El diario Marca tiene una edición argentina que durante esta semana estuvo en boca de todos por una entrevista a Daniel Osvaldo. El ex Boca despotricó contra su ex DT, Guillermo Schelotto, afirmó que muchos jugadores del plantel fumaban y dejó una frase simpática sobre Cristiano Ronaldo: “Cuando llega a la casa, él hace 150 abdominales. Yo hago un asado”.

Aprovechamos los 15 minutos de fama de la versión regional del medio para verificar un poco su estilo. No queríamos juzgarlo por esa nota intencionadamente provocadora. De hecho, el título que eligió Marca (“El fútbol me dio mucho pero me quitó la libertad”) fue mucho más inofensivo que los extractos replicados por los medios deportivos locales. Y en definitiva, buscaba impacto y lo consiguió.

Pero al leer el sitio nos encontramos con un artículo que nos llamó la atención. Se titulaba así: “El ‘resurgir’ del Lille: de antepenúltimo con Bielsa a firmar el mejor inicio de su historia”. El título en la página era todavía más sugerente. Daba a entender que la salida de Bielsa le había salvado la vida al equipo. Transcribimos los primeros párrafos para dar una idea acabada de por dónde iban los tiros.

“Ha pasado, casi un año ya, desde que Marcelo Bielsa dejó el Lille. El fichaje de ‘El Loco’ generó unas elevadas expectativas que nunca cumplió. Más bien al contrario. No supo sacar partido a los 64 millones gastados por el Lille, tercer equipo de la Ligue 1 que más gastó antes de que se iniciara el curso 2017-18.

El ahora entrenador del Leeds fue despedido el 15 de diciembre de 2017 -encadenaron 11 partidos sin ganar- con los ‘dogos’ ocupando puestos de promoción de descenso. Eran antepenúltimos, por entonces, con 18 puntos -tres más que el penúltimo- en 17 jornadas, 26 goles en contra y sólo 16 a favor.

Su ‘heredero’, Christophe Galtier, consiguió salvar al Lille no sin sufrimiento: acabó 17º, un punto por encima de la promoción de descenso. El inicio de este curso, tras haber gastado sólo 8,9 kilos, resulta inmejorable. Los ‘dogos’ marchan segundos con 13 puntos. Sólo el PSG (18) les supera. Es, de hecho, el mejor inicio de su historia desde que la victoria se premia con tres puntos. Es incluso mejor que cuando ganaron la Liga con Hazard y Rudi García en la 2010-11”.

Hay varios indicios que demuestran las ganas de pegarle a Bielsa en estas líneas. La primera cuestión a destacar es formal, y son esas comillas simples usadas para separar lo que sucede del influjo que pudo haber tenido el paso del argentino por el club. Galtier, actual DT, no es el heredero de Bielsa. Es el ‘heredero’. Y el equipo no resurgió: ‘resurgió’.

No está mal que el periodismo mala leche apuntale también el gasto total en fichajes de lo que se suponía un proyecto futbolístico de mediano-largo plazo y lo emparente directamente con el mal rendimiento de los jugadores en el año de su llegada. Ni que pinte como inevitable la destitución de un técnico que peleaba el descenso desde el principio por otro que peleó el descenso hasta el final.

Pero hay otra lectura posible, incluso con los datos que están dentro de la nota. Ejemplos. El presidente declaró: “Nos faltaba experiencia. El entrenador (Marcelo Bielsa) hizo una apuesta arriesgada al contratar jugadores jóvenes”. Si los jóvenes tienen un año más de experiencia, ¿quizá eso haya influido en su rendimiento y en la posición del equipo? Más. “En el 4-2-3-1 de Galtier son indiscutibles varios de los fichajes de Bielsa: Soumaoro, Ballo-Touré, Thiago Mendes, Xeka y Pépé”.

Se venden solos muchachos. Esos fichajes carísimos e inútiles de Bielsa son la base del equipo titular. Y ahí anda Pépé, marfileño de 23 años que lleva 4 goles en los seis partidos que van de liga (segundo en la tabla de goleadores) y que –según termina la nota- es pretendido por el Barcelona. Ni hablar de que en ningún momento se hace referencia a cómo venía Lille antes de Bielsa o a cómo jugó (del verbo JUGAR) más allá de los resultados con el rosarino. 

Seamos buenos entre nosotros, diría el inefable Pagani.

O sea que quizá Marcelo no era el diablo. A lo mejor le faltó tiempo y el Lille, ansioso, se apuró en cargárselo. Al menos, en todo caso, podría reconocerse que el plantel que armó Bielsa lleva a Lille a pelear bien arriba por primera vez en muchos años. Pero no. Mejor eligen pegarle a Bielsa. O publicar, como hicieron ayer, una encuesta sobre quiénes fueron los peores del año (en lugar de los mejores que premia FIFA, práctica que por sí sola daría para una nota) para destacar a Sampaoli como el más flojo DT. O para que Olé o Infobae elijan destacar eso, al menos. Porque a lo mejor el problema es que hoy elegimos destacar las chicanas o los ataques sin justificativo antes que las reflexiones valiosas.

Y que los medios replican esa boludez, en lugar de esta respuesta de Osvaldo que te invita a pensar un poco. 

“-¿Te gustaría ser Messi?

-No. Me gustaría jugar como él. Me cagaría a piñas con todo el mundo porque, pobrecito, ¡no tiene vida! Vive en una cárcel de oro. No podría estar aquí tomándose una copa. Quizás no le importa eso, a mí sí. A esos niveles no estás ni en tu casa. Te compras el televisor más grande del mundo y luego no pisas tu salón. ¿Para qué quieres un Ferrari si vas de tu casa al entrenamiento, que está a 15 minutos? Nunca me importó el dinero, pero, ojo, yo también gasté en estupideces. Y ahora también, pero más baratas”.

O esta otra: 

“-Este domingo fue el Boca-River. ¿No le apetece ni un poquito estar ahí?

-Futbolísticamente sí, pero no en lo psicológico sabiendo todo lo que vas a sufrir si pierde Boca… La gente está loca. Yo también quiero meterle cinco a River. Entras a la cancha pensando: “Si pierdo, ¿me matan? ¿no puedo ir al parque con mi hijo?”. Me parece que no soy yo el que está mal. Yo me voy a tocar la guitarra, que si la pifio en un acorde nadie me insulta”.

O a lo mejor, como dejaba sospechar ese reportaje a Osvaldo, al Marca de acá también le interesa la mugre más que el fútbol.