Cuando, hace casi dos de décadas, me daban unos vhs con imágenes de partidos para registrar sus estadísticas no se me ocurrió pensar que podría haber estar haciendo arte en mi habitación adolescente. Solo pensaba en no equivocarme en qué jugador daba ese pase, o esa asistencia, y en que me pagarán pronto esos diez pesos que me prometían por partido, para gastarlos el sábado a la noche.
En otro rincón del planeta, Susken Rosenthal, una artista conceptual alemana, llevaba unos cuantos años desarrollando, con similares materiales a los que yo usaba para jugar a ser periodista deportivo, o adulto, una novedosa serie de obras de arte. Desde uno de sus enfoques favoritos, la exploración del espacio y la percepción, la artista nacida en Stuttgart, se sentaba frente a un televisor, miraba un partido de fútbol y, con el diagrama de una cancha como lienzo, registraba con lápiz la trayectoria de la pelota durante esos 90 minutos.
La primera vez que lo hizo fue en 1982, con un par de partidos de la selección alemana. Repitió la experiencia durante la Eurocopa del 84 y terminó exponiendo sus obras en Frankfurt. Dos años más tarde, registró el pase a la red de Burruchaga y todos los otros toques de pelota de la final de México 86, entre Argentina y Alemania (Ver foto). Quizás dolida por la derrota, recién retomó la serie en la Eurocopa de 2004. Hizo dibujos de 31 partidos del torneo. Y en 2006, durante el Mundial alemán, registró 70 dibujos que, por supuesto, fueron expuestos varias ciudades de Alemania y hasta en EEUU. Aquí la presentación completa de esa saga mundialista, titulada 5760 minuten.
A simple vista, sus pinturas, abstractas, lúdicas y puede que hasta infantiles (quién no dibujó algo así antes de entrar a la primaria) encierran el misterio del fútbol. Ese ir y venir de una pelota, que persiguen con fascinación 22 personas en pantalones cortos y miles de ojos en todo el mundo. Y también, nos remiten a la televisión actual de nuestro amado deporte, con sus inverosímiles mapas de calor que pueblan los más modernos estudios de TV o sus innecesarios gráficos de posesión de pelota que nadie entiende bien cómo se computan y, mucho menos, que vienen a demostrar.
Pero, por sobre todas las cosas, nos recuerdan que el fútbol es una rama del arte y que nosotros sus críticos especializado. Ah, y que da para todo.