Es verdad: si todos los jugadores del mundo fueran filmados en todos los partidos de su vida, sería difícil no encontrar 10 segunditos de gloria en cada uno de ellos.
Porque, sí, esta vez venimos a ofrecer un videíto de apenas 10 segundos (7 para ser más exactos). Los protagonistas son Diego Simeone por el Atlético de Madrid y Pep Guardiola y José Mari Bakero por el Barcelona. En esos 7 segundos, el Cholo tuvo tiempo de… contener con el brazo la marca de Pep, engancharle a Bakero, bailar a Guardiola con un amague del cuerpo sin tocar la pelota, meterle un caño tan limpio como hermoso al “insistente” Bakero y, como si todo esto fuera poco y sigo entregando por el mismo precio, el tipo hasta tuvo tiempo de aplaudirse a sí mismo por tantas genialidades consecutivas.
Claro, todos los jugadores (hasta vos y tus compadres del fútbol 5) podrían tener sus 10 segundos de gloria. El tema es dónde, cuándo y contra quién. Porque el gol de Messi al Getafe podrá ser muy parecido (¿casi idéntico?) al de Maradona a los ingleses pero comparar las jugadas sin tener en cuenta los contextos es una burrada tamaño Mundial. Seguro que Simeone tiene unas cuantas de éstas, pero justo nos encontramos con este video y nos disparó una reflexión.
Simeone eligió venderse como un rústico. Desde aquel con “el cuchillo entre los dientes”, el Cholo fue catalogado como un jugador de batalla. Sin embargo, fue muchísimo más jugador que un simple metedor. Ya cuando debutó en Vélez con 17 años se le notaban sus maneras. Era un 8 de los de antes, de los que hablan tus viejos, como J.J, Brindisi o Ardiles. Con un ida y vuelta incesante y mucho concepto. Demasiado rápido se fue a Europa y, allí, fue muy inteligente para adaptarse y “europeizarse”. Simeone siempre entendió todo y desde muy joven estaba claro que era un entrenador adentro de la cancha, no sólo desde lo motivacional sino también desde lo futbolístico.
Para un tipo con su cabeza fue muy fácil que lo quisieran todas las hinchadas. Esperaban de él que dejara en la cancha hasta la última gota de sudor pero él no se quedaba sólo en eso. Porque tenía buena media distancia, buen cabezazo, llegada y mucho gol para un mediocampista de sus características.
Algo parecido a lo que fue como futbolista eligió, por ahora, el Cholo para su carrera como entrenador. Es mucho más meritorio lograr todo lo que logró con el Aleti que hacerlo con el Barcelona (descontamos que no dirigiría al Madrid), ¿no? Si dirigiera a la Selección, por ejemplo, con estos jugadores, le pedirían el título y cualquier otra cosa sería fracaso. Sin embargo, quedar eliminado en una semi o final de la Champions con el Aleti, es todo un éxito, aunque él nos venda que “sólo importa ganar”. Simeone es el primero que sabe que las cosas no son así porque es un gran competidor y los grandes competidores saben que se puede perder a mucha honra.