La temporada 2015 de la MLS, la mejor edición de su historia según anuncian, con más equipos y figuras como Lampard, Villa o Kaká en cartel, que está prevista para comenzar el fin de semana del 6 de marzo, corre peligro. La Unión de Futbolistas prometió que irán a la huelga si la organización no hace lugar a sus reclamos. Las negociaciones comenzaron en diciembre y la fecha límite se acerca sin que un acuerdo parezca posible.
Brad Evans, jugador de Seattle Sounders, lo dijo claro: “A este punto una huelga es inminente si no conseguimos lo que queremos. No buscamos cifras astronómicas, conocemos la economía de la Liga. Sólo queremos lo que es justo para todos”. Todd Dunivant, defensor de LA Galaxy, agregó: “Será una pérdida para todos si la huelga sucede, pero a veces esas cosas no se pueden evitar. Los jugadores están listos para hacer lo que haya que hacer”.
Los futbolistas piden dos cosas. Una es la suba del salario mínimo, algo que se debe resolver porque el último convenio colectivo de trabajo expiró el 31 de enero. La MLS reniega pero parece dispuesta a soltar unos billetes en este punto. El otro, el que se ve más complejo de acordar, es que se introduzca la figura del agente libre, común en otros deportes en EEUU.
Vamos por partes. El convenio colectivo anterior, que se firmó en 2010 por cinco años -días antes del inicio de esa temporada ante el riesgo de otra huelga- estableció que los futbolistas de la MLS no pueden cobrar menos de 36.500 dólares por año. La cifra es alta comparada con el salario mínimo anual de un trabajador común en EEUU, 14 mil dólares, pero resulta irrisoria puesta a la par de lo que ganan otros deportistas profesionales en ese país. En la NBA, en el hockey sobre hielo y en el béisbol el sueldo anual mínimo supera el medio millón de dólares y en la NFL el piso salarial para un novato es de 240 mil dólares. Está claro que son deportes más tradicionales y populares en esas tierras pero, de todos modos, las diferencias son enormes.
“No es raro que jugadores con contratos mínimos tomen trabajos secundarios entrenando a equipos juveniles o que aprovechen toda aparición pública que les ofrecen para hacer un dinero extra”, cuenta ESPN. Tally Hall, arquero de Orlando City SC, equipo que debutará este año, lo confirma: “Tienen que invertir en todos, salvo que quieran jugar fútbol tres contra tres”. El gran problema de la Liga es la concentración salarial. Según LA Times, los siete contratos más altos se llevan el 31% del gasto total de la MLS en sueldos.
El mejor ejemplo es el de Michael Bradley, figura de Toronto y la selección de EEUU. Según la nómina salarial que publicó la unión de jugadores -no vamos a hablar de los casos argentinos para evitar herir susceptibilidades, aunque nadie debería avergonzarse del sueldo que cobra por su trabajo- Michael recibió el año pasado más de 6 millones de dólares mientras que varios de sus compañeros cobraron el mínimo, 165 veces menos.
La MLS considera que los sueldos son adecuados, que vienen creciendo y que lo seguirán haciendo, pero lentamente. Don Garber, gerente del torneo, pone cara de pobre y recuerda, cada vez que puede, que la Liga pierde 100 millones de dólares por año. El gremio de los futbolistas le responde que el torneo crece sin parar. Hay varios equipos a estrenar: Orlando City, New York City FC, un segundo club en Los Ángeles -que pagó un centenar de millones para sumarse en 2017-, otro en Atlanta y Beckham quiere armar el suyo en Miami, se firmó un nuevo contrato de TV de 90 millones de dólares por año hasta 2022 y los partidos promediaron casi 20 mil espectadores en 2014. Además, la MLS ya se sacó de encima el clavo financiero que era el Chivas USA, cuya disolución relatamos en su momento.
Además de Bradley, Robbie Keane y varias figuras de contratos altos se mostraron dispuestas a ir a la huelga para conseguir mejores condiciones salariales no para ellos, que ya las tienen, sino para el proletariado que impulsó a la MLS en las últimas dos décadas. “Estoy con los muchachos, todos tenemos que estar unidos en esto”, dijo el goleador irlandés de LA Galaxy. “Los jugadores deberían ser libres. La MLS tiene una correa sobre ellos y no se pueden liberar”, agregó.
Los futbolistas de la MLS no pueden cobrar menos de 36.500 dólares por año. Más que el salario mínimo de un trabajador común en EEUU, 14 mil dólares, pero en la NBA, en el hockey y en el béisbol el piso salarial supera el medio millón.
Los futbolistas proponen que el nuevo salario mínimo quede atado al incremento de las recaudaciones y las valuaciones de los clubes, y no a las ganancias. Quieren participar en los millones que generan y no esperar a que cobren todos para ver después si queda algo para repartirles. Por eso también exigen que cuando un jugador termina su contrato tenga la posibilidad de declararse agente libre y pueda negociar con diferentes clubes el mejor sueldo posible. En el país del capitalismo, los futbolistas reclaman apenas libertad de mercado.
Para la MLS eso es inaceptable. Milton Friedman se agarraría la pelada pero el equilibrio económico del torneo reside en tener el monopolio. La Liga concentra todos los contratos y luego asigna a los jugadores a cada equipo. Hacía adentro, en el mercado interno, eso les permite mantener los salarios bajos y manejar los costos. La introducción del agente libre desajustaría esta cuestión como lo hizo en el béisbol, en 1976 el sueldo promedio era de de 51.500 dólares y hoy es de 3.8 millones. Hacia afuera, pueden negociar en mejores condiciones los contratos de las figuras globales con las que jerarquizan el torneo. “Nuestra mejor opción para competir en el mercado internacional contra clubes de todo el mundo es que la Liga funcione como una voz única”, explica Mark Abbot, otro gerente de la MLS.
El conflicto, ahora, está en manos de un mediador que fue asignado la semana pasada por el gobierno federal para ayudar a las partes a alcanzar un acuerdo. Sólo si se firma un nuevo convenio colectivo de trabajo la Liga podrá comenzar sin problemas. Todavía quedan tres semanas para que puedan conseguirlo. La pelota, como siempre, la tienen los jugadores. Y esta vez, piensan usarla.
Ndr: Artículo modificado a partir de correcciones de los lectores. Gracias por la colaboración.