El recuerdo fue prácticamente instantáneo desde el momento en que Kilian Mbappé saltó a la cancha a despatarrar rivales con la camiseta del Mónaco. Jovencito, veloz, desequilibrante, técnico, vestido de rojo y blanco, llevó la memoria directamente a un héroe francés anterior: el enorme Thierry Henry.

La historia reciente se encargó de alimentar el paralelo con su supuesto sucesor de selección para llevarlo hasta el borde de la obviedad. Porque aquel crack que después paseó su talento por Arsenal y Barcelona fue un campeón del mundo precoz: tenía 20 años en 1998. Y Mbappé tenía 19 en el momento de levantar la Copa del Mundo en Rusia. Henry lo saludó personalmente en la semifinal, en la que ofició de asistente técnico de Roberto Martínez, el DT de esa Bélgica que buscaba dejar a Francia en el camino.

Esto que decimos ahora lo dijeron mucho en el Mundial: Mbappé, como Henry, figura joven del campeón del mundo. Para matar un poco la nostalgia fuimos al archivo para mirar cuánto se parecieron en realidad sus torneos separados por dos décadas. Encontramos algunas sorpresas, sí. Pero sobre todo volvimos a disfrutar con un jugadorazo. Esto hacía el gran Tití hace 20 años.

Son casi 5 minutos que no tienen desperdicio desde ese primer control mágico. Es brillante poder mirar esto con la perspectiva histórica de un final feliz. Pero piensen en aquel momento. El pibe era un pibe. Y no era tan conocido como lo es Mbappé. Era un chico nuevo, que había debutado en su selección un año atrás, y que empezaba a enamorar al gran público en el Mundial. Ese debut contra Sudáfrica fue un sueño para todos los futboleros. Aparecía un fenómeno con la número 12 en la espalda. Y se notaba, aunque recién lo conocíamos.

Lo primero que hay que decir, en términos comparativos, es que las velocidades son diferentes. Es cierto que los dos son técnicos y rápidos. Pero es notable cuánto más veloz es Mbappé, y cuánto más desequilibrio generó por su carrera durante todo el Mundial. Henry aparece como un artista más controlado. Con un pie de seda, superior en sensibilidad incluso al del nuevo prodigio. Maneja mejor la pelota en corto, tiene otro dominio de balón. Las pisadas para escapar de rivales son parecidas. Los dos manejan bien los espacios, encuentran a compañeros bien ubicados y se mueven cómodos cerca de la línea. Pero Mbappé, exageradamente más explosivo, parece el recorte potente de aquel chiquito esmirriado, con físico de los años 90.

Henry es la versión artesanal, sutil, sin conservantes. Mbappé salió de fábrica, ya tiene sal y está envasado.

El gimnasio, la preparación del fútbol moderno o lo que fuera potencian el talento de Mbappé, con una espalda y un tranco largo más acordes a su época. Y lo llevan a hacer cosas como estas que redescubrimos, en un video que nos muestra algo más que sus goles de Rusia.

Hay que ser justos con los números también. Mbappé fue un protagonista estelar de Francia prácticamente desde el comienzo del torneo, pero muy especialmente en los duelos de eliminación directa. Brilló contra Argentina, acaso su mejor partido, y se anotó en la final con otro tanto y una actuación determinante.

Resultó una sorpresa para nosotros el papel secundario que tuvo Henry en las fases definitorias del Mundial 98. En nuestra cabeza, permanecía como una de las figuras destacadas de ese conjunto que ganó el título como local. Aunque Zidane era el rey, secundado por Thuram, Petit y algún otro nombre que estemos olvidando, los príncipes jóvenes que primaban en el recuerdo eran Henry y Trezeguet. Sin embargo los datos nos contradijeron un poco. Porque si bien el delantero resultó goleador del equipo, con tres tantos, marcó todos en la fase de grupos y ni siquiera pisó la cancha en la final contra Brasil (el DT Jacquet le había prometido que iba a entrar pero la expulsión de Desailly lo hizo cambiar sus planes). Fue titular en dos partidos de fase de grupos, y en los octavos contra Paraguay. Después entró siempre desde el banco. En los cuartos, contra Italia, metió su penal en la tanda de definición. Y en la final, lo relatado: ni eso. La festejó sentado junto al entrenador.

Por supuesto, no fuimos los primeros en pensar esta comparación. De hecho, encontramos un video que dejaba en paralelo las acciones de ambos en cada uno de sus Mundiales. Les dejamos acá el video, aunque nos parece que las escenas elegidas llevan a una similitud un poco forzada.

Y también nos parece tardía, como esta nota.

Todo el mundo sabe que las comparaciones empezaron mucho antes. Desde el momento en que Kilian Mbappé saltó a la cancha a despatarrar rivales con la camiseta del Mónaco.