El tema ha dado vueltas discretamente en algún blog de diseñadores gráficos. Pero, que yo sepa, no pasó de ahí. Tal vez porque la memoria visual de la comunidad futbolera acostumbra a retener estampas heroicas de goleadores y no las letras de los carteles.
¿De qué hablo? De un parentesco desafortunado en el que pocos parecen haber reparado. ¿Han visto esa tipografía geométrica, con aires setentistas, que forma el mapa de la Argentina y el logotipo de Futbol para Todos? Pues bien, esas letras se parecen mucho, demasiado, a las que en un afiche de 1979 anunciaban la película La fiesta de todos.
Acaso la repetición de la palabra “todos” desorientó a los diseñadores, que imaginaron un film de firme vocación inclusiva. Pero nada más alejado de los propósitos del Futbol para Todos y del gobierno que le dio impulso que aquel panegírico de la dictadura dirigido por Sergio Renán y escrito por Hugo Sofovich y Mario Sábato (el hijo de Ernesto), bajo el seudónimo Adrián Quiroga.
La fiesta de todos resumía el Mundial 78 ganado por la Selección de Menotti a gusto de los militares. Documental con segmentos de comedia, la peli alineó un buen número de periodistas, actores y hasta algún intelectual como Félix Luna para decir, con el tono escolar de los panfletos, la tesis de oro que el régimen se empeñaba en difundir: el campeonato había sido prenda de unión, prodigioso evento que logró pulir diferencias entre los argentinos, facilitándonos así el camino al éxito. Un ejemplo a repetir.
En el apogeo del genocidio, el fútbol era, a un tiempo, alegría popular y una bella cucarda en los uniformes verde oliva. Quizá al influjo de esta tensión (la discusión sigue abierta), algunos nombres respetables se prestaron a actuar. Ninguno de ellos, sin embargo, logró reparar el estigma de propaganda berreta con que el film entró en la historia.
Se presume que los artistas a quienes les encomendaron el logo de FPT no quisieron citar la película de Renán. Y que acometieron su tarea sin saber que esa imagen tenía tan nefasto antecedente. Igual, a esta altura, alguien podría corregirlos.
Me sopla un diseñador muy capo que la fuente polémica es descendiente de la tipografía Futura, creada por el alemán Paul Renner en el año 1928 y de gran éxito durante la era Bauhaus. Basada en triángulos, círculos y cuadrados, austera por demás, la Futura marcó a fuego las tipografías del siglo XX.
En tren de buscarle filiaciones cinematográficas más presentables, el troquel de Fútbol para Todos remite a los afiches de La naranja mecánica, film de Stanley Kubrick de 1971 que nada tiene que ver con las selecciones holandesas. Acudan a su buscador amigo y vean si no tengo razón.
Es probable que el archivo nos devuelva innumerables ejemplos de la misma época. Un resto de psicodelia, un ligero vaho de pachuli, el persistente fraseo de una guitarra que distorsiona… A ese guiso cultural me envía mentalmente la tipografía en cuestión. Acaso el mismo ejercicio (y la admiración por un tiempo de rebeliones y excesos) llevó a los diseñadores del fútbol televisado a pisar el palito. Y terminaron invocando una película terrible.
Al parecer, la iconografía es el talón de Aquiles de FPT. Se dice que el logo pergeñado por el equipo de Marcelo Tinelli fue una de las razones de que no se lo convocara. Era muy similar al de la empresa aérea LAN, que se había entreverado con el Gobierno por los hangares de Aeroparque. Pero seguro que, al lado del actual, cotiza más que un Lucian Freud.