Hace unos días uno de nuestros fieles lectores, Federico Teitelbaum Dorfman, nos contó, con cierta alarma, que en el último tiempo la situación interna en el FC United de Manchester se había alejado del idealizado sueño que alguna vez contamos.
El sábado un grupo de hinchas, descontento con la administración actual, realizó una protesta durante el último partido de la temporada. FC United, ya asegurado en 6ta división otro año, le hizo pasillo a Solihull Moors, el campeón. Empataron 2-2. Tras el juego, futbolistas y fanáticos de ambos clubes se abrazaron dentro del campo mientras cantaban canciones del FC y aplaudían al equipo ascendido.
Como se ve en el video al final de estas líneas, esa fiesta del fútbol gobernado por los hinchas se interrumpió durante cinco minutos, promediando el segundo tiempo, cuando unos quince fanáticos de FC United ingresó al campo de juego con pancartas contra la administración actual. La mezcla de silbidos y aplausos que volvía desde las tribunas dejó en claro que la situación es compleja y que tiene divididos a los más de 4000 socios de la institución creada en 2005.
“Hay un déficit fundamental de democracia, transparencia y responsabilidad entre el club y sus socios. Después de luchar por meses para exponer esta situación ya no estoy enojado, solo profundamente entristecido”, dijo John-Paul O’Neill, uno de los fundadores del club y referente de los que aseguran que la junta directiva abandonó los principios del FC United.
Las protestas apuntan contra un creciente control de los hinchas, rechazaron un código de conducta propuesto por la junta, algunas manifestaciones político-partidarias, como la aparición de un candidato conservador en un acto del club, y una inclinación comercialista, generó rechazo el aumento de 50 centavos en las entradas para la inauguración del Broadhurst Park, su flamante estadio de 6.5 millones de libras.
En los últimos meses, mientras FC United jugaba su histórica primera temporada en 6ta división, se sucedieron renuncias de varios directivos, diversas causas judiciales y protestas de todo tipo. El diario The Guardian afirmó que la sensación general es de “crisis de identidad”.
La renuncia más impactante fue la de su gerente general, Andy Walsh, anunciada hace varias semanas. Walsh, la cara de la revolución del fútbol por y para sus hinchas, dijo que dejará el club al final de esta temporada para ayudar desde otro lugar. Se despidió sin mucha referencia a la disputa interna y con un mensaje optimista: “Nuestros logros son testimonio del esfuerzo desinteresado y el sacrificio de miles de seguidores que luchan por algo en lo que creen”.
El 24 de mayo se realizará la asamblea general de socios, que se organiza al final de cada temporada, y se elegirán las nuevas autoridades. La mayor parte de la junta directiva ya adelantó su renuncia. Será una reunión caliente, con opiniones enfrentadas. Algunos lo vean como una señal de debilidad del club. Puedo que lo sea. Pero también es parte de su grandeza. Es el autogobierno por el que tanto lucharon. Una vez más, son los hinchas de FC United los que decidirán su propio futuro, algo que nunca pudieron hacer en Old Trafford.