La reciente victoria sobre el campeón reinante Arsenal en la FA Cup y el estreno del documental “Creo en milagros” en Netflix volvió a poner a Nottingham Forest en los primeros planos, después de varios años en las profundidades del ascenso y de la memoria. Más allá de la trascendencia del espectacular batacazo sobre el conjunto de Arsene Wenger y del valor histórico de la película, en estas líneas no se hablará de ninguno de los dos hechos, sino de una historia que trasciende al Forest.
“Me encontré con Brian Clough en un hotel de Sandiacre (Derbyshare) y la negociación del contrato con Forest duró diez segundos. Cuando hablamos de la parte económica, él me contestó ‘deberías pagarme vos a mí, por sacarte del Leeds’. Pudo haber sido cualquier otro club, porque yo trabajaba para el hombre”. Estas son las primeras palabras de McGovern en el documental. Sirven para describir una relación de afecto que ya tenía más de diez años y que todavía no había alcanzado su punto de mayor éxito.
Después de destacarse como delantero en Middlesbrough y Sunderland, Clough comenzó su carrera como entrenador a los 29 años de edad en Hartlepools United, de la cuarta división. Allí, en el plantel juvenil, su histórico ayudante Peter Taylor encontró a un wing cuyas pretensiones de goleador no le permitían aún alcanzar su mejor nivel. McGovern tenía 15 años y una madre que deseaba más verlo en la universidad que en una cancha de fútbol. “Señora, deje que se quede en el club. Lo voy a convertir en campeón y lo voy a cuidar”, le dijo el DT a la mujer, quien por supuesto no le creyó a ese arrogante veinteañero con aires de estrella. El tiempo, como a todos los genios, le dio la razón.
“Cortate el pelo, parecés una niña”, fueron las primeras palabras del técnico a su jugador. Lo hizo debutar en primera a los 16 años, algunos meses después de aquella “charla”. En Hartlepools fue una de las piezas claves del ascenso a tercera en 1968, la temporada siguiente a la salida de Clough y Taylor rumbo a Derby County. En septiembre de ese año, Clough le pagó 7.500 libras a Hartlepools y fichó por primera vez a McGovern, esta vez con la idea de hacerlo jugar como mediocampista central, para aprovechar su panorama y técnica. Desde ese lugar, se convirtió en el líder futbolístico de todos los grandes equipos de Clough.
En Derby hizo su aparición el otro futbolista que lo acompañó en cada una de sus aventuras posteriores. John O’Hare también era un niño cuando Clough lo vio por primera vez en las divisiones inferiores del club donde se retiró, Sunderland. En cuanto tuvo el dinero suficiente como para fichar un futbolista, puso las 20.000 libras necesarias para que el delantero escocés de veinte años se sumara a su plantel. Al principio fue resistido por la hinchada, pero el cuerpo técnico lo apoyó y terminó como una de las figuras del campeón inglés de 1972. El primer gran éxito de Clough como entrenador tuvo a McGovern como conductor y a O’Hare como goleador.
Los festejos por el título todavía se podían escuchar en Derby cuando Clough se enemistó con el presidente Longson y presentó su renuncia. El plantel completo se puso del lado del entrenador, pero no pudieron torcer la decisión. Entonces, la dupla técnica más prestigiosa de Inglaterra se fue a dirigir a Brighton & Hove Albion, de la tercera división. Por supuesto, lo primero que hizo el bueno de Brian cuando llegó al club del sur fue llamar a John McGovern, quien esta vez le dio una respuesta negativa. El mediocampista decidió quedarse en Derby en lugar de bajar dos categorías para acompañar a su mentor. Enojado, Clough le cortó el teléfono no sin antes insultarlo.
En 1974, Don Revie dejó Leeds United para convertirse en nuevo DT de la Selección de Inglaterra. Entonces, el mejor equipo de Inglaterra decidió ir a buscar al mánager más elogiado, que aún estaba trabajando en las profundidades del ascenso. Sin dudarlo, Clough decidió aceptar el desafío y viajó al norte sin Peter Taylor, quien prefirió quedarse en Brighton. “La historia de los 44 dias” ha sido visitada en varias oportunidades por periodistas, escritores y directores de cine. Por supuesto, en ella no faltaron McGovern y O’Hare. El enojo de Brian con sus dos laderos más fieles no duró demasiado, porque Leeds pagó 125.000 libras por ambos jugadores de Derby unos después de la firma del contrato del DT. Clough los fichó como un intento de que el vestuario, fiel a Revie, comenzara a tomarle cariño. Nunca lo consiguió y los tres protagonistas de esta historia la pasaron muy mal en Yorkshire.
“Brian Clough te hacía sentir seguro y relajado, además de que lograba sacar lo mejor de cada uno en la cancha. Cuando él se fue de Leeds, sabía que alguna vez íbamos a volver a trabajar juntos, porque yo estaba cien por ciento comprometido con él como jugador y él lo apreciaba. Le agradezco que me haya rescatado de Leeds cuando asumió en Forest”. McGovern y O’Hare arribaron a Nottingham sólo un mes después que el DT. Con ambos las negociaciones fueron de trámite. A la temporada siguiente, McGovern se convirtió en el capitán del equipo y en 1976/77 lograron el ascenso a primera. Después, lo conocido: título de Liga, Copa de la Liga y dos Copas de Europa.
Debe haber varios antecedentes de entrenadores con tanta confianza en determinado futbolista como para necesitarlo siempre a su lado. Esta no es la única historia de este tipo. Sin embargo, sí es la que recorre un camino más largo. Clough conoció a McGovern y a O’Hare cuando los tres todavía no tenían la menor idea del futuro de gloria que les esperaba. Caminaron juntos un sendero con muchos triunfos y algunas derrotas. Nadie podrá decir jamás si Clough hubiera podido hacer historia sin dos futbolistas que lo entendieran y lo interpretaran tan bien. Hace poco, McGovern fue distinguido como personalidad del deporte de Nottingham. Cuando subió a recibir el premio dijo: “Me voy a sacar las manos de los bolsillos por si me estuviera mirando el fantasma de Brian Clough. Él me gritaría: ‘¡joven, sáquese las manos de ahí!'”.