La movilidad social vertiginosa ha llegado al fútbol. Tomemos, por ejemplo, el caso de Temperley: hace menos de un año remaba en la tercera categoría. Durante la próxima temporada, irá de excursión a los templos más selectos como el Monumental y la Bombonera.
No es la impronta distributiva del peronismo la que produjo saltos como este, sino un invento de Grondona, que en paz descanse: el torneo ampliado a 30 participantes, menos debatido que resistido entre la dirigencia, lo que ha posibilitado 10 ascensos a Primera de un saque.
A nadie le gusta mucho este engendro, pero ahí está. Será desactivado lentamente con homeopáticos descensos.
Ahora, los que se quejan de la multitud variopinta que animará el fútbol mayor de la Argentina deberían saber que la hipertrofia es moneda corriente en nuestro fútbol.
Y en el Interior del país se presentan los casos más graves. Los campeonatos se han tornado kafkianos, a punto tal que uno de los planes consiste en quitarles a los dos torneos Federales unos 100 equipos. Sí, 100.
A los que creen que la Argentina termina en la avenida Directorio les cuento: el campeonato Federal A (antiguo Argentino A), pasó en la última temporada de 24 a 40 equipos, de los cuales ascendieron 7 a la B Nacional. Hasta acá, más o menos manejable. Pero en el Federal B participan nada menos que 130 clubes, repartidos en 17 zonas.
El certamen también asigna 7 ascensos (al Federal A, claro), de modo que recién ahora, a fin de año, está cursando la fase de definiciones. En el desenlace, que arrancará el 18 de enero, intervendrán 56 equipos, así que, por más que las eliminaciones son rápidas y el lote se reducirá a paso vivo, la competencia se extenderá hasta finales de febrero.
Entre los aspirantes al ascenso quedaron equipos como Camioneros de Luján -el otro berretín deportivo de los Moyano-, Aprendices de Casilda y Talleres de Perico.
En el Federal B, en tanto, se estima que el número ideal de equipos es 40. Por lo tanto, gradual o drástica, la sangría involucraría a unos 90 clubes.
Es evidente que la cosa se fue de madre y así lo entienden también en el Consejo Federal. Decididos a cortar por lo sano, los responsables de la pelota del interior profundo han pensado que el Federal A necesita una purga de entre 16 y 19 equipos, con lo cual volvería a su histórico elenco.
En el Federal B, en tanto, se estima que el número ideal de equipos es 40. Por lo tanto, gradual o drástica, la sangría involucraría a unos 90 clubes.
Ahora ya saben. No se quejen más: el torneo de Primera es uno de los más prolijos, acotados y competitivos que puede planificar la AFA.