-¿Cómo es Juazeiro, la ciudad en que naciste?
-Es una ciudad pequeña, de unos 300.000 habitantes, muy calurosa (en verano alcanza los cuarenta grados) y muy alejada de las grandes ciudades de Brasil. Pero es un sitio muy cálido con sus visitantes, y es tierra de artistas, escritores y cantantes.
-¿Cómo era tu vida allí?
-Soy el pequeño de cinco hermanos. Mi madre era ama de casa y mi padre, agricultor. Él cuidaba de un huerto en Salitre, a treinta kilómetros de Juazeiro, donde cosechaba tomates, cebollas y melones. Con seis años ya me levantaba a las cuatro de la mañana para ayudarle. Me enseñó a ser como soy. Una persona feliz que ama la vida y lo que hace, aunque a veces eso se mal interprete. Mi padre no es muy expresivo, pero su manera de vivir es admirable. Da igual si gana poco o nada. Transmite pasión en su día a día y hace todo lo posible porque la gente de su alrededor haga lo mismo.
-¿Ese huerto les daba de comer?
-Juazeiro es un lugar de extremas sequías o lluvias torrenciales, según la época. La cosecha no siempre estaba asegurada. Por eso, salíamos a cazar palomas silvestres, para que en casa también hubiera carne.
-Eran unos supervivientes
-Sí, es verdad. Hasta en el cine encontramos ingresos. Con 14 años, algunos de mis hermanos, primos y yo mismo hicimos de extras en una película. Guerra dos Canudos, se llamaba. Nos dieron de comer y nos pagaron cinco reales. Eso entonces era mucho dinero.
-¿Cómo empezaste en el fútbol?
-Mi padre era un enfermo del fútbol. Cuando tenía treinta años, formó un equipo, el Palmeiras de Salitre, y me llevaba a jugar con ellos, aunque tuviera tres veces menos su edad. Luego ingresé en el Esporte Clube Bahia, y de ahí me fichó el Sevilla.
-Entonces empezó una que culminó con ocho años en Barcelona y un total de 33 títulos…
-Sí, es muy bonito, cierto, pero como dice en la película de ‘Rayo McQueen’: son solo copas vacías (Nota de Un Caño: se refiere a Cars, de Pixar). Ganar muchos títulos no te hace mejor ni te trae la felicidad. Te trae una falsa vida.
Yo de pequeño practicaba mi firma porque soñaba con ser famoso, ser importante y dar autógrafos. Pero esa era la mentalidad propia de la inocencia de un niño. Realmente, no tenía ni idea de lo que significaba. Ahora que soy famoso, me he dado cuenta que las personas famosas son mal vistas. El fútbol trae envidia, hipocresía y falsas amistades.
-¿Qué querés decir?
-Uno debe levantarse y pelear por sus objetivos, pero una vez conseguidos, hay que tirarlos y pensar en nuevos retos. La felicidad momentánea no me gusta. Me gusta trabajar día a día para ser feliz siempre. Por eso cuando he ganado una Champions nunca me he hecho trescientas fotos con la copa. Solo es un trofeo.
-Noto cierta decepción.
-Es que el fútbol es muy hipócrita. Por eso estoy decepcionado. La fama es una mierda. Yo de pequeño practicaba mi firma porque soñaba con ser famoso, ser importante y dar autógrafos. Pero esa era la mentalidad propia de la inocencia de un niño. Realmente, no tenía ni idea de lo que significaba. Ahora que soy famoso, me he dado cuenta que las personas famosas son mal vistas. El fútbol trae envidia, hipocresía y falsas amistades.
-¿Y los beneficios que trae la fama?
-Todos hablan de gente ‘famosa’ y de gente ‘normal’. ¿Normal? ¿No podemos ser todos normales? Yo juego al fútbol, vos sos periodista, vos fotógrafo, pero somos todas personas. Aún así, hay etiquetas que permanecen: famoso, normal, rico, pobre… para mí ser ‘rico’ no es tener mucho dinero, sino tener muchas cosas en tu cabeza.
-¿No creés que tener dinero ayuda a vivir mejor?
-Todo el mundo quiere, quiere, quiere… y cuando tiene, se siente desesperado. El dinero es un mal necesario, que te deja comprar momentos y cosas bonitas. Pero… ¿la felicidad? Eso no es una cuestión de fama y dinero, más bien lo contrario. Si so famoso la gente empieza a señalarte y a decir: ‘Mirá, mirá, ahí está ese tipo famoso’. La gente cree que la vida que llevo, estar bien pago, es la razón por la que soy feliz. No es así. Era más feliz cuando vivía en el campo con mi padre. ¿Por qué? Porque no sabía cuán prostituido está el mundo.
-¿Prostituido?
-Ahora todo el mundo está mirando su teléfono, nadie habla con nadie, todos miran hacia abajo mientras chequean sus redes sociales y se fijan lo que otros están diciendo sobre ellos. Pero mientras más sabés sobre el mundo de hoy, más te decepciona. No entiendo por qué la gente pelea por poder, dinero o fama. ¿Nadie se para a pensar que la fama es una mierda? ¿Qué mientras más dinero tenés, más problemas tenés?
-¿Los episodios de racismo que ha sufrido influyen en su pensamiento?
-No, ese es otro tema A mí no me afecta si alguien me llama negro. No me siento diferente. Las cosas solo te afectan si dejas que sea así. Yo no odio nada. Por eso no me gusta el victimismo que existe hoy en la sociedad. Tenemos que darle importancia a las cosas que tienen importancia.
-Pero el tema del racismo es bastante importante…
-Sí, lo es. Pero creo que tenemos que poner el foco en lo positivo. Si la gente viviera un poco más con la actitud de ‘a mí qué mas da lo que me diga ese’, la gente viviría mejor. En la vida van a existir cosas que no son agradables. Es inevitable. Vivimos en una sociedad amargada, victimista y que pone demasiadas excusas para todo. Tenemos que ser más felices.
-¿Vos lo sos?
-Sin duda. Cuando yo hablo de energía, felicidad, dicha, eso se aplica a la vida. Trato de que la gente entienda eso y espero ser contagioso. No hay que ser amargo: el mundo ya es lo suficientemente amargo, lo suficientemente autodestructivo. Yo quiero que mi visión positiva llegue hasta la gente. Eso lo aprendí de mi padre. Pase lo que pase, hay que ser feliz.
-¿También en el fútbol?
-También, pero tengo muchas más inquietudes.
-¿Por ejemplo?
-Me hubiese gustado ser piloto de Fórmula 1. Me encanta conducir y la adrenalina de un coche de carreras. También me gustaría trabajar con restaurantes, o en el mundo de la moda…
-¿No te gustaría ser entrenador?
-No, no.
-¿Y cantante?
-(Risas) Es cierto que canto mucho. No sé cantar, pero canto y la gente me critica por ello. Como decimos en Brasil, quien canta los males espanta. Así que canto, porque no me gusta estar rodeado de mierda. Me gusta la felicidad y cuando la gente trata de destruirla me enojo. No importa si cantas bien o mal, canta. Lo importante es lo que quieres transmitir, no el producto final.
-¿Tu vida después del fútbol está en la música?
-Seguro. Yo amo la música y mi hobby es el fútbol. Estoy convencido que en otra vida fui cantante. De pequeño ya tenía un grupo y montábamos nosotros mismos los instrumentos. Mi padre trabajaba en un club que contrataba bandas de música. Tengo un hermano cantante. Tengo una productora en Brasil. Compongo. Ayudo a grupos que empiezan, para darlos a conocer. Cuando deje el fútbol me meteré de lleno en la música. Es mi gran pasión.
-Lo que no te gusta tanto es la Prensa…
-Eso no es así. Simplemente, no me gusta que inventen cosas, manipulen y creen mala onda. Me refiero a la prensa deportiva de Madrid y Barcelona. Hacen periodismo de barra de bar. Periodismo de redes sociales. Solo le interesa el morbo, y eso no es contar la verdad. Nos tienen que respetar. Detrás del futbolista, hay un ser humano. Y no pueden generar odio entre nosotros mismos, los futbolistas, y nuestros entornos. Cuando dije que el periodismo era basura lo hice porque creo que están dañando el fútbol. Y luego lo expliqué mejor, porque sé que hay buena gente en la profesión y no es justo generalizar. Pero creo que la gente merece pensar y entender por qué se dicen ciertas cosas.
-¿El fútbol español vive más tranquilo sin Guardiola y Mourinho?
-El Madrid de Mourinho no sabía perder. Jugó sucio.
-¿También jugó sucio con vos el Barcelona?
-A mí me gusta que me quieran, y si no me quieren, me voy. Irme gratis del Barcelona fue una hostia con clase. Durante mis tres últimas temporadas siempre se escuchaba que Alves se iba, pero los directivos nunca me decían nada a la cara. Fueron muy falsos y desagradecidos. No me tuvieron respeto. Solo me ofrecieron renovar cuando le sancionó la FIFA. Entonces es cuando yo entré en juego y firme una renovación con cláusula libre. Los que hoy dirigen el Barcelona no tienen ni idea de cómo tratar a sus futbolistas.
-Hay quienes dicen que no sabés defender. ¿Qué pensás de eso?
-¿Qué es defender? ¿No gambetear ni pasar la mitad de la cancha? Puta, el fútbol sería aburridísimo así, ¿no? Uno se puede preparar sólo para defender, pero el momento en que te pasan… te das cuenta de que no sos el único que es rápido, ni fuerte físicamente. Y no tenés otras herramientas cuando tenés la pelota. ¿Si defendés no atacás y si atacás no defendés? ¿Para qué es el fútbol? Para ganar. Y para ganar hay que hacer más goles que el rival. El ganador no es el equipo que defiende increíblemente bien. Si defendés pero no anotás, no sirve de nada.
-¿Te afectan las críticas?
-Es que no se pueden simplemente ignorar. Trato de mejorar, uso la crítica para eso. ¿Qué sería de mí sin la crítica, si todo el mundo me halagara? Me debilitaría. Cuando hay tanta, tanta, tanta crítica, te hace reflexionar. Nos ponen en el microscopio para ver cuáles son nuestros defectos. A veces pienso: sin defender bien, sin atacar bien, sin poder mandar buenos centros, estuve ocho años en el Barça y gané 33 títulos. ¡Imaginate si hubiera sido bueno! ¡Sería la hostia! Me río un poco, pero toma nota también. Lo que no puedo hacer es dejar que eso cambie mi filosofía, vivir por lo que otros dicen de mí. Dejaría de ser mi vida.
-¿Por qué elegiste la Juventus?
-Quería salir de mi zona de confort y competir a un alto nivel en un club histórico y ganador. Porque yo soy un ganador. Y la Juventus también lo es. Es una institución que siempre tiene algo que enseñarte. Que siempre compite. Aquí soy feliz y tengo nuevos y bonitos retos en este gran equipo.
Como la Champions, que tanto desean en Turín…
-Tenemos equipo para disputarla. Sin duda. Pero aquí son muy supersticiosos y lo dicen con la boca pequeña, para no gafarlo. Vamos paso a paso. Primero el Oporto de Casillas y luego, ya veremos qué es lo que viene.
-Usted ha vivido in situ los años más calientes del movimientos independentista catalán. ¿Qué piensa de todo este asunto?
-El desprecio del resto de España, te hablo de los ciudadanos y de las instituciones políticas, con Cataluña ha generado esta ola independentista de los últimos años. Así lo he sentido yo durante los ocho años que he vivido en Cataluña. Y eso ha provocado que el pueblo catalán se hayan encerrado en sí mismo, pero no debería ser así. Ellos reciben a la gente de España con cariño, aunque lo hacen desde la desconfianza y el recelo. Y no creo que eso sea bueno. Hay gente que sale a la manifestación de la independencia, pero no sabe ni siquiera lo que es la independencia. Siguen la corriente, siguen a la masa porque es lo que toca. Tanto la actitud de las instituciones españolas como las de Cataluña y su gente es equivocada. Yo siempre voy a decantarme por la vía del diálogo y del consenso. La independencia sería un error. Si España y Cataluña se separan, ambos saldrían perdiendo. Juntos son más fuertes.