Supongamos que usted tiene un trabajo bien remunerado pero muy insatisfactorio. Sabe que su labor es apenas discreta, que su tarea no es la que mejor hace, que está desaprovechando su potencial e, incluso, parte de su vida. Las directivas de sus jefes no son claras. Últimamente, ni siquiera sabe quienes son sus jefes porque se los vienen cambiando seguido. Nadie, ni siquiera usted mismo, duda de su evidente capacidad, pero eso no se ve reflejado en el laburo cotidiano. Usted no tiene otra forma de ganar dinero, pero está tranquilo porque históricamente en esa empresa no echan a nadie. De buenas a primeras, usted es despedido. Dos preguntas surgen a partir de esta anécdota. La primera, ¿era lógico su despido? La segunda, ¿le viene bien?
En la redacción de Un Caño nos hicimos las mismas preguntas con respecto a la Selección, que viene haciendo trabajo a reglamento rumbo a Rusia 2018 y está demasiado cerca de recibir el telegrama de despido. Así que acá vamos:
¿Sería lógico que Argentina se quedara afuera del próximo Mundial?
Christian Colonna: Usar el condicional es un absurdo porque es más o menos lo que está sucediendo ahora. Entonces no es que sería lógico quedar afuera del Mundial. ES lógico. Y es lógico porque en estas Eliminatorias la Selección tuvo tres entrenadores (todos de estilos diferentes, para colmo) y la AFA tuvo tres presidentes. Entre todos ellos, más los 11 de turno que salieran a la cancha, no fueron capaces de armar algo parecido a un colectivo que practica un deporte de élite con individualidades de renombre mundial.
Pablo Cheb: No sería lógico en términos de historia, pero tampoco de presente: Argentina tiene mejores jugadores y la posibilidad de armar un mejor equipo que cualquiera de los rivales directos que le disputan un lugar en la clasificación o el repechaje (incluso esta opción parece benévola para Argentina, que tendría que ganarle a Nueva Zelanda). Sería mucho más ilógico, por la Eliminatoria hecha y por el nivel general actual de sus futbolistas, que Ecuador o Chile accedieran a un lugar en Rusia. Dicho esto, un grupo golpeado psicológicamente como el de la Selección, que siente la presión, con cambios de timón permanentes en lo dirigencial y escaso funcionamiento colectivo podría poner patas para arriba la lógica. Pero abrir la posibilidad al fracaso no quiere decir que sea algo lógico.
Mariano Mancuso: No solo sería lógico si no que, de hecho, ya lo es. Si el equipo de Sampaoli está quinto entre diez selecciones a falta de solo dos jornadas se debe a un larga lista de circunstancias que lo pusieron ahí. El fútbol, un deporte que puede llegar a ser ilógico en 90 minutos, suele ordenar a sus equipos de mejores a peores con mucha justeza a lo largo del tiempo. Y, en toda esta Eliminatoria, Argentina viene haciendo méritos para quedarse sin Mundial. Fuera de la cancha, los desbarajustes dirigenciales, los cambios de entrenador y de estilos, los manotazos de ahogado para darle soluciones mágicas a problemas estructurales fueron una constante. Dentro del campo, la presión se devoró a un grupo de futbolistas muy talentosos pero que no pueden superar un trauma colectivo, que los excede. Los números son buen correlato de lo que se ve en la cancha. Después de 16 partidos, la selección es una de las que menos ganó y la que más empató. Juega con miedo a fracasar, pierde poco pero no se impone casi nunca. Naufraga en la mediocridad. Es cierto que le convierten poco (y pensar que el problema era la defensa) pero si asumimos que la delantera de Messi solo hizo más goles que Bolivia quizás habría que admitir que quedarse afuera de la Copa del Mundo además de lógico suena natural.
Damian Didonato: No. La pregunta ni siquiera tiene sentido si se toman en cuenta la historia y la calidad de futbolistas que tiene en la actualidad la Selección Argentina. Sólo podría tener cierto asidero al repasar el caos en el que vivió la AFA en los últimos tres años y cómo eso repercutió en el equipo nacional. De todos modos, no hay crisis institucional que transforme en lógica una eliminación de Argentina de una Copa del Mundo. Por jugadores, tradición y Lionel Messi, Argentina debe jugar en Rusia.
Mariano Hamilton: Hay dos facetas. Una es la histórica y la otra es lo que está ocurriendo con el fútbol argentino en el presente. Por historia no. Argentina es una potencia junto con Alemania, Brasil e Italia y un Mundial sin Argentina no sería lo mismo. Hay otros equipos que coyunturalmente aparecen y son valorados, como España o Francia, pero la historia avala la presencia de Argentina. Respecto del presente, la cosa es más discutible. Hay jugadores como para no tener problemas, pero el fútbol argentino, desde la muerte de Grondona (y no porque Grondona haya sido un extraordinario dirigente sino porque tuvo la suma del poder público, por llamarlo de alguna manera), el caos se ha instalado en lo organizativo. No hablemos de los dimes y diretes para tener un presidente de AFA o de lo que se hizo con los juveniles o los equipos olímpicos; sólo nos referiremos a lo que fue la Selección en el último año, desde la salida de Martino. Los subcampeonatos (los tres), que para muchos hubiera sido la catapulta para situaciones más virtuosas, en la Argentina fueron tomados como fracasos y los jugadores se sumieron en una depresión muy difícil de remontar. Además, los dirigentes nombraron y echaron entrenadores como pocas veces se vio desde la década del 70 para acá. Futbolística y organizativamente hablando, Argentina hoy por hoy, y pese al material humano que posee, es un desastre, por lo que tranquilamente podría quedar afuera del Mundial y nadie se sorprendería.
Fabian Mauri: Absolutamente lógico. Según el diccionario el concepto lógico se relaciona con el método o razonamiento en el que las ideas o la sucesión de los hechos, se manifiestan o se desarrollan de forma coherente y sin que haya contradicciones entre ellas. En las decisiones tomadas por la Asociación del Fútbol Argentino durante todo el proceso de la Eliminatoria faltó coherencia y sobraron las contradicciones. De una organización que decide dirimir sus autoridades en una elección en la que votan 75 asambleístas y el resultado da 38 a 38, no puede esperarse nada. Ni siquiera que mínimamente garanticen a un grupo de excelentes futbolistas, un entorno de normalidad y una planificación más o menos profesional para afrontar un compromiso trascendente.
¿Vendría bien?
Christian Colonna: Si las consecuencias fueran serias, por supuesto que vendría bien. Muy bien. Sería lo mejor que le podría pasar al fútbol argentino. ¿Pero quién es tan ingenuo para creer que el fracaso más grande de la historia (con mucha diferencia) puede generar una refundación en el país del “siga siga”? Si se fueran Tapia, Angelici, Tinelli y todos los que durante este proceso tomaron alguna decisión, vendría excelente la eliminación. Pero como eso no va a pasar… “¡vamos vamos, Argentina!”.
Pablo Cheb: No creo. Sería bueno pensar que un tropiezo semejante podría suponer una lección de humildad. Miren lo mal que hicimos las cosas y cómo nos fue. Aprendamos del error, crezcamos desde un proyecto. Sin embargo creo que el terremoto que generaría quedarse afuera del Mundial se llevaría puestos equivocadamente a todos los jugadores y al (reciente) director técnico. ¿A quién se va a apuntar como responsable de fondo si Argentina no va a Rusia? ¿A la AFA, a la desorganización, a la falta de continuidad y coherencia, al escaso laburo en juveniles, a los dirigentes que cambiaron tres veces de entrenador? Lo dudo. Mejor cortarle la cabeza a Sampaoli, tildar de pechofrío a Messi y listo. Es más fácil no preguntarse nada que enfrentar respuestas difíciles. Y encima dejaríamos a una parva de gente sin mirar a su equipo en el Mundial. Un castigo de ocho años, quizá un poco excesivo. Mejor aprender con un susto que nos lleve al repechaje.
Mariano Mancuso: Nada bueno puede salir de quedar a fuera del Mundial. Algunos creen que una derrota tan prematura -Argentina carga con la obligación de ir a las Copas del Mundo y además debe ganarlas, todas- provocaría cambios de fondo en el fútbol argentino. No creo que algo así vaya a suceder. Los dirigentes responden a un orden bastante corporativo y no parece que el recambio pueda venir por fuera de las caras conocidas que son responsables de esta situación. Es improbable la salida de Chiqui Tapia, por poner un nombre. Pero, incluso si ocurriera el problema parece ser más profundo que eso. Lo mismo con el cuerpo técnico y los jugadores. Otro duro golpe, para este grupo sería el cuarto en cuatro años luego de la final perdida cada año desde 2014, solo ampliaría este pozo. Argentina necesita asumir sus profundas deficiencias, en todos los órdenes, y hacerlo sin la Copa del Mundo solo acrecentaría las urgencias. Se construye más fácil desde la victoria, como se suele decir. Ir al Mundial ayudaría a recuperar, un poco, el ánimo general para encargar la reestructuración necesaria. Para hacerlo sería útil, aceptando que entramos por la ventana, evaluar bien las capacidades y obligaciones de nuestra Selección y permitirnos pensar, de una vez por todas, no sólo en ganar si no en cómo hacerlo.
Damian Didonato: De ninguna manera. Hay una idea que dice que para despegar en serio es necesario tocar fondo, pero en esta situación no es aplicable. La Selección Argentina viene de ser subcampeón de los últimos tres torneos oficiales que disputó y, aunque jugó mal en casi todas las Eliminatorias, lejos está de tocar fondo. Un fracaso como ese golpearía todavía más fuerte a la debilitada estructura del fútbol nacional y no serviría para nada más que para alimentar a las aves de rapiña. Además, está claro que los señalados como culpables de todo serían los jugadores y el cuerpo técnico (ya hay un caldo de cultivo para esto) y no la dirigencia. Por último, el pueblo argentino todo sufriría una frustración de la que sería muy difícil salir.
Mariano Hamilton: No. Nada se construye desde las ruinas, por más que el lugar común dice eso. El golpe de no clasificar para un Mundial sería una catástrofe ya que quedaríamos afuera en una carrera de 5 equipos sobre 10 y cuando muchos de esos 10 ni siquiera compiten seriamente. Además, por las características emocionales del argentino (engreído, siempre creyendo que está para cosas mejores) nos sería muy difícil remontar esa cuesta. Muchos dirán que lo mejor es construir sobre cimientos sólidos, pero eso vale para cuando hablamos del Seleccionado de Ballet y no para la Selección argentina, que se tiene que nutrir tanto de buenos resultados como de buen juego. Aquellos que dicen que le vendría bien, no tienen ni idea de lo que están hablando y del significado que podría tener semejante afrenta para nuestro deporte. Imaginen lo que nos costó remontar la eliminación en la primera rueda con Bielsa, no quiero ni imaginar lo que podría desencadenar una hipotética eliminación en la fase de clasificación.
Fabian Mauri: Depende. A los energúmenos que piensan que los jugadores son unos millonarios pechofríos les vendría muy bien. A los sponsors oficiales les vendría muy mal. A los que nos libraríamos de los previsibles avisos apelando a la pasión de los sponsors oficiales, nos vendría bárbaro. A los periodistas de mitad de tabla para arriba les vendría mal. A los de mitad de tabla para abajo les vendría de perlas. A los genuinos aficionados futboleros les provocaría una enorme desilusión. A los niños una experiencia traumática que los marcaría para siempre. A los jugadores sin dudas les vendría pésimo. A los muchachos de la AFA no les vendría ni bien ni mal. A ellos no les entran las balas. Para ellos Todo Pasa.