La gran figura, el líder de la defensa, el segundo máximo goleador, el mejor jugador joven y el entrenador. Todos estos elementos abandonaron Southampton FC al término de la última temporada. Adam Lallana, Dejan Lovren, Rickie Lambert, Luke Shaw y Mauricio Pochettino se fueron de un equipo que sólo pensaba en evitar el descenso pero que terminó en el octavo puesto, como la gran revelación 2013/14. Este éxodo hacía pensar en un año de transición, en el que, una vez más, el club iba a pelear en los últimos puestos de la tabla. Lejos de eso, el cuadro del sur de Inglaterra logró mejorar su campaña y hoy, después de vencer a Manchester United en Old Trafford, está tercero en la tabla.
Recibió 93 millones de libras por las ventas y salió al mercado con paciencia e inteligencia. Contrató al director técnico subcampeón de Holanda, Ronald Koeman, quien llegó junto a la actual figura del plantel: Graziano Pelle. El italiano suma ocho goles en la Premier y reemplazó con gran eficacia a Lambert. Además, arribó Dusan Tadic para ocupar el lugar de Lallana y Toby Alderweireld para ponerse los botines de Lovren. No fueron nombres que rompieron el mercado pero sí lograron su principal objetivo: que el equipo no resintiera su funcionamiento. Además, quedó una ganancia de casi 40 millones de libras en la tesorería.
¿Por qué un club humilde, con un presupuesto muy inferior al de de sus rivales, se coló en el podio de la Premier? Porque no tiene miedo. Ese es el argumento más importante de este Southampton ganador. Descartó todo tipo de complejo y entendió que para pelear mano a mano en los primeros puestos debía al menos intentar faltarle el respeto a los grandes y además salir a ganar contra el resto de los adversarios. Así sumó doce victorias en 21 encuentros hasta la fecha.
Con Pochettino, el equipo privilegiaba la posesión, buscaba salir rápido de contragolpe y, aunque se defendía con criterio, tenía una clara mentalidad ofensiva. Esa fórmula sirvió y por eso la idea de esta nueva temporada era modificarla lo menos posible. Llegó un director técnico con ideas similares y las ventas se reemplazaron con jugadores de características similares. Koeman juega con un 4-3-3 flexible, en el que Pelle es el hombre más adelantado y tanto Elia como Tadic pueden retroceder y formar un 4-5-1. Dicha plasticidad del sistema táctico transforma a Southampton en un equipo muy difícil de controlar en la ofensiva.
Otro de los motivos que mantienen a los Saints en el podio de una de las ligas más duras del planeta es su solidez defensiva. Southampton es el equipo menos goleado de la Premier en las primeras 21 jornadas. Sólo recibió 15 tantos y en diez encuentros finalizó con la valla invicta. En esto es clave la tarea del arquero Fraser Forster, quien se ha destacado como uno de los mejores guardavallas del torneo, por sus atajadas y por la seguridad que transmite. La estructura defensiva se apoya en él, pero tiene en Jose Fonte y en Toby Alderweireld dos centrales confiables y en Clyne y Ryan Bertrand dos marcadores de punta que primero se preocupan por defender y luego por sorprender en ataque.
Este domingo, Soton derrotó a Manchester United en Old Trafford por primera vez desde 1988 y lo superó en el tercer lugar de la tabla. El trámite del partido fue muy parejo, pero Tadic marcó un gol en el segundo tiempo y después el visitante supo controlar el juego. Esta es otra de las virtudes del cuadro que dirige Koeman: cuando se pone en ventaja, sabe cómo administrarla. Y lo hace de la misma forma en su estadio o en la casa de los más grandes de Inglaterra.
Otro punto que transforma esta campaña en histórica es que supo superar el bajón clásico que se suele sufrir en este tipo de campeonatos. El calendario lo obligó a enfrentarse a Arsenal, Manchester City y Manchester United -como local- de manera consecutiva a comienzos de diciembre. Perdió los tres partidos y luego cayó ante Burnley y quedó eliminado de la Copa de la Liga. Fueron cinco derrotas muy duras y muchos pensaron en que había llegado el final de la utopía. Sin embargo, una goleada 3-0 sobre Everton en casa renovó las esperanzas y luego se sucedieron varios resultados positivos: le ganó a Crystal Palace, empató con el líder Chelsea, derrotó a Arsenal y ganó en Old Trafford. Esto reforza el estado anímico del plantel, algo vital para dar pelea contra rivales con mayor riqueza técnica.
Hace cuatro años, Southampton estaba jugando en la League One, la tercera división inglesa. Ascendió al Championship en 2010/11 y en la temporada siguiente volvió a la Premier League. Estuvo a punto de descender y eso motivó la llegada de Pochettino, quien lideró la resurrección del equipo. El club no tiene grandes honores. Sólo ganó en una ocasión la FA Cup, en 1976, y jugó una vez la final de la Copa de la Liga. Desde un buen trabajo dirigencial, está buscando meterse entre los mejores del país por primera vez en su historia y este es uno de sus mejores momentos.
Liverpool contrató a los tres mejores jugadores de Southampton en la temporada pasada. Rickie Lambert, Adam Lallana y Dejan Lovren dejaron St. Mary’s para viajar a Anfield Road y hoy ocupan el octavo lugar en la tabla. Su ex equipo, que había quedado desarmado y sin respuestas, está tercero y tiene siete puntos más. Eso no hace más que demostrar que, cuando hay una idea firme y afianzada, los nombres pueden cambiar sin que se resienta la estructura.