El próximo jueves 18 de septiembre Escocia votará un referendo para decidir si se separa del Reino Unido. “¿Debería ser Escocia un país independiente?”, es la única pregunta que van a responder, por “Si” o por “No”, 3.4 millones de escoceses mayores de 16 años, un 80% de los habilitados para sufragar según estimaciones oficiales. El que sume más votos gana. No se necesitan mayorías especiales. El viernes 19, cuando nosotros nos despertemos de este lado del mundo, quizás haya un paisito más en el mapa.
En los últimos meses, en el Reino Unido no se habla de otra cosa. Casi todos los escoceses conocidos ya adelantaron su voto, salvo el tenista Andy Murray que se niega a hablar del tema pero que reconoció que no le gustó nada ver en el último Wimbledon al Primer Ministro Alex Salmonds levantando, medio de querusa, una bandera escocesa a espaldas del Premier británico David Cameron. La mayoría está en contra, como Alex Ferguson y Susan Boyle. Incluso, artistas e intelectuales ingleses, como JK Rowling o David Bowie, plantearon la consigna: “Escocia quedate con nosotros”.
El gran Sean Connery, el mejor agente 007 de todos los tiempos, el Highlander que peleó en el Abasto, fue uno de los pocos que se plantó a favor de la soberanía escocesa. Nosotros que somos independentistas, hinchas del Athletic, de Catalunya y de la República de la Boca, también estamos con el “Yes” para una Escocia libre, justa y soberana. Pero para nuestra decepción, las grandes glorias del fútbol escocés están militando en el equipo del “No”.
Dieciséis estrellas históricas del fútbol de la tierra del buen whisky componen uno de los grupos activistas más fuertes que rechaza la propuesta independentista. Entre los más conocidos están David Moyes, ex DT de Man. United, Alan Hansen, campeón de todo con Liverpool en los ’80, Alex McLeish, ex DT de Aston Villa, Denis Law, figura del United en los 60’, Barry Ferguson y Ally McCoist, glorias del Rangers, y Bertie Auld, campeón de Europa con Celtic en 1967.
“Somos escoceses y estamos orgullosos de representar a nuestro país en el mundo. Cuando Escocia llama, respondemos. Estamos orgullosos de que Escocia siempre estuvo de pie, pero también creemos que Escocia se ubica más alto porque somos parte del Reino Unido”, afirma el grupo de exfutbolistas con un cipayismo que debe hacer retorcer cada parte del cuerpo desmembrado de William Wallace en sus múltiples sepulcros, en distantes rincones de Inglaterra.
La desilusión que nos generó la noticia también se extendió por las Tierras Altas. Los que apoyan la Independencia y adoran a estos tipos por lo que hicieron adentro de una cancha, cuestionan que varios de ellos hace mucho tiempo residen en Inglaterra y critican a otros porque meses atrás se habían expresado a favor de una Escocia libre.
El Partido Laborista escocés, que inexplicablemente apoya la posición de la Corona británica y al mismo tiempo dice representar a los trabajadores, salió en defensa de los exfutbolistas. Uno de sus líderes afirmó: “Estos hombres jugaron para el equipo nacional y ahora están diciendo lo que creen que es mejor para Escocia. Esto muestra que no hay falta de pasión y de patriotismo en los que votan por el ‘No’”.
Michael Stewart, otro ex futbolista escocés, que tuvo un paso breve por Man. United, está a favor de la Independencia y asegura que no todos piensan como las viejas glorias: “Estoy escuchando muchas voces dentro del mundo del fútbol que apoyan el ‘Si’”. Sobre todo, entre los hinchas. “La verdadera fortaleza de la campaña por el ‘Si’ se ve en los muchos grupos de fanáticos que apoyan la independencia en todo el país”, afirma.
Una encuesta difundida recientemente parece confirmarlo. La mayoría de los hinchas están a favor de la independencia. En especial en los grandes clubes de Escocia. En Celtic, 48% está a favor y 40% en contra. En Rangers, 45% dicen que “Sí” y 41% que “No”. Los simpatizantes de Kilmarnock, un 59%, son los más independentistas. Los de St Johnstone, un 94%, los más conservadores. “Tenemos la oportunidad que se da una vez en una generación de cambiar las cosas para mejor y pienso que muchos de los hinchas se están dando cuenta de esto”, afirmó uno de los encuestados. Los hinchas de Inglaterra, que obviamente no participan de la votación, también quisieron dar su opinión. Durante el partido por Eliminatorias para la Euro ante Suiza cantaron: “Que Escocia se vaya a la mierda, nosotros votamos que ‘Si’”.
Ante la chance de una Escocia independiente, varias voces comenzaron a agitar fantasmas de todo tipo sobre el futuro del fútbol escocés. Se habla de que sus futbolistas tendrán que pedir permisos para trabajar, como le tocó a Marcos Rojo cuando se sumó al United, y que tendrán menos lugar en los clubes ingleses. La propia UEFA hizo su aporte a la campaña del “No” al anunciar que revaluará la candidatura de Escocia para participar en la organización de la Euro 2020 si se concreta su independencia.
Quizás tanto temor a una Escocia libre venga de que hace unos días se confirmó que, por primera vez, el “Sí” tomó una pequeña ventaja en las encuestas. En mayo, el 73% iba a votar por el “No”, el mes pasado ya había bajado a 53% y ahora, según la BBC, los que están a favor de la independencia ya son el 51%.
La semana que viene sabremos cómo termina esta historia. Está claro que en el fondo se discute por plata. Los recursos petroleros, la libra, la asistencia social y financiera, etcétera. Para el escritor escocés Stephen O’Donnell el problema de Escocia, y de su fútbol, no es el dinero sino “la cultura del dinero, la idea de que las decisiones importantes deben tomarse en base a consideraciones financieras”. Todo eso, dice, llegó con Sky, la cadena de TV que privatizó el fútbol del Reino Unido. Liberarse de Londres puede ayudarlos a liberarse de ellos y de esa forma de pensar al fútbol sólo como un negocio, separado de sus tradiciones populares.
Desde este rincón de América, ansiosos por conocer los cómputos finales, hacemos un pequeño aporte a la causa escocesa. Un consejo de un prócer nuestro. Como dijo el General, San Martín, “seamos libres, y lo demás no importa nada”.