El diario El País, de España, le hizo una entrevista a Massimiliano Allegri, entrenador de la Juventus, y lo lógico sería que un medio argentino rescate sus frases sobre Paulo Dybala: “Tiene una gran capacidad de aprendizaje, es una esponja, basta con mirarle a los ojos. Está tremendamente concentrado. Tiene mirada de killer. Ves que quiere conseguir su objetivo… El líder del vestuario es Buffon. Cuando habla sabe encontrar las palabras más adecuadas, las que te llegan. Tiene un carisma tremendo y transmite tranquilidad. Es un fuoriclasse. Pero en un equipo existe también el líder técnico y ése, dentro de nada, puede ser Dybala”. Allegri habla sobre un pibe cordobés que acaba de cumplir 22 años y llegó a la Juve para reemplazar nada menos que a Carlos Tevez. Sin embargo, nosotros preferimos quedarnos con otra parte de la entrevista, cuando Allegri filosofa sobre las nuevas generaciones de pibes y los porqué de las diferencias con los que fueron adolescentes hace 20 o 30 años.
Allegri reconoce que cuando era pibe “me gustaba mucho cazzeggiare” (perder el tiempo). Y asume que le gusta seguir haciéndolo. “Creo que es el espíritu correcto para afrontar las cosas. Vivir sólo del trabajo no es bueno, no podés estar 24 horas pendiente de ello porque perdés lucidez para gestionar los momentos más complicados. En los momentos de distracción a mí se me ocurren cosas para los partidos o los entrenamientos. El trabajo es igual de importante que el descanso. Cuando escucho que hay que trabajar las 24 horas del día, pienso: ¿pero cómo? Se te va a fundir el cerebro, te va a explotar la cabeza y no vas a conseguir nada”.
Consultado sobre si los jóvenes sienten pasión por el fútbol, el técnico de la Juve es contundente: “No hay menos pasión sólo en el fútbol. Se ha perdido la pasión por el deporte en general. En Italia ha aumentado la obesidad, los chicos no hacen deporte. En mi época estábamos en la calle de 2 a 8. Todo se hacía allí: se intercambiaban figuritas, se jugaba a todo… La calle es una escuela de vida tremenda porque te obliga a pensar, te agudiza el ingenio. Los chicos de ahora piensan poco y son poco creativos. Desapareció el arte de buscarse la vida. La culpa también es de los padres, que enseguida dicen: no te preocupes, acá estoy yo. ¡No! Deberían decir buscate la vida”.
¿Y por qué ya no se juega en la calle, señor Allegri? “Porque ha cambiado la sociedad y ya no hay patios (potreros). Habría que reconstruir artificialmente las cosas de antaño. Eso también vale para las escuelas de fútbol: habría que tener mecanismos para obligar a los chicos a pensar. Si no, crecen como pollos de ganadería. Así es imposible aprender a apañarse. Basta con mirarlos: ya no hay comunicación. Todo es a través del celular. Se pasan el día mandando mensajes y, claro, luego hay una confrontación y no la aguantan. Y a la primera palabra pesada, se ponen a llorar.
Cuando tiene que decir qué le gusta de su profesión, Allegri es claro y conciso: “Estar con los chicos y enseñarles, además del fútbol, las reglas de la vida”. Entonces, la conclusión que podemos sacar es que Dybala está en buenas manos. O en buena cabeza.