Ya no hay jugadores como Francesco Totti. Él es el último de su especie. Con él, se terminan los futbolistas-símbolo de un club. Las urgencias del fútbol moderno conspiran contra la identificación indiscutible entre un hombre y su equipo. Por eso, Totti es un ícono y su trascendencia va mucho más allá de Roma y de Italia. Su legado trasciende las fronteras y merece el reconocimiento de todos.
Hoy, Totti cumple 40 años de edad, 27 de los cuales los vivió en la Associazione Sportiva Roma, donde llegó a los 13 años, tras el rechazo de su madre a una oferta de AC Milan. Ese amor familiar por el club de su ciudad lo acompañó para siempre, hasta convertirlo en el futbolista más importante de su historia.
“Mucha gente me pregunta el porqué he pasado toda mi vida en Roma. Para mí significa mi familia, mis amigos, la gente que amo. Es el mar, la montaña, los monumentos. Y sobre todo los romanos. Roma es amarillo y rojo. Para mí, Roma es el mundo. Este club y esta ciudad han sido mi vida. Siempre”. De tanto amor correspondido, Totti se convirtió en un monumento más de la ciudad eterna.
Hay mil referencias, anécodtas y ejemplos de todo lo que signifca Francesco para su equipo y habrá tiempo de repasarlos. Hoy, lo mejor es dar algunos datos y luego quedarse con las imágenes. Porque Totti representa demasiado fuera de la cancha, pero ha sido un verdadero crack dentro de ella.
Debutó el el 28 de marzo de 1993 en el primer equipo, en un partido ante Brescia. Hace 23 años. Cuatro de sus compañeros del plantel actual (Leandro Paredes y Juan Iturbe entre ellos) todavía no habían nacido cuando él ya era un jugador profesional. Sólo cuatro años después, recibió la cinta de capitán. La tuvo durante 19 temporadas y contando.
Ganó cinco títulos con Roma y se coronó campeón del mundo con la Selección de Italia en Alemania 2006. Pero, como sucede siempre con los grandes, su legado va más allá de los trofeos.
La temporada pasada, todos creían que su tiempo había pasado. Que sólo estaba en el equipo para darle un aporte testimonial. Entonces. en un encuentro contra Torino ingresó en el segundo tiempo, cuando Roma perdía 2-1 como local. En tres minutos convirtió un doblete y le dio los tres puntos a la Loba. La enorme mayoría de los tifosi explotó en llanto por la hazaña del ídolo interminable. Hace tres días sucedió algo parecido, cuando frente al mismo rival anotó su gol 250 en la Serie A.
Se pueden escribir mil líneas sobre Francesco Totti y su legado. Pero hoy sólo resta comprender su trascendencia simbólica y celebrar su fútbol.