Y un día, los gordos de traje miraron a las tribunas y escucharon.

“Los clubes saben del valor único que tienen los hinchas visitantes. Son imprescindibles en los estadios y ayudan a generar una respuesta positiva de los aficionados locales, lo que hace que los partidos de la Premier League sean diferentes de los de cualquier otra liga”, reconoció la máxima categoría del fútbol británico en un comunicado en el que anunciaron un tope para el precio de las entradas visitantes. Por decisión unánime de los 20 equipos, durante las próximas tres temporadas los tickets no podrán costar más de 30 libras (unos 650 pesos).

Bajo la consigna “Twenty is plenty” (“Veinte es suficiente”), las protestas se aceleraron el año pasado cuando se conoció el nuevo acuerdo de televización de la Premier, por más de 5 mil millones de libras. Pese a suculento botín, los clubes seguían subiendo los tickets. La tendencia, que comenzó en los 90, trasformaba aún más al fútbol en un espectáculo para élites y seguía expulsando a las clases populares de las tribunas.

Así proliferaron los banderazos y los cánticos hasta llegar a la protesta de los hinchas de Liverpool que hace un mes abandonaron del estadio trece minutos antes del final del partido contra Sunderland. Más 10 mil personas, entre ellos el exjugador y ahora periodista Jamie Carragher, se pararon y dejaron sus lugares vacíos. Una semana después, la directiva dio marcha atrás con los aumentos anunciados.

El tema se instaló fuerte en la opinión pública. The Guardian hasta armó esta entretenida trivia para explicarlo. La Premier League, que necesita mantener los altos números de asistencia en los estadios -más de 90% en los últimos 19 años y 96,2% en las dos temporadas pasadas- para que el producto que venden por TV no se devalúe, no podía estar mucho más sin escuchar el mensaje de las tribunas.

El jefe de la Federación de Hinchas de Fútbol, Kevin Miles (así de organizados están los hinchas británicos), calificó el anunció como “muy positivo”. No es lo que pedían, está claro, pero es un avance y un reconocimiento inédito para ellos. “Es un buen techo. Obvio que todavía hay lugar para que los clubes sigan aumentando, pero sería feo hacer otra cosa que celebrar que los clubes de la Premier League parecen haber escuchado, una vez, a sus hinchas”.

James McKenna, vocero de la agrupación que lideró el éxodo de hinchas en Anfield,  también valoró la medida: “Es un muy buen paso en la dirección correcta”. Por fin, los directivos les dieron la razón: “Veníamos diciendo que los precios de las entradas visitantes eran demasiado y el nuevo acuerdo de TV les dio a los clubes una oportunidad para bajarlos. Finalmente nos escucharon. Es un reconocimiento de lo importante que somos los hinchas”.

Arsenal prometió subsidiar a sus simpatizantes que vayan de visitante, para que nunca paguen más que lo que pagan de local, 26 libras. Manchester United estimó que sus hinchas ahorrarán 800 mil libras por temporada con el tope de precios. Chelsea prometió que la temporada que viene los valores seguirán en el nivel de 2012. Tottenham también congeló los precios de sus entradas.

Los hinchas celebran aunque todavía tienen mucho por qué protestar ante el negocio del fútbol. Estarán lejos de ganar la Premier, pero consiguieron un gran triunfo. Y encima de visitante.