Durante el sorteo de cuartos de la Champions, Leonardo Bonucci (Viterbo, Italia; 29 años) se metió en una sala distinta del resto de los jugadores de la Juve. Minutos más tarde, se acercó al grupo. “Venga chicos, ha salido el Barcelona. Vamos al entrenamiento”, soltó mientras sus compañeros le miraban atónitos. Su televisión emitía con retraso, y Bonucci se reía de lo lindo. “Podía haber salido un sorteo mejor, pero esto es la Champions”, valora el central en la ciudad deportiva bianconera.
-Aquí todos me definen como un centrocampista que está de prestado en la defensa por mi manera de jugar, de interpretar el fútbol. Siempre he sido así y siempre lo seré, aunque en ocasiones se dé un fútbol demasiado horizontal. El hecho de tener la pelota y jugarla te da seguridad y la posibilidad de defender alto, aunque también asumas riesgos.
-¿Disfruta más robando un balón o dando un buen pase?
-Con los años he madurado. Al principio, me gustaba dar el pase, uno definitivo. Incluso me encantaba ser una solución en los metros finales. Pero como central de la Juve, donde la fase defensiva es importantísima, he mejorado mis dotes defensivas y si ahora hago una intervención resolutiva que evita un gol me da la misma satisfacción. Con Allegri alternamos las jugadas de fútbol directo con pases cortos, donde aparece mi responsabilidad y soy feliz.
Para mí, nuestra defensa es mejor que la del Barça. Llevamos muchos años juntos y hemos demostrado de lo que somos capaces con este equipo y también con Italia, donde somos titulares. Y en un torneo donde vale tanto el gol fuera de casa, tienes ventaja si no encajas goles en contra.
-¿Han variado sus responsabilidades con el cambio de sistema de Conte (3-5-2) al actual de Allegri (4-2-3-1)?
-Claro. Con el balón en los pies es más peligroso porque si fallas un pase debes defender rápido y sin error, cosa que con tres centrales era más fácil de poder reparar. Pero con tres atrás, aunque la gente piense lo contrario, era mucho más frecuente el uno contra uno y teníamos espacios más largos a nuestras espaldas, en ocasiones hasta 50 metros. Se daban situaciones más críticas.
-Situaciones a las que puede llevarle la delantera del Barça…
– Los números hablan por ellos. Yo he tenido la fortuna, o el infortunio, de encontrármelos en la final de la Champions de 2015. Y hemos estado bravos en contenerlos hasta cierto punto. Pero es que los tres [Messi, Luis Suárez y Neymar] están entre los 10 mejores jugadores del mundo, como Higuaín y Dybala. Son impredecibles y tienen tanto talento… Hay que restarles los espacios.
-Messi, en el 3-4-3, juega más de mediapunta que delantero…
-¡Bah!, tanto da que esté 10 metros más atrás porque te puede sorprender en cualquier momento. Y Neymar, mira la carrera de 60 metros que se hizo el otro día con Brasil [ante Paraguay].
-Usted bailará con Suárez…
-Es un jugador que no para de luchar y que usa todo en su beneficio: la pillería, la astucia y el físico. Pero eso no quita que nosotros también pensemos que somos fuertes, que tenemos jugadores importantes y mucha experiencia a nivel internacional. Como en la defensa.
-¿Qué defensa es mejor, la suya o la del Barcelona?
-Para mí, nuestra defensa es mejor. Llevamos muchos años juntos y hemos demostrado de lo que somos capaces con este equipo y también con Italia, donde somos titulares. Y en un torneo donde vale tanto el gol fuera de casa, tienes ventaja si no encajas goles en contra. Pero al final, se trata de tener personalidad con el balón y sacrificio sin él.
-Hablaba de la final de Berlín, ¿es mejor ese Barça o este?
-Llevan tres años con el mismo entrenador y eso ayuda. Neymar ha dado un gran salto de calidad, también Mascherano suma dos años más en la defensa, Rakitic ha madurado… Pero creo que hoy en día está un pelo por debajo que en 2015. Para mí, el Bayern es más fuerte y estoy seguro de que nunca sufriría una situación como el PSG en el Camp Nou.
– ¿Y la Juve es mejor o peor?
– Nuestra media era Marchisio, Vidal, Pirlo y Pogba… Dieron tanto en la final que por un momento conseguimos imponernos. Ahora es diferente, con otros jugadores, pero hemos madurado en la gestión de la pelota y entendido cuándo defender o atacar.
-Usted nunca ha jugado en el Camp Nou, ¿verdad?
– Nunca. El otro día, hablando con Verratti, me dijo que allí no ves nunca la pelota y que no se puede presionar porque el campo es enorme. Yo me conozco de memoria cómo juegan por las veces que los he visto.
-Da la sensación de que le gusta mucho el fútbol, ¿es así?
– ¡Claro! Vivo del fútbol, del balón. De vez en cuando mi mujer me insulta porque las pocas veces que estoy en casa pongo la tele a ver qué partido dan. Pero es que el fútbol, después de la salud, es lo primero que hay en mi vida. Era mi sueño de niño y es lo que me permite ser conocido y reconocido, ser importante para una afición y un club. No sé qué haré sin el fútbol… Quizá entrenador. Si es así, cuantos más partidos mire, más aprenderé.
-Su hijo Matteo sufrió una grave enfermedad [nunca se hizo pública la patología]…
– Estuve tres o cuatro meses sin tener la cabeza en su sitio. Y la cabeza es la que mueve las piernas. Hasta 15 días después de la operación, cuando se empezó a ver una evolución, no me interesaba venir a entrenarme ni nada del fútbol. Siempre he odiado estar en un hospital, incluso cuando era niño trataba de evitarlo. Pero en esos días no se podía evitar y no podía estar tranquilo, sereno. Matteo está ya bien y nuestra familia más unida. Esta mañana, él dormía en mi cama y cuando se ha levantado con la sonrisa, como cada día, te das cuenta de que es la victoria más grande.
– ¿Quiso dejar el fútbol?
– Sí. No era mi prioridad. Ves a tu hijo con tanto por vivir, te hace tantas preguntas y te cuestiona el porqué de lo que le pasa… ¡Y no tenía respuestas! Las prioridades cambian. Ahora me digo que tengo suerte. Todo lo que he hecho ha sido con el corazón.
*Artículo publicado originalmente en el diario El País.