Argentina, como desde hace bastante tiempo, no fue un equipo. El asunto fue que esta vez tampoco la salvaron las individualidades.

El uno por uno dice que:

Caballero (5)
No se mostró seguro ni con las manos ni con los pies. Falló en la primera jugada del gol de Islandia, eligió mal ante un pase complicado de Rojo (debió sacar largo y no dejar la pelota boyando en el medio) y dio un par de rebotes muy peligrosos al centro del área que no terminaron en gol de milagro.

Salvio (5)
Tuvo mucha presencia en ataque pero poco desborde y poca sorpresa. Tal vez no fue sólo culpa de él, porque la pelota siempre le llegó sucia o tarde, pero lo cierto es que no le dio al equipo el desequilibrio que se esperaba. Para peor, las dos o tres vez que estuvo en posición favorable, dudó o se obsesionó con dársela a Messi.

Otamendi (7)
Solido para marcar y para salir jugando. Lo mejor de la defensa por lejos. No pudo sumar su cabezazo ofensivo con eficacia.

Rojo (5)
No entregó salida clara, lo que a priori era el motivo de su inclusión. Tampoco tuvo convicción para romper cuando los islandeses retrocedían y le dejaban los espacios. Lo hizo dos veces, en el remate previo al gol de Agüero y en el segundo tiempo, cuando tuvo la chance de patear al arco pero se abatató y prefirió abrir para Pavón. Tampoco fue una garantía en la marca.

Tagliafico (5)
Poca presencia en la marca y en ataque. Además, el gol de Islandia fue consecuencia de una salida en falso suya. Dudó mucho en la marca. Tampoco escaló por sorpresa para romper y abrir espacios. No se le vio mucho de lo bueno que lo llevó a la Selección.

Meza (7)
Fue uno de los pocos que se animó a encarar para salir de la monotonía del aburridísimo toque lateral del equipo. Buscó por afuera y por adentro. Trató de romper líneas, de gambetear y de armar paredes. Pero estuvo muy sólo. Y este es un juego colectivo en donde un tipo no puede resolver todos los problemas.

Mascherano (6)
Es complicado calificar a Mascherano. Fue el jugador argentino que más tiempo tuvo la pelota y eso es un problema porque transporta mucho y contadas veces mete un pase eficaz. Es más, la estrategia de Islandia era dejarlo libre para que se la dieran a él. Un sola vez fue profundo: fue un pase para Messi, en el final del partido. Es un jugador que hace lo puede de acuerdo con sus limitaciones. O sea: la para, la acomoda, la toca de pie a pie y a los cinco segundo (o sea tarde) entrega un pase de dos o tres metros sin sorpresa. No es culpa de él que lo pongan a hacer algo que no sabe. Sampaoli cayó en la trampa de los últimos cinco técnicos de Argentina.

Biglia (4)
Todos los teníamos claro salvo Sampaoli. O jugaba Biglia o jugaba Mascherano. Uno de los dos sobraba. Y sobró Biglia. Nunca encontró la posición en la cancha. Fue un espectador más.

Di María (4)
Ni desborde ni generación de juego. Nada de nada. Fue una sombra de sí mismo. Para peor, las pocas veces que pudo sacar el centro, fue a los pies de los rivales. Si me apuran, fue el más flojo por lejos de Argentina.

Messi (6)
Lo mejor que hizo Messi fue en el primer tiempo, cuando bajó a buscar y consiguió romper líneas. Después, le ocurrió algo parecido a lo que ya vivió en Sudáfrica 2010: se obsesionó con el gol y resolvió mal casi todas las que le cayeron en los pies. La forma en que ejecutó el penal fue una consecuencia de su sicosis. Sufrió el síndrome Higuain. Igual, equivocado y todo, fue de lo mejor de Argentina porque le sobra en el uno a uno y genera peligro con su sola presencia. Pero falló, justamente, el que no podía fallar.

Agüero (7)
Tuvo una y la convirtió. Hizo más de lo que le correspondía. Salió del área, se mostró para la descarga, aportó para abrir espacios que nunca fueron ocupados por sus compañeros. Fue de lo mejor en un panoama en el que le llegó muy poco la pelota.

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Banega (5)
Tibio para un partido de estas características. Es un jugador que puede ayudar cuando el resultado está a favor, pero que pocas veces resuelve algo cuando el equipo está en una urgencia. Se convirtió en un Mascherano bis, un poco más adelantado. O sea: pases sin compromiso.

Pavón (6)
En los pocos minutos que jugó hizo más que Di María. Desbordó dos veces, le hicieron un penal que no cobraron y casi la clava la pelota en el segundo palo con un remate a pierna cambiada que despejó el arquero local. Pide pista a gritos.

Higuaín (x)
Poco tiempo para calificarlo. Sólo aportó un desborde y un poco de pelea adentro del área.