No fue difícil hacer la asociación. Un muchacho de boina pegándole a otro en la ciudad de Birmingham nos lleva de forma automática al universo de “Peaky Blinders”, la serie de la BBC que es un éxito en todo el mundo. En aquella historia, los muchachos (y muchachas) de la familia Shelby se abren paso desde las profundidades de los barrios pobres gitanos hacia el éxito comercial gracias a prácticas en los márgenes de la ley. Un siglo después de la época en la que transcurre la ficción, un hincha de de Birmingham City saltó al campo de juego para agredir a la figura de Aston Villa durante el clásico de la ciudad. La imagen dio la vuelta al mundo.

Iban menos de veinte minutos cuando, tras un ataque del equipo visitante, un simpatizante local se metió a la cancha y le pegó una piña a John Grealish, capitán y figura del Villa. Por supuesto, al segundo fue rodeado por futbolistas de ambos equipos y retirado del campo. El futbolista agredido no solo pudo continuar el partido con normalidad, sino que en el segundo tiempo marcó de zurda el único gol del encuentro. En los festejos, un trabajador de seguridad le pegó un rodillazo en la espalda al goleador.

Aunque este tipo de hechos no es anormal en el fútbol británico, que haya sido en uno de los clásicos más importantes del país le dio aún más notoriedad. Es cierto que Birmingham City y Aston Villa hoy están en la mitad de tabla de la segunda división, pero su duelo es legendario. Paul Mitchell, el hincha en cuestión, se declaró culpable (por si hiciera falta) y pidió disculpas públicas pero afronta una condena de 14 semanas de prisión y nunca más podrá ver un partido de su equipo.

El abogado de Mitchell, Vaughn Whistance, dijo en la audiencia que la familia de su cliente tuvo que irse de su casa “por el temor a sufrir daños graves e incluso la muerte”, tal es la rivalidad en la ciudad de los Shelby. También dijo que la intención inicial de su defendido era “entrar a la cancha para animar a la multitud” y agregó que está arrepentido de su acción. El jugador agredido prefirió avivar el fuego: “no puedo evitar sentir lo afortunado que fui en este incidente. Podría haber sido mucho peor si el aficionado hubiese tenido algún tipo de arma”.

Como este hecho no fue el único similar del fin de semana, los futbolistas de las dos ligas más importantes de Inglaterra expresaron su preocupación. En el partido entre Arsenal y Manchester United, un hincha del cuadro londinense fue detenido tras empujar al defensor del United, Chris Smalling. Su compañero Ashley Young dijo: “Es la tercera vez que un aficionado salta al terreno de juego. ¿Qué pasaría si llevaran algo peligroso encima? Los jugadores estaríamos en peligro. Es algo en lo que deben trabajar la FA, la Premier League y la FIFA. Hay que hacer algo”.