La imagen (vía @rafacotelo) lo dice todo. La historia es que hace once años, cuando Diego Godín tenía 17, jugaba al fútbol en inferiores e intentaba terminar el secundario, el club de Montevideo en el que estaba decidió dejarlo libre.

Cuando alguien en Defensor Sporting tomó la decisión de deshacerse del juvenil, alguien que hoy se debe estar agarrando la cabeza, su padre le pidió a un amigo hincha de Cerro que viera si se podía hacer un lugar en el club para su hijo, sólo por seis meses, para que termine los estudios.

El 19 de marzo de 2003, Cerro hizo la buena acción del mes. Pagó a Defensor Sporting apenas 840 pesos uruguayos, unos 37 dólares, y se quedó con la ficha de Diego Roberto Godín Leal, la actual figura del Atlético Madrid campeón de la Liga y subcampeón de Europa.

Entonces, cuenta Ovación, el emblema de la defensa de Cerro era Pablo Melo, que todavía hoy juega ahí. Clubes argentinos, representantes, todos preguntaban por Melo. El expresidente del club, Alfredo Jaureguiberry, miraba para otro lado y les decía: “Hay un botija que aún no jugó en Primera, pero que tiene unas condiciones bárbaras”.