En estos turbulentos días, tal como él mismo los caracterizara, el presidente Macri convocó a los gobernadores y a la oposición a lo que con poco tacto o nada de conocimiento de la historia argentina más o menos reciente denominó un “Gran Acuerdo Nacional”

Los memoriosos observadores de la política se atreven a afirmar que cada vez que un gobierno declamó que perseguía un “Gran Acuerdo Nacional” fue en ocasiones en las que se sintió acorralado, sin respuestas. Aunque los contextos son incomparables, los recuerdos que más a mano sirven de ejemplo para sostener tal afirmación son el de De la Rúa a finales de 2001 y el del dictador Alejandro Lanusse, cuando en 1971 advirtió que la ilusión de la Revolución Libertadora de terminar con el peronismo para siempre se diluía sin remedio.

Buscando para los militares la retirada más digna de la escena política y con la vana esperanza de preparar un regreso a la democracia, que incluyera por primera vez desde 1955 al peronismo aunque no a Perón, Lanusse  pergeño una salida basada en lo que denominó un “Gran Acuerdo Nacional” (GAN*). Esa idea se tornó central en esa etapa su gobierno y puso todos los recursos de la comunicación estatal a su servicio. Y por supuesto recurrió al fútbol para intentar empatizar con un pueblo que lo observaba con inequívoca desconfianza.

Como una curiosidad del archivo, pero atentos a las circunstancias de la actualidad, compartimos algunos afiches de aquella campaña con nuestros lectores:

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*A los curiosos lectores interesados en profundizar su conocimiento de tan particular momento de la historia argentina recomendamos este artículo. Sobre la actuación posterior del general Lanusse, este texto y sobre el momento actual en comparación con las etapas citadas este otro.