Hace unos días, gracias a las maravillas de Internet, nos topamos con uno de los goles más lindos de los que tenemos memoria. Lo había convertido la selección femenina de fútbol sala de Irán, en la Copa de Asia. Miren y disfruten.

Debemos confesar que nos llamó la atención. Será que gana el prejuicio (doble), pero por velocidad, por toque, por juego de conjunto, por concepción de juego, no identificábamos ese gol con un equipo iraní compuesto por mujeres. Sin embargo, seguimos buceando un poco y encontramos rápidamente más pruebas del talento indudable de ese grupo de jugadoras vestidas de manera infrecuente para el ojo occidental y para el mundo deportivo en general. Aquí, la evidencia.

A esta altura estábamos para tomarnos un vuelo a Malasia y alentar a ese equipo que tenía la misión de ganar un torneo de ocho naciones que se celebró por primera vez con seleccionados femeninos. No hizo falta que viajáramos: Irán fue campeón cuando le ganó la final a Japón. Y nosotros nos sumamos un poco al tuit de un lector (@SpikeperezG) que aseguró, tras ver esos goles que compartimos: “Qué injusto, un equipo de mujeres contra un equipo de ninjas”.

CQO957cWcAAjyRwSin embargo el talento de las chicas despertó algunas sospechas, y una denuncia de un diario inglés llevó a que varios medios del mundo -rápidos en reproducir información sin detenerse a ver de qué se trata- le pifiaran feo al hablar de este equipo.

Resulta que los muchachos del diario The Telegraph, de Inglaterra, lanzaron una acusación: cuatro jugadores del seleccionado de fútbol de Irán eran, en realidad, hombres. Lejos de negarlo, uno de los dirigentes de la Liga de fútbol de Irán, Mojtabi Shafiri,  confesó: “Ocho jugadoras han estado formando parte del equipo femenino iraní sin completar operaciones de cambio de sexo”.  Una manera sutil de aceptar que no eran mujeres, aunque matizó que “todavía” no eran mujeres. No eran cuatro, como decía The Telegraph, sino ocho. Shafiri culpó a la Federación de su país, así como a la FIFA, por se cómplices de la inscripción.

Sin embargo, la denuncia del diario inglés iba dirigida a la selección de fútbol de once jugadoras del país asiático, y no a la de futsal, campeona en buena ley del torneo que disputó.

La información, cruzada con aquellos goles de fábula, hizo cortocircuito en varias redacciones del mundo. Elegimos apenas un recorte aleatorio de los miles y miles que hemos visto durante esta semana en Internet para demostrar cómo se hibridó la información, y cómo se trasladó directamente la acusación al equipo de fútbol sala, cuando en realidad no tenía nada que ver.

De hecho, nosotros mismos -mea culpa-, engañados por la viralización mediática, caímos en la volteada y publicamos por pocos minutos nuestra decepción con aquel equipo. La ayuda de nuestros siempre atentos lectores y el chequeo posterior* nos hicieron dar cuenta de nuestro error.

Ojalá esta breve desmentida sirva para paliar un poco el injusto tsunami de críticas que recibieron esas mujeres de pie dúctil y sentido de la estética que nos regalaron un par de goles hermosos en un torneo lejano de cancha chica.



Un lector nos hace notar en Facebook que cometimos un error al publicar la nota sin chequear previamente la información. Le damos la razón y explicamos nuestro proceder. Nosotros buscamos tres fuentes que ratificaran la información inicial, es decir, la denuncia contra la selección de futsal de Irán. Encontramos 200. El problema era que estaban todas equivocadas. Como bien sabe a esta altura quien lee estas líneas, no somos una web de noticias. Nosotros sencillamente habíamos hecho una lectura de la situación comentada y revelada por otros medios. Nuestro error fue no reconocer que esa información inicial era falsa, no reproducirla. Desde luego, no nos exculpa y por eso reconocemos nuestra parte de responsabilidad dentro de la nota.