Horas después del final de la fase de grupos de las Eliminatorias para la Copa del Mundo, la UEFA presentó de forma oficial una competición que podría marcar el comienzo de una nueva era en el fútbol mundial. Se trata de la “Liga de las Naciones”, un campeonato bianual que comenzará al término de Rusia 2018 y que reemplazará de forma definitiva los amistosos. Aunque la pelota ni siquiera comenzó a rodar, nadie duda de que será un éxito y por eso en el resto del planeta comenzaron a pensar en seguir ese camino.
Hace muchos años, Michel Platini, ex presidente de la UEFA, tuvo la idea de erradicar los amistosos y crear un nuevo torneo que genere más ganancias que esos simples partidos de preparación que no motivan ni a los jugadores ni a los hinchas ni (mucho más importante) a los televidentes. Entonces, preparó el borrador de esta Liga que verá la luz el próximo año de la mano de su sucesor Aleksander Ceferin. El formato puede parecer complejo pero no lo es tanto.
Participarán las 55 asociaciones afiliadas, divididas en cuatro divisiones generadas en la primera edición por el ránking de coeficientes de la UEFA (es diferente al de la FIFA). La A y la B tendrán 12 Selecciones, mientras que la C tendrá 15 y la D 16. Cada división se dividirá en cuatro grupos (las dos primeras de tres integrantes cada uno y las dos últimas de cuatro). Allí, jugarán todos contra todos y los primeros de cada zona clasificarán a la fase final y además lograrán el ascenso si correspondiera. Es decir que en cada Liga habrá cuatro ascenso y cuatro descensos. El campeón se definirá con un “Final four” en formato de semifinales y final.
Pero no sólo la A tendrá su Final four. Cada categoría tendrá su propio mini torneo definitorio que entregará un premio muy suculento: la clasificación para la Eurocopa. Esto significa que uno de los 16 peores seleccionados de Europa jugará el certamen en 2020. Hoy, el mejor ubicado de esa división es Azerbaiyán, mientras que el único que alguna vez jugó un torneo internacional es Letonia (Euro 2000). Vale aclarar que cada división entregará sí o sí una plaza, por lo cual si el campeón ya estuviera clasificado, irá el subcampeón y así sucesivamente.
Las fechas ya están definidas: la fase de grupos se disputará en tres jornadas dobles en septiembre, octubre y noviembre, con el formato que la UEFA ya utilizó en las últimas Eliminatorias, con partidos durante toda una semana. El Final Four será en junio de 2019, por lo que ya se sabe que tendremos un evento de primer nivel en un año sin Mundial ni Euro. Por su parte, los playoffs del resto de las divisiones serán en marzo de 2020. Esto significa que las Eliminatorias regulares para la Eurocopa comenzarán recién en marzo de 2019 y se jugarán durante todo ese año en cinco fechas dobles.
Hasta ahí, todo lo confirmado por la UEFA. Pero, ¿qué pasa en el resto del mundo? Los grandes de Sudamérica se quedarían sin la posibilidad de jugar amistosos de nivel contra europeos y eso puede resentir el funcionamiento de las Selecciones. Entonces, en la FIFA no tardaron en madurar la idea de copiar el sistema para sumar a todas las demás confederaciones y convertir la Liga de las Naciones de la UEFA en la Liga de las Naciones de la FIFA. Esto todavía no es oficial, pero tarde o temprano se implementará.
El proyecto incluiría a las 211 asociaciones afiliadas a la FIFA, que se dividirían en siete u ocho divisiones. Cada Confederación continental organizaría su propia fase de clasificación, con diferentes categorías y ascensos y descensos. La ronda final se jugaría en junio de los años impares, entre los ocho mejores del mundo (tres de Europa, dos de Sudamérica y uno de África, Asia y Concacaf). Esto terminaría de decretar la muerte natural de la Copa Confederaciones, que habría tenido su última edición en Rusia.
El calendario quedaría con Eurocopa/Copa América y Mundiales los años pares y fase final de la Liga de las Naciones los impares. Esto permitiría transmitir partidos importantes de los mejores del mundo todos los años y generaría dinero extra la FIFA, que hoy no factura con los amistosos. Además, la lógica indica que si este certamen tiene el éxito que se espera, en el futuro debería reemplazar a las Eliminatorias. Es decir, la prueba que comenzará el año que viene en Europa podría cambiar de forma rotunda al fútbol mundial.
Como no nos gusta quedarnos solo con las palabras, presentamos la que podría ser la primera Liga de las Naciones, con un posible formato de disputa que todavía no está ni cerca de definirse. Supongamos que la primera edición se juegue entre 2020 y 2021, a continuación de la “prueba” de la Liga de la UEFA. El objetivo máximo sería jugar el Final Eight en junio de 2021 (podría o no ser en Qatar), del que participarían las ocho mejores Selecciones del planeta como se explicó arriba. Al mismo tiempo, cada una de las otras seis categorías también disputarán su ronda final con ocho equipos. Es decir, 56 Selecciones jugando por un título o un ascenso.
Como a cada Confederación le corresponde armar su propio sistema de ascensos, descensos y clasificación mediante el Ránking FIFA, lo más lógico sería que para la primera temporada se le otorguen plazas a los continentes en cada categoría. Para definir esas plazas, se puede utilizar el Ránking FIFA, cuyos primeros 56 clasificados se reparten así: 30 de UEFA, 9 de CONMEBOL, 9 de CAF, 5 de CONCACAF, 3 de AFC y ninguno de la OFC (sus equipos entrarían en la “Primera D”). Entonces, así debería ser el torneo final de cada categoría:
Primera A: 3 de UEFA, 2 de CONMEBOL y 1 de CAF, CONCACAF y AFC
Primera B: 3 de UEFA, 2 de CONMEBOL y 1 de CAF, CONCACAF y AFC
Primera C: 3 de UEFA, 2 de CONMEBOL y 1 de CAF, CONCACAF y AFC
Primera D: 3 de UEFA, 2 de CONMEBOL y 1 de CAF, CONCACAF y OFC
Primera E: 2 de UEFA, 2 de CAF y CONCACAF y 1 de CONMEBOL y AFC
Primera F: 2 de UEFA, CAF, CONCACAF y AFC
Primera G: 2 de UEFA, AFC y CONCACAF y 1 de CAF y OFC
Para definir los clasificados, CONMEBOL podría armar dos divisiones de tres equipos y una de cuatro. Los dos primeros de la A irían a la división de honor, mientras que el tercero y el campeón de la segunda jugarían en la B. Los otros dos de segunda en la C, los dos mejores de tercera en la D, el tercero en la E y el cuarto sería el único que se quedaría sin jugar en las finales. Para el resto de los continentes puede ser más complicado por distancia y cantidad de miembros, pero si las plazas en cada categoría están claras no debería haber problemas.
Todo esto para la temporada inaugural que comenzaría en 2020. Para la de 2022, ya valdrían los ascensos logrados en la cancha, más allá del Ránking FIFA. Entonces, quedaría definir si los ascendidos (podrían ser dos, pero si fuera uno la final divisional sería aún más entretenida) juegan directamente el torneo final o pasan por la fase continental. Es decir, supongamos que el campeón de la B es un equipo europeo y el descendido de la A es un asiático. Lo lógico sería que en la segunda temporada haya cuatro equipos europeos y ninguno de Asia en Primera A. En ese caso, los ascendidos ya tendrían su lugar asegurado más allá de lo que hagan en la ronda regional. Otra posibilidad es que la fase de clasificación sea también mundial, aunque esta no sería la intención de la FIFA por los costos que ocasionaría.
Para terminar este ejercicio lúdico, vamos a ponerles nombres propios a las divisiones. Nos ubicamos en junio de 2021. Las fases continentales ya definieron a los clasificados a las siete finales de cada una de las divisiones. Se dividen en dos grupos de cuatro y los ganadores chocan en la gran final. Las sedes son: Qatar (Primera A y B), México (Primera C), Marruecos (Primera D), Chile (Primera E), Ucrania (Primera F), Australia (Primera G).
Primera A: Alemania, Brasil, Francia, Nigeria (grupo A); España, Argentina, México, Japón (grupo B)
Primera B: Inglaterra, Uruguay, Costa de Marfil, Costa Rica (grupo A); Portugal, Colombia, Italia, Australia (grupo B)
Primera C: Holanda, Bélgica, Chile, Estados Unidos (grupo A); Perú, Polonia, Irán, Egipto (grupo B)
Primera D: Suiza, Paraguay, Marruecos, Nueva Zelanda (grupo A); Croacia, Islandia, Venezuela y Honduras (grupo B)
Primera E: Dinamarca, Ecuador, Camerún, Panamá (grupo A); Turquía, Ghana, Canadá, Corea del Sur (grupo B)
Primera F: Suecia, Burkina Faso, China y El Salvador (grupo A); Ucrania, Senegal, Trinidad y Tobago, Arabia Saudita (grupo B)
Primera G: Irlanda, Siria, Túnez, Haití (grupo A); República Checa, Uzbekistán, Tahití, Jamaica (grupo B)
Los ganadores de cada zona se medirían en la gran final. La de la A podría ser Argentina-Brasil. O Alemania-España. En la B podrían definir Uruguay-Italia o Inglaterra-Colombia. Incluso la final de la C sería un muy interesante Bélgica-Perú.
El futuro llegó y viene en forma de Liga. Aunque es imposible saber si este formato es un delirio o puede convertirse en realidad, sí está claro que el fútbol de Selecciones va a cambiar y que eso afectará todo lo demás. Si eso significa que vamos a tener más partidos de primer nivel, bienvenido sea.