Es pelado y juega para hacer jugar a los demás. Lo suyo es parar la pelota, pensar mientras los otros corren, imaginar combinaciones posibles, caminos diversos al gol. Eso ya sería suficiente para afirmar que el español Borja Valero es una especie de futbolista en peligro de extinción, pero el jugador de Fiorentina dio una imperdible entrevista en la que mostró que, además, le gusta pensar cuando está fuera de la cancha. Que tiene ideas propias y no teme compartirlas.

En diálogo con La Gazzetta dello Sport, el futbolista de 31 años que lleva cuatro temporadas en la Serie A, habló de fútbol, claro, del juego y también de la maquinaria formativa que devora miles de adolescentes para crear un puñado millonarios, criticó el pedestal donde ponemos a los jugadores profesionales, dio sus puntos de vista sobre la fe y opinó, abiertamente, de Trump y el franquismo.

acffiorentinavsscnapoliserieqd2s535wkhqlFútbol, religión y política: todos los temas que están prohibidos en las mesas familiares. Y, encima, dichos por un futbolista, una de las profesiones más proclives al vacío intelectual. Les transcribimos los mejores pasajes de la entrevista. Palabras como estas, poco frecuentes como son, valen sus caracteres en oro.

-¿Cree en la otra vida Borja Valero?
-No creo en otra vida. Para mí no hay nada tras la muerte, sé que no volveré a ver a mi madre. Esa esperanza me hace estar peor, pero hay que ser coherentes. Mi mujer, Rocío, opina como yo, y así vamos a educar a nuestros hijos. De todas formas, aunque no puede escucharme, hablo con mi mamá Sagrario cada día. Sé que me equivoqué con ella en algunos momentos, pero lo hice para crecer y volvería a repetirlo. Su muerte, hace tres años, me cambió. Ahí entendí que cosas como el dinero no cuentan de verdad. Desde entonces, soy una persona distinta.

-¿Por amor usted falló mucho, o el amor le salvó la vida?
-La segunda, por supuesto. Debo darle las gracias a mi mujer, me aconsejó mucho, por ejemplo, alejarme de cierta gente, y el tiempo le dio la razón.

-Pasando a la política, Italia y España sufrieron dictadoras, pero en el Bel Paese, entre los jóvenes, hay algún nostálgico.
-También en España hay partidos que se inspiran en Francisco Franco, hay poca memoria, no se estudia lo suficiente y no se recuerdan las cosas atroces que pasaron. Yo, en cambio, recuerdo los relatos de mi abuelo Paulino, que luchó por la República, fue prisionero y torturado, estuvo a punto de morir de hambre. Y mi madre también sufrió mucho. Es raro saber que hay gente que echa de menos el franquismo.

-¿Por qué pasa esto?
-Quizás la gente se esté cansando, después de muchos años, de la democracia. Basta con pensar en el Brexit, ahora todos quieren huir de la Unión Europea, pero esta confusión no ayuda a nadie.

borja-valero-cani-finalmente-levante_461064204_16933671_1280x863-Ahora es moda la comunicación ‘muscular’: sólo hace falta ver lo que pasó con Trump.
-Su victoria para mí fue un choque, pero estaba claro que la gente quería un cambio.

-Italia y España, por razones distintas, conocieron las Brigate Rosse y a ETA. ¿Qué opina de la violencia?
-No nos lleva a ningún sitio, prefiero el diálogo. En España, Podemos está volviendo a llevar algo de izquierda en la política. Se esperaba un éxito mayor, pero algo se mueve.

-¿De chico quiso alguna vez cambiar el mundo?
-No, estaba demasiado ocupado. Esas ganas me vinieron con el tiempo. El fútbol era una diversión hasta que llegué al Madrid, con 11 años. Fui afortunado, durante mi formación viví con más de 300 chicos y el 85% no llegó a ser futbolista profesional. Gente que sacrificó su adolescencia para nada. Los descartes se iban con su mochila, de un día para otro, y me decía que yo también podía acabar así. Era un estrés porque no dependía solo del campo, sino también de la opinión de los entrenadores. Era como un Factor X, sólo que no estaba la audiencia que te podía salvar. Vi muchas lágrimas.

-¿Se siente culpable alguna vez por su bienestar económico-social?
-Sí, claro. Soy un privilegiado, puedo darles a mis hijos la mejor educación. Pero, como dice Iniesta, los héroes son los que salvan vidas. Nosotros solo hacemos divertir a la gente.

-Dijo que se debería dejar de hacer mitológica la figura de los futbolistas.
-Es difícil. Todos los chicos quieren ser futbolistas. Le toca a los jugadores más famosos, los que tienen más éxito, transmitir valores distintos a los más jóvenes.

borja-valero-odeon-¿Les pesa la fama de ser superficiales?
-A mí, mucho. Hay gente entre nosotros que sólo piensa en choches y en dinero, pero no todos somos así. Yo también, por un tiempo, pensaba mucho en el dinero, porque mi familia no era rica. Pero las cosas cambian.

-¿Cuáles son las diferencias entre el fútbol inglés, español e italiano?
-Los hinchas ingleses son maravillosos. En West Bromwich, cuando descendimos, al final del último partido nos obligaron a dar la vuelta al campo para aplaudirnos. En España nunca hubiera pasado. Se necesitaría una mezcla: en España el fútbol es más elegante, en Italia más táctico.

-De uno a cien, ¿cuán desafortunado fue en vivir esta época del fútbol español que le cerró las puertas de la Selección?
-Cien como jugador, pero fui feliz al cien como hincha porque lo ganamos todo.


NdR: Publicado originalmente en el periódico italiano La Gazzetta dello Sport.