Esta semana se cumplieron 25 años del debut oficial de Romário con la camiseta del Barcelona, y aparecieron esos homenajes siempre valiosos en las redes sociales que rescatan específicamente el juego. En particular, nos llamó la atención un videíto que publicó la cuenta @TodoGuardiola: los goles que anotó el crack brasileño en ese partido inicial, que terminó 3-0 ante Real Sociedad.

Los tantos en cuestión fueron tres. Y el vínculo con Pep es que el actual DT de Manchester City, compañero de equipo en ese entonces, le dio las tres asistencias para convertir.

En el conjunto que dirigía Cruyff también aparecían Stoichkov, Laudrup, Bakero, Zubizarreta, Nadal, Ferrer y Goikoetxea. Era época de tres extranjeros por vez en la cancha.

No recordábamos el dato ni el partido, y nos dispusimos a mirar los goles de manera totalmente inocente. Ingenua, acaso. Lo que vimos nos sorprendió por partida triple, y nos llevó a desmembrar el video para analizar cada uno de los tantos.  Cada uno mejor que el anterior. Cada uno, un golazo.

Acá, el primero:

Lo mejor de esta bella jugada es el control de los dos futbolistas. Es lo que permite que entre dos hagan un desparramo en medio de una defensa de siete más el arquero. Primero, el toquecito de Guardiola para encarar hacia el costado (y no hacia adelante), y sacarse de encima con un solo pase adicional a cuatro marcadores que se lo quedan mirando. La bola vertical le llega justo a Romário, que tira una diagonal y acomoda todo con su propio control y una definición cruzada. Otros tres rivales en el suelo y el arquero sin chances. Todo sensacional.

El rescate ya era bueno, y apareció este gol, el segundo:

Si el primero era bueno, éste es un escándalo. Romário recibe de espaldas el primer pase, toca de primera, pivotea y gira marcando su pique para la pared. La pelota le queda un poco alta a Pep, que igual le mete un pase de novela que le pica al lado del pie. Está de moda decirlo, pero es así: hace lo que pide la jugada, completa la combinación que le solicitaba el delantero con su movimiento.

Romário trata de matar el pique, pero controla apenitas largo y resuelve el propio defecto de su control con un puntazo para pinchársela al arquero hacia el lado contrario de donde viene su carrera. Hay tanto recurso técnico metido en la jugada que no sabemos por dónde empezar a fascinarnos. Y todo en velocidad. Pero que viva el fútbol.

El tercero directamente nos dejó sin palabras. No tanto por el pase rompelíneas de Guardiola (que es bueno), sino por la definición exquisita del chapulín, que hace todo en el aire y justifica la 10 en su espalda. No hace falta que agreguemos nada. Miren:

Una frase de Pep resume un poco esa conexión hermosa que generaron volante y delantero. “Había días que le veías tocar la pelota con el Hristo, con Laudrup y sabías que si le pasabas 6-7 pelotas, algún gol haría”.

Ese día hizo tres. Todos tras sus pases. Cada uno mejor que el anterior.


Ya que estamos, un bonus track simpático para dar un poco de contexto: