Ya habían fracasado San Lorenzo en 1960, Racing Club en 1962 y Boca Juniors en 1963 cuando Independiente se consagró campeón de la Copa Libertadores 1964 y se convirtió en el primer club argentino en ganar el trofeo más importante del continente. Además, el mismo Rojo había caído con Palmeiras en los cuartos de final de la Copa de 1961. En la quinta edición del certamen, el equipo que dirigía Manuel Giúdice abrió el camino para el país más ganador de la Libertadores.

Independiente se clasificó después de ganar el Campeonato de Primera División 1963. En la última fecha de dicho torneo se disputó uno de los partidos más recordados de todos los tiempos. El equipo de Avellaneda enfrentaba a San Lorenzo en la Doble Visera y debía ganar para aprovechar la derrota de River ante Boca y consagrarse. Héctor Veira adelantó al cuadro visitante a los 20 minutos y el club de Nuñez comenzaba a festejar. Sin embargo, el local empezó a pegar de forma desmedida ante la pasividad del árbitro Manuel Velarde. Veira, Telch y Paez salieron lesionados, lo que provocó una insólita medida de los jugadores de San Lorenzo: una “huelga en la cancha”. Dejaron de jugar, así de simple. Entonces, Independiente marcó nueve goles y dio la vuelta olímpica. En realidad, marcó ocho, porque el noveno fue de Pipo Rossi en contra, desde la mitad del campo.

Fue un título polémico, incluso manchado. Aunque la clasificación a la Libertadores estaba asegurada y, quizás por primera vez, un equipo argentino le dio prioridad al torneo internacional. Es cierto que Boca llegó a la final en 1963, pero en esta ocasión el Rojo le dio una trascendencia absoluta a la Copa. Aquella fue la última edición que se denominó “Copa de Campeones de América” y la primera que contó con participantes de los diez países, ya que Deportivo Italia representó a Venezuela. Incluso, se puede decir que fue la presentación en sociedad del fútbol venezolano, porque Italia dio la sorpresa y eliminó a Bahía de Brasil en la ronda preliminar.

Se formaron tres grupos e Independiente compartió zona con Alianza Lima de Perú y Millonarios de Colombia. En el debut, goleó 4-0 a Alianza en Avellaneda. Savoy, Rodríguez, Rolan y Suárez convirtieron los goles. Luego, empató 2-2 ante el mismo rival y en el tercer juego volvió a golear, esta vez 5-1, a Millonarios. El último encuentro, ante el conjunto colombiano, no se jugó porque la Federación Colombiana estaba en conflicto con la Conmebol. El Rojo se clasificó sin problemas.

En semis llegó el momento en el que nació la mística copera de Independiente. El rival era el bicampeón, el Santos de Pelé -no jugó aquella serie-. El equipo que había vencido al Benfica de Eusebio y al Milan en la Copa Intercontinental. Sin embargo, en febrero de aquel año, el Rojo le había ganado 5-1 un amistoso y eso generaba esperanzas, aunque claro está que el favorito era el cuadro brasileño. El partido de ida se jugó en el Maracaná e Independiente ganó 3-2. Luego, consolidó la clasificación con otro triunfo como local.

Una de las principales virtudes de aquel plantel era su capacidad física. El trabajo del preparador Horacio González García fue clave para que el equipo fuera muy superior a todos sus adversarios en potencia y agresividad. El capitán era el hombre que inventó el saludo a la hinchada con las dos manos arriba: Jorge Alberto Maldonado. Y la delantera se decía de memoria: Bernao, Mura, Suárez, Mario Rodriguez y Savoy.

En la final chocó contra Nacional de Montevideo. El encuentro de ida se jugó en el estadio Centenario y terminó empatado 0-0. Fue muy peleado, con más lucha que juego. En la revancha, Mario Rodriguez convirtió el único gol del partido y le dio a Argentina su primera Copa Libertadores. Hoy, San Lorenzo buscará comenzar a escribir la historia de la última conquista para el fútbol nacional, la número 23 para el país más ganador.