selección de Gales que despabila a Europa. Con Aaron Ramsey, el gran ausente ante Portugal, moviendo los hilos en el medio y con Gareth Bale como la estrella ofensiva de un colectivo sólido desde lo táctico. Un equipo con fortaleza defensiva pero también con poder de fuego, es uno de los más goleadores de esta Euro y su estrella pelea arriba en la tabla de anotadores.
Bajo el lema “Juntos somos más fuertes”, una Gales con pocos nombres y muchas ganas va por la primera final de su historia. Con buen fútbol y sin el cartel de favoritos, es imposible verlos sin querer les vaya bien. Ojalá ante Portugal también nos saquen una sonrisa.