Los Juegos Olímpicos tienen una disciplina reina, una vedette exclusiva, una competencia sin equivalente que en 10 segundos -quizá un poco más, quizá un poco menos- define idolatrías, triunfos y figuras de época. Se trata, por supuesto, de los 100 metros llanos.
La final de los 100 metros despierta más expectativa que cualquier otra prueba en los Juegos. Y, año tras año, el ganador obtiene un status especial. A lo mejor es un poco engañoso pero está universalmente aceptado: quien se impone se transforma en el hombre más rápido del mundo.
Parte del atractivo magnético que ejerce esta carrera se debe a su paridad. Algunas décimas de segundo separan al vencedor, e inmediatamente máximo ídolo del atletismo mundial, del último, cuyo nombre será inmediatamente olvidado.
Ahora, ¿cuáles fueron los héroes que sacaron menor diferencia, los que grabaron su nombre en el oro olímpico con una menor distancia con su escolta? Hay artículos que no precisan la opinión de un periodista para quedar plasmados, porque se rigen por una pauta exclusivamente numérica. Este es uno de esos artículos.
A continuación, rescatamos las cinco finales de 100 metros más parejas en la historia de los Juegos Olímpicos.
5- MONTREAL 1976
Las imágenes engañan, porque Hasley Crawford dominó esa carrera de principio a fin, pero la realidad es que el vencedor de Trinidad y Tobago se impuso por apenas dos centésimas de segundo al jamaiquino Don Quarrie. El registro final de Crawford fue de 10s06, y el esfuerzo de Quarrie en el tramo de cierre lo llevó a un más que respetable 10s08. El vencedor había ganado sus tres series clasificatorias previas a la final. Durante la definición, las cámaras registraron la decepción del atleta cubano Silvio Leonard, que fue eliminado en los cuartos de final. Hablaremos de él más adelante en esta misma entrega.
4- HELSINKI 1952
Aunque el cronómetro terminó marcando 10s79, un tiempo que era alto incluso para aquellos tiempos en una final olímpica, el estadounidense Lindy Remigino se terminó asegurando la medalla de oro olímpico con un margen de una centésima. Quien quedó segundo fue el jamaiquino Herb McKenley, con 10s80. Curiosamente, tanto el ganador como el escolta habían logrado mejores tiempos en las semifinales y en la primera rueda de clasificación. En su primera serie, sin ir más lejos, Remigino clavó los relojes en 10s68.
3- ATENAS 2004
En la primera ronda, el mejor tiempo lo consiguió el estadounidense Shawn Crawford, ganador del oro en los 200 metros, que repitió su dominio en la segunda tanda clasificatoria por sobre el portugués (en realidad, nigeriano nacionalizaco) Francis Obikwelu y el también norteamericano Maurice Greene. En las semifinales, el líder fue el jamaiquino Asafa Powell, que había obtenido el segundo registro en la primera rueda y -junto a Obikwelu y Greene- había bajado la difícil barrera de los 10 segundos en la semifinal. Parecía que los apellidos de los favoritos estaban claros. Sin embargo, en la final, apareció un tercer estadounidense: Justin Gatlin. En esa definición, Gatlin explotó y dejó los cronómetros en 9s85. Fue apenas una centésima más rápido que Obikwellu y dos centésimas más rápido que Greene. Ellos completaron el podio. Un par de años más tarde, Gatlin fue suspendido por un control de dopaje que reveló el uso de testosterona por parte del atleta. En los Juegos, sin embargo, dio negativo en todos los controles. Sus registros olímpicos permanecen hasta hoy.
2- MOSCÚ 1980
Está bien, es cierto que faltaban los corredores de Estados Unidos -un detalle para nada menor- por el boicot que la nación americana estaba llevando a cabo junto a varias otras en aquellos Juegos, por la invasión soviética a Afganistán. De hecho, el tiempo ganador fue el más alto desde Roma ’60 hasta nuestros días para un vencedor de los 100 metros. Eso no le quitó dramatismo a aquella final. Las imágenes no mienten. En un principio, el dominio fue de Silvio Leonard, aquel mismo cubano que miraba incrédulo desde las gradas la final disputada cuatro años antes, en Montreal. Pero Leonard, que era cómodo líder cuando se había disputado el 70 por ciento de la prueba, se vio sorprendido por un cierre a toda máquina del británico Allan Wells. Wells era uno de los atletas de los países del boicot que participaba bajo la bandera olímpica. En aquella increíble final, terminó imponiéndose con un registro de 10s25. El tiempo de Leonard fue idéntico: 10s25. La diferencia fue menor a una centésima y pudo ser confirmada gracias al final fotográfico.
1- LOS ANGELES 1932
Se trata de la carrera de 100 metros más pareja en la historia de los Juegos. Al menos, la final más pareja. La medalla se definió por una filmación, ya que a simple vista resultó imposible determinar el campeón. Lo mismo sucedió con los cronómetros: tanto Eddie Tolan como Ralph Metcalfe marcaron un registro de 10s38. Oficialmente, en aquel momento ambos marcaron un 10s3, pero la tecnología permitió precisar el número más tarde. Como agregado, se trató nada menos que de un nuevo récord mundial. La decisión acerca del vencedor tardó horas en comunicarse. Muchos pensaron que Metcalfe -leve favorito pese a que Tolan había roto el récord olímpico en las fases clasificatorias- había logrado llegar primero. Cuando se revisó la cinta, se decidió que Tolan había pasado la línea de llegada con su torso una fracción de centésima de segundo antes que su rival.
BONUS TRACK: ROMA 1960
No lo incluimos en el ránking propiamente dicho porque los registros oficiales se midieron sólo en décimas. Pero, estrictamente, la final de Roma terminó en un empate técnico. Tanto el alemán Armin Hary como el estadounidense Dave Sime marcaron un registro de 10.2, que además fue récord olímpico. Aunque la carrera efectivamente fue muy pareja, el material fílmico parece evidenciar la victoria de Hary, repetidamente acusado de partir antes de la señal de largada. El propio Hary logró bajar por primera vez los diez segundos en una carrera de 100 metros. Valga, entonces, este pequeño párrafo como homenaje a su gesta y a su oro olímpico conseguido en Italia.
Fuente: Espn.com