El 22 de noviembre del año pasado, Atenas de San Carlos empató 2-2 con Tacuarembó en el estadio Domingo Burgueño de Maldonado y logró el tercer ascenso a la primera división uruguaya de su historia. Poco más de dos meses después, la murga La Gran Muñeca se destaca como una de las principales protagonistas del carnaval más largo del mundo. Entre ambos sucesos parece haber solo un punto en común: la pasión que despiertan el fútbol y el carnaval en el pueblo charrúa. Sin embargo, hay un personaje nombre que se repite: Fernando Laforia. El hombre que dejó el fútbol por la murga.
“Cuando me contrataron les aclaré que iba a hacer carnaval. Que pasara lo que pasara, ascendiéramos o no ascendiéramos yo iba a hacer carnaval. Ascendimos y ya estábamos a casi a un mes del arranque del carnaval. Y no me parecía bien dejar a la murga plantada. Yo me manejo así”, afirmó Laforia en una entrevista con Ovación. El arquero, pieza clave para el ascenso, no jugará las primeras fechas del campeonato de la A por sus compromisos con La gran muñeca.
Cada febrero, decenas de miles de uruguayos colman la gran cantidad de tablados que existen en Montevideo. De hecho, los espectadores del carnaval superan en solo un mes a los que reúne el fútbol local en todo un año. En esos días, lo que sucede en los tablados de la ciudad es tema obligatorio de charla entre amigos y familiares. Son días en los que los nombres de los futbolistas de Nacional y Peñarol se funden con los de los murguistas y el pueblo distribuye su atención. Por eso, una decisión que en otro país puede ser increíble, en Uruguay no lo es tanto.
“Quizás cueste entender lo que hice, pero en carnaval disfruto mucho más, porque mis amigos están acá. Mi ambiente es mucho más carnaval que fútbol. El fútbol es muy complicado. El carnaval también, pero al no haber tanta plata en juego no se arrancan tanto la cabeza como en el fútbol”, explica Laforia, que durante gran parte de 2017 combinó los ensayos con los entrenamientos pero que a la hora de optar no dudó y se quedó con La Gran Muñeca, una de las murgas más prestigiosas del país.
Hizo las inferiores en Nacional y debutó en primera en Fénix en 2005. Luego pasó por Rentistas, River Plate y llegó a Atenas en 2016. En su “otra carrera”, participó del Carnaval de las Promesas y de la Murga Joven, antes del gran salto a la competencia oficial, en Garufa y Don Timoteo (una murga con amplias relaciones con el fútbol, ya que sus dueños fueron Álvaro Recoba y Tony Pacheco).
Esta no es la primera vez que deja el fútbol para subirse a los tablados, ya que antes lo había hecho en otros tres veranos. En 2014, después de su paso por River Plate, se alejó del fútbol con estas declaraciones: “Me cansó el tema representantes. Me aburrí de que me vean cara de gil, de que se piensen que soy un nabo porque soy jugador de fútbol. Me cansé de la gente, de muchos jugadores, hay mucha falsedad”. De todos modos, en el carnaval no es todo color de rosa: “En 2015 salí en Don Timoteo y cuando en 2016 volvió el Chino Recoba a sacar la murga, trajo a toda su gente. Me rompió un poco las bolas ver a amigos cuidar su chacrita. Y me di cuenta que todo es igual en la vida, que los ambientes tienden a parecerse”. Entonces, volvió al arco. Pero por solo un verano.
Laforia, quien fue contratado en julio por el director Eduardo Mega, formará parte de una de las murgas con más posibilidades de ganar el título de este año, algo que hizo por última vez en 2016. Lejos de las canchas del torneo uruguayo en el que Atenas debutó con una derrota 3-0 frente a Defensor Sporting, el golero-murguista sabe hacer convivir las dos pasiones charrúas: “El uruguayo es muy del carnaval. Y la verdad, al futbolista le gustaría ser murguista y al murguista, futbolista. Y yo tengo la suerte de ser las dos cosas, o intento hacer las dos cosas”.