“Al principio estaban un poco confundidos. Les decía: ‘Yo juego al FIFA, subo los videos a Youtube y recibió dinero por publicidad. Quiero darles esa plata’. Ellos me decían: ‘¿Por qué, por qué a todo eso?”. El que habla es John Green, un treintañero de Indiana que es furor entre las masas juveniles que pueblan la web. Algunos lo llaman influencer. Otros dicen que es un visionario. En un equipo de fútbol del sur de Londres lo consideran poco menos que Dios.
Los “confundidos” que menciona eran los directivos de AFC Wimbledon, un equipo inglés de 4ta División que es el pionero de los clubes creados por y para sus hinchas. Para resumir su historia, que alguna vez vamos a contar completa, FC Wimbledon es una institución centenaria, fundada cerca de donde se juega el mítico torneo de tenis sobre césped. Hasta 1977 permaneció en categorías amateurs. Una década después llegó a Primera y en 1988 alcanzó la cima de su historia. Le ganó la final de la FA Cup en Wembley al todopoderoso Liverpool. En ese equipo, conocido como Crazy Gang por su volátil temperamento, el emblema era Vinnie Jones. Tan rápido como subió, bajó. En los 90 cayó a Segunda y quedó cerca de la quiebra. Lo compraron empresarios noruegos y decidieron mudarlo a 90 kilómetros. En 2002, sus hinchas reaccionaron y crearon su propio club: AFC Wimbledon. Arrancó en 9na División y en nueve años llegó a Cuarta, la última categoría profesional del fútbol británico.
Los equipos autogestionados son algo cada vez más común en Britania pero la regla sigue siendo que la propiedad sea privada. La competencia contra equipos bancados por empresas y millonarios obliga a AFC Wimbledon a buscar dinero en los lugares menos pensados. La forma más insólita de todas se las propuso John Green, una celebridad nacida en Internet, que es escritor y productor de cine. The fault in our Stars (Bajo la misma estrella), basada en su novela, fue un éxito de taquilla. Y la revista Time lo incluyó en 2014 en la lista de las 100 personas más influyentes. Pero su fama nació en Youtube, la plataforma de videos que ahora es propiedad de Google.
En 2010, su hermano Hank creó un canal de videojuegos y John, que ya era un éxito como video bloguero, se sumó al proyecto. El plan, inverosímil entonces, era que los vieran jugar y así recaudar dinero vía publicidad. Con su carisma y algunos trucos, que cuenta mejor en el video que está al final, lo consiguieron. Ahora, más de 70 mil personas los miran cada día. Entonces, John jugaba al FIFA a diario y su equipo era AFC Wimbledon. A medida que el canal prosperaba y los billetes se apilaban, Green conoció la historia del equipo y la lucha de sus hinchas. Entonces, decidió que el dinero debía ser para ellos. Llamó al club y dijo que quería auspiciarlos. En el sur de Wimbledon nadie había escuchado hablar de John Green. Ni jugadores, ni directivos, ni sus hinchas/dueños. Tampoco Neal Ardley, el manager. Pero sus hijos, frecuentes consumidores de Youtube, se encargaron de explicarle.
Ivor Heller, director comercial de AFC Wimbledon como hobbie y comerciante de profesión, no podía creer lo que escuchaba cuando atendió la llamada de Green. “Era una cosa de locos. Si me decían que para juntar plata tenía que ir con alguien que jugaba al FIFA, que tenía un público que iba a generar ingresos, me iba a parecer una locura”, afirma. Finalmente, el club y el youtuber acordaron auspiciar la parte de atrás de los pantalones del equipo profesional. El anuncio se ve también en la última edición del FIFA. Una referencia publicitaria inédita y circular. Un año después, John Green extendió su auspicio al estadio. Ahora la cabecera norte lleva su nombre.
El recomendable documental de Vice, que pueden ver al final de este artículo, muestra la primera visita de Green a AFC Wimbledon. “Olvidate de Hollywood, esto es lo importante”, le dice Heller mientras lo pasea por las instalaciones. Green responde agradecido: “Este club refleja los mejores valores del fútbol y del deporte. Es testimonio del poder de los individuos sobre las corporaciones, sobre los ricos, sobre la avaricia. Gracias por dejarme ser parte de esto y poner, ridículamente, mi nombre en su tribuna”.
Si quieren ayudar al AFC Wimbledon ya saben como pueden hacerlo. Internet es el medio, Youtube la moneda y John Green el intermediario. “Creo en el fútbol por y para sus hinchas. Me hace sentir que formo parte de algo. Y es más fuerte para los hinchas de AFC Wimbledon porque ellos son parte de su equipo. Son sus dueños”. Coincidimos John, nos convenciste. Ya estamos dándole play a tus videos, la causa lo vale.